Argentinos en el exterior

"Me gustaría volver a jugar en Argentina"

Fernando Troyansky lleva nueve años en Austria y, sin embargo, su sueño es volver a su país natal para demostrar sus condiciones en el fútbol grande. Allá es reconocido y admirado.

Por Redacción EG ·

10 de septiembre de 2009



En Austria ha levantado muchos trofeos. Ganó una Liga –el torneo más importante- y cinco Copas austríacas. Fernando Troyansky jugó Copa UEFA y Champions League con la camiseta del Viena. En la actualidad se sumó como refuerzo al Kärnten, un equipo que lucha por mantener la categoría. Se fue de Argentina con 22 años y ahora con 30 piensa en cumplir el contrato para probar suerte en su país natal.

-¿Sos bahiense y comenzaste en Olimpo?
-Nací en Algarrobo, un pueblo que queda a 80 kilómetros de Bahía Blanca. A los 15 años fui a jugar a las inferiores de Olimpo, que en ese momento se encontraba jugando en la liga local. Debuté con 17 años. Después ascendimos hasta el Nacional B.
Imagen ABRAZO TRIUNFAL con su ex compañero Rubin Okotie. Levanta una de las tantas Copas que ganó.
ABRAZO TRIUNFAL con su ex compañero Rubin Okotie. Levanta una de las tantas Copas que ganó.





-¿Cómo surgió la idea de irte?
-Había pasado a Los Andes cuando ascendió a Primera y un manager europeo había ido a la Argentina para comprar un delantero. Fue a ver al Cuqui Silvera, que jugaba en Unión, y ese día me tocó marcarlo y anduve bien. Entonces el empresario se interesó y se quedó para verme un partido más. Nos tocó con Independiente, metí un gol de cabeza y aunque perdimos 2 a 1, (los goles del Rojo los hizo Forlán) me ofrecieron un contrato para ir a jugar a Austria. Tuve suerte porque había tenido sólo 11 partidos en Primera.
 
-¿Tu sueño era emigrar al fútbol europeo?
-En ese momento los jugadores no pensaban tanto en irse al exterior porque el peso en relación al dólar estaba uno a uno. Yo era muy joven y mi sueño era jugar en Primera. Pero me ofrecieron un buen contrato y, si bien no conocía nada de Austria, me interesó ir a Europa.

-¿Fue muy difícil la adaptación?
-Cuando me fui, llevé a un amigo para que me acompañe (Nicolás Cisneros). Eso me ayudó. Él era de mi pueblo, como un hermano para mí; también jugaba al fútbol pero había quedado libre, entonces se vino conmigo. Una vez acá, se probó en Rapid Viena y le fue bien pero no quedó porque es difícil entrar a un club así y consiguió un equipo de Tercera División. Se quedó un par de años. Le pagaban bastante bien. Ahora está en Barcelona trabajando y jugando en un equipo chico.

-¿La gente es cálida o más fría en el trato?
-En la capital cada uno se cuida a sí mismo y hace su vida. Sale con sus amistades. La gente es fría y distante. No conocés ni a quien tenés de vecino. Hay muchos turcos y eslavos.

-¿Con el idioma como te arreglás?
Imagen AL PISO para marcar a Mauro Rosales (hoy en River) en un encuentro de Copa europea.
AL PISO para marcar a Mauro Rosales (hoy en River) en un encuentro de Copa europea.





-Ya pasaron nueve años desde que vine a Austria así que ahora ya manejo el alemán.

-¿Pero estudiaste en algún momento o fuiste aprendiendo en el día a día?
-Apenas llegué me anoté en un curso pero no tenía ni ganas de ir ni de estudiar. No estaba de ánimo. Es un club grande con muchos eslavos y nadie se preocupaba por ayudarte. Había que adaptarse como sea.

-¿Pensaste en volverte?
-Sí, después del año y medio dije “me vuelvo”. Pero en Argentina estaba la crisis y había inflación. Más que nunca me convenía quedarme.

-Me imagino que Viena es una ciudad muy linda...
-Sí, porque tiene muchos edificios antiguos. Además te manejas con el subte que es bárbaro y te deja a donde quieras ir muy rápido. Hay mucho turismo.

-¿Ahora en tu nuevo equipo la situación es parecida?
-No. El Kärnten es diferente. Es un club que está más cerca de la frontera con Italia y hay más latinos y acá te llaman para salir a tomar algo o a cenar. En el plantel hay un brasileño y con él nos llevamos bien. Además el pueblo es hermoso. Tiene un lago y, como acá no hay mar, viene mucha gente del centro de Alemania. Quizás se compran una casita como para venir a vacacionar.

-¿Cómo es la vida de soltero: salís, conocés personas?
-Uno, con lo que sabe de alemán, va al frente con las chicas y trata de chamuyar. Es divertido.
Imagen BUNDES. La Liga es el trofeo más importante que tiene en su palmarés.
BUNDES. La Liga es el trofeo más importante que tiene en su palmarés.













-¿Sos reconocido en la calle?
-Uno ya tiene mucha trayectoria y saben quien sos. Pero en Viena viajabas en subte y nadie te saludaba, como si no te conocieran. En cambio a donde estoy ahora la gente me demuestra cariño y me da su apoyo. No sé si a todos los jugadores, pero conmigo son así porque me conocen. Vengo de jugar en uno de los equipos más importantes. Lástima que no nos está yendo bien. Si no sería mejor aún.

-Con el Kärnten empezaron mal la temporada...
-De seis partidos sólo empatamos uno. Lo que pasa es que el equipo se desarmó y apenas pudieron traerme a mí y a un par de refuerzos. La mayoría son pibes. Ni siquiera están los juveniles que jugaban bien el torneo pasado porque se fueron a otros equipos. Así que ahora están los que subieron de la de la reserva.




-¿El objetivo es mantener la categoría?
-Sí, está muy difícil. Ese el objetivo. En la Liga son 10 equipos que juegan cuatro veces entre sí.

-¿Qué imaginás para tu futuro?
-Quiero volver a jugar en Primera y retirarme en Olimpo porque ahí me crié y me hice futbolista. Lo sigo siempre. Estuve mucho tiempo afuera y seguramente ya no me conocen. Pero bueno, tengo videos y si es necesario, me quedaré un par de semanas a prueba porque sé que las condiciones las tengo.

-En el aspecto económico, ¿pudiste hacer una diferencia?
-He invertido en departamentos. Ahora tengo tres en alquiler.

-¿Estás nacionalizado austríaco?
-Todavía no, pero quiero hacerlo porque dejaría de ocupar cupo de extranjero. Pueden jugar seis por equipo. Estoy estudiando leyes para rendir algunos exámenes y así puedo obtener la ciudadanía.

-Por último contame una anécdota que te acuerdes...
-A la tercera semana de estar en Viena, me corrió la policía. Iba en auto y pegué la vuelta mal en una calle ancha porque quería volver a mi casa y no me quería perder



























. Justo había llegado un amigo de Argentina, imaginate el susto cuando me frenó y me empezó hablar en alemán. No sabíamos para donde disparar. Yo pensé que era por eso que me estaban parando, hasta que sacaron una máquina de fotos y se empezaron a reír. Querían que les dé un autógrafo y me saque una foto con ellos. Fue después de haber ganado el clásico contra el Rapid y el segundo partido había metido un gol de cabeza así que ya me conocían.

Gabriel Carrizo Koren