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Miguel Díaz, orgullo argentino

Reconocido como un número uno del boxeo norteamericano, está preparando a Marcos "El Chino" Maidana para su primera defensa de la corona welter junior de la AMB.

Por Carlos Irusta ·

08 de octubre de 2009







Miguel Díaz ya es una marca dentro del boxeo norteamericano. Ser una marca en un medio tan competitivo y lleno de estrellas no es fácil. Y a Miguel le costó, como es normal, haber invertido gran parte de su vida en lograrlo. Hace más de cuarenta años que dejó la Argentina. Llegó a Los Angeles como lava platos. Hijo de un boxeador, Miguel empezó a practicar boxeo en el club Estrella del barrio de Saavedra; hizo 27 peleas y también jugó al fútbol en Platense. En Los Angeles, aprovechó sus conocimientos de boxeo para comentar peleas por Univisión hasta que se mudó a Las Vegas, en donde encontró terreno fértil para sus aspiraciones. Como no hablaba perfecto inglés, le daban boxeadores de descarte. Con el tiempo, comenzó a especializarse en curar heridas. En los 80, estuvo todo el tiempo al lado de Tito Lectoure durante las cinco peleas que realizó Martillo Roldán en Las Vegas. Comenzó a crecer, ingresó a la empresa Top Rank y así ha estado en las esquinas de boxeadores como Manny Pacquiao, Iván Calderón, Johnny Tapia, José Luis Castillo y tantos otros.
Hoy, Miguel es el entrenador de Marcos Maidana, el campeón welter junior interino de la AMB. Estuvo junto a él en la consagración ante Víctor Ortiz, en una de las peleas más espectaculares del año. Y ahora lo atenderá en el próximo compromiso, cuando Maidana exponga su corona el 21 de noviembre en Sunchales, Santa Fe, frente al panameño William González (22 ganadas con 7 KO, 5 derrotas y 1 empate).
Convocado por el apoderado del santafecino, Mario Margossian, Díaz estuvo más de una semana en Córdoba, en el campamento que la gente de ATILRA (Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina) dispuso especialmente para el campeón. Luego el trabajo seguirá en Las Vegas, adonde viajará Maidana para culminar su preparación.
“Aquí en Argentina descubrí a un par de boxeadores muy buenos como el Salvaje Pereyra y Jesús Cuellar y a un preparador físico espectacular como Cristian “Maravilla” Rodríguez, que está muy actualizado, mucho más que yo, en esto de poner boxeadores a punto”.
Díaz estaba un poco alejado de los entrenamientos, pero el desafío de trabajar con un argentino le devolvió el entusiasmo: “Marcos es un chico lleno de condiciones; pega durísimo con ambas manos, tiene velocidad y, por sobre todas las cosas, está lleno de ganas de aprender y de mejorar, así que estamos trabajando juntos muy contentos y muy a gusto”.
Miguel, el que jamás se olvida de su barrio, de Platense y del Polaco Goyeneche, ha asumido el compromiso con el mismo entusiasmo de siempre. Un argentino que nos hace quedar muy bien en el boxeo mundial.
Valía la pena destacarlo.