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Guerrieri: "En 2011, puedo subirme a un F-1"

A fuerza de sus cinco victorias en la World Series by Renault en su décima temporada internacional, Guerrieri toma envión para que el equipo Virgin de F-1 lo considere como aspirante a una de sus butacas para el año próximo. Se avecina un momento crucial para las ilusiones del argentino de 25 años.

Por Redacción EG ·

11 de noviembre de 2010
Nota publicada en la edición octubre 2010 de la revista El Gráfico.

Imagen GUERRIERI hace todo bien para aspirar a la F-1, pero su destino 2011 estará marcado por si reúne o no el presupuesto.
GUERRIERI hace todo bien para aspirar a la F-1, pero su destino 2011 estará marcado por si reúne o no el presupuesto.
CUANDO AUN permanece fresca la frustración por la no llegada de José María Pechito López a la F-1, con el bochornoso proyecto del US F1, se renuevan las esperanzas con el auspicioso presente de Esteban Guerrieri (25 años, 1,75 de estatura y 68 kg), quien ya cumplió 10 temporadas ininterrumpidas como piloto en el exterior y se esmera con extrema dedicación para estar en las mejores condiciones a la hora de aprovechar una oportunidad. En la actual temporada de la World Series by Renault suma cinco victorias (Spa-Francorchamps, dos en Brno, Hockenheim y Silverstone) y cuando sólo resta la cita de Cataluña se mantiene expectante en la lucha por el título, consagración que le permitiría a fin de año, probar un Renault F-1.   

Y esa luz de esperanza de pegar el salto a la máxima categoría se encendió cuando se supo que el equipo Virgin Racing (ex Manor Grand Prix) de F-1 aún tiene una butaca vacante, pues el alemán Timo Glock ya fue confirmado. Las negociaciones dependerán, claro está, de conseguir los 8 millones de dólares que se deben aportar a la escudería radicada en el Sur de Inglaterra.       

-¿Te podemos llegar a ver en el 2011 en la F-1?
-Sí, ¿por qué no? Siempre tuve fe en que se puede dar y se abrieron algunas puertas que no se me habían abierto antes. Estoy mejor posicionado que un año atrás, porque en este proyecto se está trabajando en conjunto, con una potencial ayuda de parte del Gobierno y del Automóvil Club.

-Por lo visto en la World Series, los deberes deportivos vos los venís haciendo bien...
-Siempre faltan deberes por hacer, porque nunca se llega a completar lo que uno quiere, pero el haber tenido este año una continuidad en Europa fue fundamental. Por circunstancias de la vida me contrataron porque me conocían de haber sido instructor en el 2009 de un joven piloto checo y justo el padre de ese piloto compró este año un equipo de World Series para que su hijo corra. Y como la butaca del segundo auto estaba libre, me llamó a último momento por dos carreras y anduve muy bien, gané en Bélgica, no fui a Mónaco y volví a triunfar en República Checa, Alemania e Inglaterra. La verdad es que era inimaginable que el haber trabajado bien como instructor me fuera a favorecer tanto, que me diera semejante posibilidad. 

-¿A principios de este año, tu idea era correr en los Estados Unidos en la Indy Light?
-Sí, pero esa idea se frustró debido a la falta de presupuesto, por eso es claro que estoy en la World Series gracias a la invitación de este equipo de República Checa. En pocos meses cambió la suerte y los resultados conseguidos resultaron clave para reflotar el proyecto F-1. El Gobierno tiene interés en contar con un piloto en la máxima categoría y yo este año vengo muy bien, con la experiencia de tantos años en Europa; así que si prospera el trabajo en conjunto y todos los eslabones encajan, se puede concretar el sueño. Estoy en el momento justo y en el lugar indicado. Cada actuación tiene su influencia, yo voy a hacer lo mejor posible y ojalá todos podamos trabajar sincronizadamente en equipo.

-¿En tu caso, el salto a la F-1 siempre dependió de un respaldo económico?
-No creo que no haya llegado a la F-1 por un tema presupuestario. Si no llegué antes fue por miles de circunstancias; y si llego, va a ser por otras miles de circunstancias. Es difícil echarle la culpa a un determinado motivo, si se da o no va a depender de muchas razones.

Imagen TRABAJO visual, mental y físico de Guerrieri en Acumen, para afinar los sentidos.
TRABAJO visual, mental y físico de Guerrieri en Acumen, para afinar los sentidos.
-¿Hasta cuándo vas a mantener encendida la ilusión de la F-1?
-Desde chico tengo encendida la ilusión, pero si hablamos en tiempos concretos este es el año en el que puede fortalecerse este proyecto. Siendo realistas, no creo que se me dé todo como esta vez, que me ofrezcan una butaca con continuidad y me paguen por ello. Es muy difícil conseguir sponsors para otras categorías en Europa que no sea la F-1. El momento es ahora o se me va a complicar. Me fui hace 10 años, es decir que desde los 16, corro en Europa. Hay que ser más realista que emocional. El objetivo es llegar a la F-1, pero si no se llega seguramente surgirán otros desafíos.

-¿Entre esos desafíos está el regresar a la Argentina para correr en TC, TC2000 o Top Race?
-Son alternativas. A principios de noviembre tengo un acuerdo con la gente de Toyota para competir en los 200 Kilómetros de Buenos Aires en TC2000, siempre y cuando no aparezca algún compromiso internacional. Y para el 2011, si no se da lo de la F-1, tendré que volver; algo que tampoco me disgusta porque conozco muy bien el automovilismo de nuestro país y me entusiasma la idea de competir acá. Por supuesto que voy a tratar de aprovechar la experiencia que coseché en el exterior. Este es un automovilismo muy competitivo, con varios pilotos que andan realmente bien. En el futuro, es seguro que voy a estar en alguna categoría argentina.

-¿Es muy diferente la forma de trabajar de los equipos europeos y los argentinos?
-Si bien mi experiencia pasa más por los autos de fórmula, es claro que lo importante para un deportista es saber adaptarse a la situación. Allá trabajan de una manera, tienen una metodología y yo me tengo que adaptar a ellos y no ellos a mi trabajo. Y cuando regrese, no voy a poder cambiar la metodología que tienen acá, porque si no voy a ser un alejado del sistema, aunque tal vez pueda convencerlos de implementar alguna rutina. Hay que reconocer que en la Argentina se avanzó bastante en la preparación de los pilotos. De hecho, lo que pude realizar en Acumen (centro de entrenamiento de alto rendimiento) me resultó muy útil para explotar el potencial físico y mental.

-¿Qué fue lo que ejercitaste en Acumen?
-Fundamentalmente trabajé en la parte visual, mental y física, para afinar todos los sentidos al máximo, mejorar la concentración, memoria y reacción en un estado que permita sentirme bien y disfrutarlo al mismo tiempo. Y eso lo combinamos con relajación, porque ese es un punto importante en los momentos previos a una carrera. Lo primero es ser sincero con uno mismo, porque influye mucho el estado emocional. Si estás bien de ánimo, seguro que eso se traslada a la competencia. En la Argentina hay bastante imaginación y con pocos elementos se crean rutinas. Fijate que me dieron un globo y dije qué hago, lo inflo y después..., resulta que con ese globo me hicieron hacer decenas de cosas y todas entretenidas y con un objetivo. Siempre fui de darle mucho valor a la condición física, tarea que llevo adelante con el profesor Fernando Aguirre y con el psicólogo deportólogo Pablo Pécora. 

-¿Para subirse a un F-1 tenés que atender a más exigencias que en las otras categorías?
-Ese es un tema que hablé con varios pilotos, entre ellos Robert Kubica, a quien encontré en un centro deportivo en Italia. El me dijo que hoy, lo del acondicionamiento del cuello no es tan fundamental porque ahora se puede apoyar. Pero varios corredores me hicieron hincapié en la parte cardiovascular, por los altos calores que sufrís durante las carreras. Considero que estoy muy bien preparado para esas exigencias, porque siempre le presté mucha atención al trabajo físico. Si estás bien, eso se nota en el rendimiento.   

-¿Y en cuanto al manejo?
-Hay grandes diferencias en la velocidad de frenada, reacción. Por eso, a una categoría como la F-1 necesitas adaptarte. Si en la World Series empleás 1’30, en la F-1 lo hacés en 1’15 o 1’18. Todo pasa más rápido y hay que asimilarlo más rápido también. Hay que tener la velocidad mental para afrontar ese desafío. Todo entra por los ojos, hay que transferirlo al cerebro y del cerebro al cuerpo. Siempre intenté descubrir nuevos caminos y mejorar. El automovilismo es un deporte con mucha adrenalina y por supuesto que no se puede improvisar al subirse a un F-1. Al contrario, si me toca quiero sentir placer al manejarlo, lo que significa conducir semejante potencia.

Imagen AUSPICIOSO es el presente de Guerrieri en la World Series by Renault al volante del Dallara del equipo ISR de República Checa.
AUSPICIOSO es el presente de Guerrieri en la World Series by Renault al volante del Dallara del equipo ISR de República Checa.
-¿Pudiste digerir la pérdida del triunfo por desclasificación en la primera carrera en Silverstone? 
-En realidad fuimos desclasificados por un descuido, un pequeño error que nos costó caro. Uno de los mecánicos, en el apuro por terminar de reparar el auto a tiempo para la carrera, usó cinta adhesiva para unir una parte del carenado con el monocasco. Esto no está permitido en el reglamento. Entonces, otro equipo lo notó y realizó la denuncia. Así las autoridades nos desclasificaron automáticamente.

-Por suerte al día siguiente se produjo el desquite…
-Y sí, el triunfo del domingo tuvo un sabor especial porque les gané a los dos pilotos del equipo que el sábado me habían denunciado. La desclasificación me había dejado un sabor muy amargo, por todo el esfuerzo del equipo. Pero afortunadamente fue rápida la reivindicación, con una maniobra en la definición con el auto del australiano Daniel Ricciardo que era ahí o nunca, ya que instantes antes había logrado superar su marcha, pero no capitalizar el sobrepaso. Fue una de las mejores victorias que conseguí en mi campaña y una emoción muy grande que el Himno y la Bandera argentina hayan estado en el centro de la escena, en un circuito tan emblemático como Silverstone. 

-¿En estos 10 últimos años te convertiste en un trotamundos?
-Después de consagrarme con 15 años el campeón más joven de la Fórmula Renault en la Argentina, al año siguiente fui a probar suerte en Europa y viví en Italia, Suiza, Alemania, Inglaterra, España y República Checa. Y si bien en todos lados siempre estuve solo, eso no me afectó porque me acostumbré rápido. Además, me gustó el descubrir los códigos de la gente y el hacer amigos en los distintos países.

En la recta final del año, con seguridad se incrementarán o se desvanecerán sus ilusiones por acceder a la F-1, ese sitial que últimamente resulta tan esquivo para los pilotos argentinos. El subió peldaño tras peldaño por las fórmulas Eurocup/Masters, Alemana, Italiana, V6 Eurocup, Internacional, 3 Euroseries, 3 Británica, Superleague y World Series by Renault.

Con 25 años está en una edad límite y es consciente de que está frente a una oportunidad trascendental.

“En la World Series voy carrera a carrera y en la definición de Cataluña, el 9 y 10 de octubre, veremos qué pasa. ¿Y la F-1? Hay que estar tranquilos, hacer las cosas bien en pista y esperar que todos los involucrados en el proyecto afronten con éxito sus responsabilidades”, dijo con optimismo Guerrieri. Ojalá así sea.

Por Walter Nápoli / Fotos: Jorge Dominelli