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Una Máquina en el cielo

A sus 90 años falleció Juan Carlos Muñoz, quien era el último sobreviviente de la Máquina de River, equipo que marcó un hito en el fútbol argentino. Revivamos una parte de la historia en El Gráfico.

Por Redacción EG ·

23 de noviembre de 2009
Imagen HINCADOS, de izquierda a derecha: Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau.
HINCADOS, de izquierda a derecha: Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau.
En el encuentro que disputó en Mendoza, ante Godoy Cruz, River utilizó un brazelete negro y, previo al comienzo del partido, se realizó un minuto de silencio para homenajear a Juan Carlos Muñoz, quien falleció a los 90 años de un infarto.

Uno de los punteros o wings derechos más recordados del fútbol argentino, por ser integrante de la famosa Máquina, jugó en River 184 partidos y marcó 39 goles durante la década del 40. Además visitó la camiseta de Platense tres temporadas, en las que totalizó 39 encuentros con los últimos tres goles de su carrera.

A continuación reproducimos una nota publicada en el Libro de colección por los 90 años de la revista El Gráfico.

[GCK]

Una sinfonía de cinco ejecutantes

La Máquina. Con este nombre Borocotó bautizó al mejor quinteto ofensivo del fútbol criollo. Solo jugaron dieciocho partidos juntos, pero su impronta, individual y colectiva, los sigue reconociendo como un hito en el fútbol de River y de la Argentina.

Juan Carlos Muñoz, José Manuel Moreno, Adolfo Pedernera, Angel Labruna y Juan Carlos Loustau. Cualquiera que aprecie el verdadero fútbol de nuestro país recordará que son La Máquina, la delantera de River de la primera mitad de la década del cuarenta.

El Gráfico que evoca el centenario de River en mayo de 2001, cuenta: “El movimiento de piezas clave para la construcción del nuevo equipo es el cambio de posición de Pedernera. Principal artífice de esta modificación es Carlos Peucelle, que por esa época da sus últimos pasos como jugador e influye sobre Renato Cesarini quien, además de su amigo es el técnico del equipo. Pedernera se ubica por primera vez en el centro del ataque en la 10o fecha del campeonato del 41, ante Independiente, y convierte el gol del triunfo… Una rueda más tarde, otra vez ante Independiente, Cesarini lo ubica de centrofoward. River aplasta al Rojo por 4-0 y Adolfo es la gran figura. A partir de ese momento se queda con el puesto. El resto de la delantera la integran Muñoz, Moreno, Labruna y Deambrosi. Recién en 1942, cuando aparece Loustau… se termina de formar la famosa delantera”.

El 12 de junio de 1942 faltaban dieciséis días para que el destino uniera por primera vez a “los cinco grandes del buen fútbol”. Sin embargo, Borocotó ya sella el sustantivo bautismal: “Jugó como una máquina el puntero” titula su nota sobre la victoria riverplatense 6 a 2 ante Chacarita como visitante. Y explica el uso de la metáfora: “¿Qué te pareció La Máquina? nos dijo el hincha Regard una vez finalizado el partido? Se refería al rendimiento del equipo puntero en el campeonato. La clasificación (sic) de máquina era la más acertada”. Dos semanas más tarde, el fenómeno se hace tapa: en la portada de la revista número uno del deporte argentino aparece en círculo “el formidable terceto central de la línea delantera de River Plate”, Moreno, Pedernera y Labruna.

Dos días después, una nota de cuatro páginas informa: “A River le costó ganar”. La foto del equipo que vence a Platense 1 a 0 con gol de Moreno (luego de parar la pelota con la mano) muestra, con camiseta a rayas verticales, agachados, a Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau, inagurando una nueva era del fútbol.

Curiosamente, La Máquina solo jugó dieciocho partidos entre 1942 y 1946: el citado contra los calamares, seis en 1943, otros tantos en 1944 y cinco en 1946. Suficiente.

RAUDO REPASO
En 1942, River obtuvo el campeonato en un partido dramático en La Bombonera. Perdía 2 a 0 y Iácono se retiró por un remache que le tiraron desde la tribuna. Sin embargo, Pedernera empató el partido con dos tantos. Ese día, Deambrosi jugó como puntero derecho. Y por primera vez, el elenco del barrio de Núñez/Belgrano dio la vuelta en casa de su enemigo.
Félix Frascara opinaba que era un equipo “de juventud, de clase y de garra, homogéneo, pujante y sereno a la vez, tiene la fisonomía de los grandes campeones, de los que perduran en el recuerdo”. Nada más acertado.

En un campeonato reñido, en 1943 River quedó segundo a un punto de Boca, pero Angel Labruna alcanzó por primera vez la cima de la tabla de goleadores con 23 tantos, como Arrieta de Lanús y Frutos de Platense. Al año siguiente, el Millonario vuelve a ocupar la segunda posición; esta vez a dos puntos de Boca, que da la vuelta olímpica en el Monumental. Quizás basado en el pragmático fútbol del xeneize, el director de El Gráfico, Gastón Martínez Vázquez, escribió el 18 de agosto de 1944 la nota: “Se destiñe nuestro fútbol”, y preguntaba en forma retórica: “¿Qué ocurre con la esplendidez de 'los millonarios', que un día deslumbraron a la afición adquiriendo una 'Fiera' a alto precio y que ahora dejan escapar al mejor dispositivo de su 'máquina'?”, en clara alusión a la partida de Moreno, que en julio se había ido al fútbol mexicano.  Comentaba Borocotó el 13 de octubre de 1944: “El ataque de River, aquel que contribuyó a la difundida denominación de 'La Máquina', jugaba de memoria… por la capacidad de sus hombres y por el  entendimiento que se ha perdido con la deserción de Moreno… “.

Néstor Rossi saltó de las inferiores a la Primera millonaria en 1945 y con él llegó el esperado campeonato a cuatro puntos del segundo, Boca. Gallo cumplió buena tarea suplantando al Charro, Pedernera fue fundamental para habilitar a los punteros, y la dupla Labruna-Loustau “son de los que más rinden y más se lucen cuando mejor es el rival… fútbol brillante, juego de picardía, acción de calidad, belleza y elegancia”, asegura la revista el 8 de febrero de 1946. Angel fue el máximo artillero en soledad, por primera vez en su carrera, con 25 goles.

El 28 de julio de 1946, un acontecimiento hizo colapsar la cancha de Ferro donde el local, Atlanta, perdió con River 5 a 1: volvía a lucir la camiseta de la banda José Manuel Moreno. La gente quebró los alambrados para ver al crack, que pagó con tres goles. Ese día, Báez suplió a Labruna y, a la semana siguiente, volvió La Máquina para la victoria ante Chacarita  por 2 a 1 con goles de Loustau y Pedernera.
En el viejo Gasómetro, el 17 de noviembre, empatando de visitante 2 a 2 contra Huracán, con dos goles de Labruna, jugó por última vez este extraordinario quinteto. La venta de Pedernera al año siguiente lo dejaría trunco, aunque aparecerá un rubiecito llamado Di Stéfano que dará mucha tela para cortar, a los comentaristas. Paradójicamente, por primera vez en cinco años, en 1946 River no quedó ni segundo. San Lorenzo fue campeón a cinco puntos, y Boca quedó entre ambos, un punto arriba de los millonarios. “Pese a no haber jugado con la admirable precisión de un pasado reciente, merecía la primera colocación”. asevera Frascara el 20 de diciembre.

Por Néstor Saavedra