Se la tenían jurada

El entrenador serbio del AEK de Atenas, Dusan Bajevic, padeció el sábado pasado a un grupo de barrabravas que invadieron el terreno de juego durante la derrota 2-1 de su equipo en un amistoso ante el Kallithea, de la Segunda división griega. A los 86 minutos de partido, el árbitro tuvo que suspender el encuentro porque los hinchas habían golpeado al DT de los argentinos Ignacio Scocco, Sebastián Saja, Ismael Blanco y Carlos Araujo.

Lo cierto es que una facción de ultras del AEK llevan más de diez años de enemistad con Bajevic. El conflicto se inició en el 90, cuando el entrenador se fue del club para dirigir al Olympiakos, y lograra consagrarse campeón. El serbio regresó al AEK hace dos años, y desde su retorno, mantiene continuos cruces con los barras. Hasta ahora, nunca habían llegado tan lejos.

Incertidumbre

“Lo que pasó es una vergüenza para el AEK”, dijo el presidente del AEK, Stavros Adamidis, a la radio NovaSport. 

“Estamos decididos a seguir apoyando al entrenador. Lo que pasa es inaceptable”, agregó, al mismo tiempo que indicó que Bajevic, de 61 años, atraviesa por un muy mal momento: “Hablé con él y está muy consternado”.

El titular del AEK de Atenas confirmó que desde el club harán todo lo posible para convencer al entrenador de continuar en su puesto a pesar del lamentable incidente del fin de semana.