Argentinos en el exterior

"Era venir a Vietnam o jugar en el campo"

Alejo Gelatini nació en Santa Fe y debutó en Primera en Tiro Federal, pero luego emigró a Armenia. En mayo de 2009, partió rumbo a Vietnam, donde se desempeña en el ACB Ha Noi de la Segunda División.

Por Redacción EG ·

16 de febrero de 2010
Nació el 7 de agosto de 1983 y sus primeros pasos en el fútbol los dio en su Soldini natal, junto a su padre. Su nombre completo es Alejo Noe Gelatini. Debutó en Primera en Tiro Federal, pero tras quedar libre decidió ir a probar suerte a Armenia. El técnico no lo ponía porque no le gustaban los argentinos. Pero él no bajó los brazos, se volvió para jugar en Central Córdoba y en Americano de Carlos Pellegrini. Al tiempo surgió la chance de emigrar a Vietnam y hacia allí fue, para jugar en el ACB Ha Noi de la Segunda División.

¿Cómo fueron tus inicios en el fútbol y que recuerdos tenés?
Mis primeros pasos los di jugando en los terrenos del ferrocarril, enfrente de mi casa con mi viejo, bien de chiquito. A los cinco años empecé a jugar al baby en Liceo Argentino de Soldini, mi pueblo. El DT siempre era el padre de alguno de nosotros y viajábamos a los pueblos de alrededor los fines de semana para participar en la Liga de Rosario. Siempre fui muy seguido por mi familia, así que tenía premio por gol. Si hacía alguno llegaba algún regalito de mis padrinos o mis tíos.

¿Y después cómo siguió tu carrera en el fútbol juvenil?
Antes de terminar el baby en mi pueblo me fui a jugar a Unión de Pérez, en una liga un poco más competitiva. Arranqué en cancha de once y al tiempo pasé a Renato Cesarini hasta séptima división -más o menos 16 años-. De ahi pasé un año a Mitre de Pérez y después hice quinta división en Tiro Federal.

Imagen EN ACCIÓN. Gelatini maniobra ante un defensor vietnamita.
EN ACCIÓN. Gelatini maniobra ante un defensor vietnamita.
¿Qué recuerdos tenés de tu paso por Tiro Federal en Primera?
Jugar en Primera es el sueño de todo pibe cuando patea una pelota, así que como estuve tan poco tiempo te diría que me acuerdo de todo, cada cancha en la que jugué, cada vestuario, el trato de la prensa, tengo cada recorte de diario. Es una cosa que no te lo puede sacar nadie. Jugar en Primera es otro mundo...

¿Cómo surgió la posibilidad de emigrar a Armenia?
Cuando Tiro Federal me dejó libre, me contactó una persona que no conocía para que le mande unos videos. Al poco tiempo me ofreció irme a Armenia, al FC Gandzasar, con un contrato firmado y acepté el desafío. Fuimos cinco los argentinos que viajamos juntos y eso ayudó mucho. Fui junto a Ricardo Romeo (jugó en Defensa y Justicia y después estuvo en Atlanta), Emiliano Mayola (salió de Banfield y pasó por San Martín de Tucumán), Claudio Gómez, que sé que después jugó en Francia y en México, y Carlos Mavilian. Este pibe había jugado en Deportivo Armenio, y como hablaba a la perfección el idioma fue el que nos salvó. Ahora creo que está en Sacachispas.

¿Qué fue lo que más te llamó la atención de esa experiencia?
La verdad que no fue una buena experiencia ya que al poco tiempo estábamos de vuelta, jugamos poco y el técnico no quería a ninguno de los argentinos. Creo que se llamaba Slava Gabrielyan, pero no estoy seguro. De lo que sí estoy seguro es de que tenía una carita de no muy buenos amigos. Lo curioso es que íbamos últimos y no nos daba ni la posibilidad de jugar. Fue una sensación muy rara. Me sirvió como algo nuevo, de salir del país, conocer otra cultura. Pero lo que más aprendí es como tratar a un extranjero cuando está en tu país.

¿Y qué tipo de fútbol se jugaba?
El nivel de la liga de Armenia es como la B Metro. Se corre mucho, se tira el pelotazo y se achica mucho. Y los árbitros dejan pegar bastante.

A lo largo de tu carrera: ¿Qué técnicos o compañeros te marcaron?
Técnicos podría nombrar muchos, pero si hay uno que me marcó fue Oscar Palloto, que me dirigió en Mitre de Pérez y me sigue dando consejos hasta el día de a hoy, más que técnico es un amigo. Pero también aprendí mucho con Jorge el Indio Solari, él me hizo debutar en el Nacional B y en Primera. En las charlas te convencía de que eras el mejor y de que podías jugarle de igual a igual a cualquiera con la pelota al piso. Y entre los compañeros que tuve me quedo con uno que me ayudó en los momentos difíciles que tiene el fútbol: el uruguayo Edgardo Adinolfi. Lo tuve de compañero en Tiro Federal cuando descendimos y él había venido de Newell’s. Me decía: “Vos sos un diamante en bruto, y yo te voy a pulir”. Un grande.

Luego de tu paso por Armenia, volviste al ascenso: ¿En qué equipos jugaste?
Arreglé en Central Córdoba de Rosario para jugar la B Metro. Estuve 6 meses y por problemas económicos quedé libre con algunos compañeros. De ahí a jugar a la Liga Departamental San Martín de Santa Fe al club Americano de Carlos Pellegrini, con la única opción de que si me salía algo mejor me dejaban ir sin ningún problema. Y así fue, al poco tiempo tuve la oportunidad de venir a prueba a Vietnam. Por suerte me fue bien y acá estoy todavía.

¿Cómo fue la decisión de ir a un destino algo exótico como Vietnam?
En realidad no tuve mucha opción de elegir al momento de venir para acá: era venir a Vietnam o jugar en el campo. Habia tenido un compañero brasileño en Armenia que ya había estado y me contó un poco como era la cosa. Me gustó la idea y acá estoy, junto a mi novia. Es una gran companía y me brinda mucha tranquilidad, ya que estar lejos mucho tiempo no es fácil para nadie.

Imagen DE PASEO. Junto a su novia Caren, en Tailandia.
DE PASEO. Junto a su novia Caren, en Tailandia.
¿Cómo es el estilo de vida que tenes allá? 
Se vive muy tranquilo, la gente no molesta, no hay inseguridad y lo mas rescatable es que se cobra todos los meses en tiempo y forma. Lo que más se extraña es sin duda el asado en familia y con amigos.

La Guerra de Vietnam fue un conflicto que se dio entre 1958 y 1975: ¿Hay indicios todavía de eso?
La verdad yo a simple vista no veo indicios de la guerra. Pero la gente de acá dice que las secuelas de lo que ocurrió van a durar por tres generaciones. Hay muchos casos de recién nacidos que al tiempo sufre algun tipo de malformación. También se ven muchos museos. En Ho Chi Minh está el museo de los "Recuerdos de Guerra" (Vo Van Tan), donde se pueden ver instrumentos de tortura de la época, armas, fotografías de masacres y todo lo referente a la guerra. Creo que es uno de los más visitados.

¿Cómo es el vietnamita?
Por sobre todas las cosas es muy nacionalista. Vive el día a día, no parecen tener stress y cuando ya ganaron su plata para poder cubrir sus necesidades básicas en el dia se van adescansar. Duermen la siesta obligada. Tienen rasgos orientales y son petisos y flacos. Odian el sol, por lo que por más que haga calor viven tapados. Y cuando hace frío andan en ojotas. Son muy raros...

¿Alguna anécdota que te haya llamado la atención?
Sí, muchas. Primero hay que caerle bien al vietnamita, yo pienso que primero te examinan, después te aceptan y recién después te incluyen y te dan lugar. En mis primeros meses, me tocó hacer un gol y todos se fueron a festejar con el que me dio el pase, me dejaron pintado, no sabía que hacer (risas).

¿Cómo es el nivel de la Liga y qué tipo de fútbol se juega?
Yo estoy en la segunda división, en el ACB Ha Noi. Lo que más se nota es el desorden táctico, ellos van hasta que se cansan, no saben regular el partido. Y ante esto, se termina dando un ida y vuelta constante, casi sin medio. En primera se juega mucho mejor, el fútbol es más rápido y preciso.

¿Cómo es la relación con el técnico y los compañeros?
El DT es Mauricio Giganti, que es argentino y eso es una ventaja grande estando fuera del país, así que las indicaciones las entiendo al pie de la letra. Y el profe también es de allá, se llama Mauricio Álvarez y se vino de La Pampa. Con los compañeros ya sean los otros extranjeros o los vietnamitas no tengo ningún tipo de problema. Lo más curioso de acá, y que en la Argentina se le da mucha importacia, es el tema del vestuario. Acá no existe, salimos cambiados y apenas termina el partido nos subimos al colectivo y cada uno a su casa, nada de ducharse...

¿En qué puesto te sentís más cómodo?
Siempre jugué de volante por izquierda, Pero desde que se juega con línea de tres estoy más cómodo de doble volante central, enganche o media punta. 

¿Cuál es tu objetivo con esta experiencia?
El objetivo de uno es siempre mejorar, se esté donde se esté. Crecer como jugador y sobre todo como persona. Ahora solo pienso en rendir al máximo esta temporada para poder ascender de categoría. Y después si me ofrecen renovar lo analizaré ya que la idea no me disgusta. Y si surge algo mejor perfecto.

Francisco Jáuregui