Las Entrevistas de El Gráfico

Hugo Porta, en primera persona

Como en un curioso designio, nació el Día del Maestro hace 56 años. Sigue siendo un referente del rugby argentino.

Por Redacción EG ·

15 de enero de 2009
Nota publicada en edición febrero de 2008 de la revista El Gráfico.

>> CALENTARSE NO SIRVE. Fui al club desde los tres años. Siempre fui Huguito, El Nene... Jugaba bastante bien al fútbol y al tenis, pero el tenis no contribuyó para mi bien: era un protestón, tiraba la raqueta al piso, me deformaba...

>> GRACIAS AL TENIS. Andaba por los trece años y jugaba en un torneo del Club Belgrano. Mi viejo me veía desde la tribuna, pero el padre de mi rival se apoyaba en la verja divisoria, se metía en todo. Entonces discutió un par de tantos y alguna pelota en el fleje en contra mío... Yo buscaba a mi viejo y él se quedó ahí, tapándose con La Prensa... Cuando terminó el partido le dije a mi papá que no jugaba más al tenis. Y así empecé con el rugby.

>> NO SIEMPRE SE ENTIENDE. Cuando mi papá me dejó solo en ese momento, hizo lo correcto; yo tuve que discutir el tema del partido solo. Ese tipo de cosas a veces no se entienden al principio, pero con el tiempo sí. Y se agradecen.

>> QUIERO VALE RUGBY. Yo jugaba al rugby en Banco Nación por medio tiempo. Era un 4 de copas. En el primer verano jugué hasta waterpolo. Pero al año siguiente, en 1966, empecé a ganarme mi puesto. ¿Cómo? Ante todo, trabajando mucho.

>> DE EGOISTAS Y JUGADORES. El rugby es un juego de equipo, sí, pero no crean que es tan así... También hay mucho protagonismo, un cierto egoísmo. Uno muchas veces quiere ser una parte del grupo, pero una parte importante.

>> GUIA-2. A mí me guió mucha gente al comienzo, cuando arrancaba, pero recuerdo especialmente a dos, Julián Gutiérrez y Lino Pérez, ellos me aconsejaron muy bien.

>> OJO CON EL MENSAJE. En la vida no siempre se gana y en el deporte tampoco. Lo malo es tratar de ganar de cualquier manera, a costa de todo, eso no sirve.

>> PRIMERO LA INTELIGENCIA. La fuerza bruta no sirve. Cuando Argentina les ganó a los Springboks como Sudamérica XV, en 1982, veníamos de perder en Pretoria. Cambiamos la táctica, mejoramos la estrategia y ganamos la revancha por 21-12, y eso demostró que la capacidad de análisis puede cambiar una táctica, que la ductilidad vence a la técnica y que ellos cometieron un gran pecado: subestimar al rival. Todos los partidos se juegan hasta el último minuto.

 

 

>> BIENVENIDOS LOS PROBLEMAS. Eso de sentirse o saberse bueno provoca una mezcla de sentimientos. Yo no me sentía el mejor, y al mismo tiempo, tenía confianza en mí, pero cada partido era siempre un problema nuevo, y esa descarga de adrenalina me hacía sentir seguro y enfrentar el desafío con alegría.

 

 




>> POR AMOR NO POR DINERO. Mi fundación tiene como objetivo darles a los chicos carenciados una salida por el deporte. No es una cuestión de tirarles una pelota y listo, sino que en la vida hay que capacitarse, enfrentar, trabajar. No buscamos campeones mundiales, buscamos seres humanos que a través del deporte puedan vivir mejor.

>> PALABRA MAYOR. El deporte tiene el poder de cambiar el mundo dice Mandela, el chairman de Sport for Good, que es parte de Laureus. Y tiene razón. Es encontrar la esperanza donde no la hay a través del lenguaje universal, el del deporte. En el mundo, Laureus está formado por 42 miembros que tienen como requisito haber sido el número uno de su país. Estamos Bobby Charlton, Franz Beckenbauer, Mark Spitz, Martina Navratilova... Es un honor estar entre ellos. Y desde hace tres años y medio, Laureus Argentina tiene 5 proyectos en Salta, Mendoza, General Lamadrid y San Isidro.

>> MILAGRO EN LA MONTAÑA. En Salta, el cura “Chifri” –así lo llamamos todos– misionaba en las montañas y para trasladarse lo hacía en parapente. Un día quedó parapléjico y vino a Buenos Aires, se recuperó y hoy, todavía, sigue misionando. Y lo hace en bicicleta. Es una historia de vida maravillosa. Con él hacemos competencias deportivas con artesanos y los hijos de los artesanos. En Mendoza, en la ciudad Oeste, donde está el asentamiento La Favorita, logramos que 400 chicos tengan un plato de comida caliente. Esa es una alegría de todos los días...

>> HAY QUE MOVERSE. Cuando dejé de jugar, me ofrecieron la embajada en Sudáfrica y luego pasé a la Secretaría de Deportes. No tuve tiempo de extrañar mis días de ex jugador, porque las nuevas funciones absorbieron todo. Hoy me dedico a mi fundación y a la empresa familiar. Ya mis dos hijos son grandes –Mariano tiene 29, Luciana, 28, y nos hará abuelos en marzo–, entonces disfrutamos con mi esposa, Ana Lía, compartiendo trabajo y familia. El asunto es no quedarse quieto.

>> GUARDA CON LOS RECUERDOS. Ser el mejor apertura del mundo fue una gran distinción, como haber ganado cinco Olimpia de Plata, y hasta el de Oro en 1985, pero no se puede vivir de recuerdos. Es en el presente donde se forja el futuro. Y si uno no encuentra nuevos desafíos, corre el riesgo de quedarse parado, sin mañanas.

>> LA POLITICA Y LO IMPOSIBLE. Cuando yo entré en la política, había políticos que llevaban toda la vida en eso. En el rugby, por ejemplo, se juega con una pelota ovalada. Si se entrena mucho, si se practica, se puede saber dónde pica la pelota... En política no...

>> UN TOQUE DE DISTINCION. Estar en la política me permitió, entre otras cosas, conocer al personaje vivo más grande del presente, Nelson Mandela. Fue algo muy fuerte para mí, sobre todo porque ahora también puedo tratarlo gracias a mi fundación.

>> CANILLAS ABIERTAS. Soy un tipo normal, que se levanta temprano todos los días y que va a hacer su trabajo. Una noche me entregaron el Olimpia de Oro y al otro día, cuando llegué a la empresa, tuve que ir a entregar unas canillas, porque había faltado un empleado. El hombre que me atendió no lo podía creer. “¿Qué hace usted acá, entregando canillas? ¿Cómo hago con mi hijo que quería conocerlo?”. Es como si tuviera dos vidas y una, la de todos los días, no fuera fácil de entender para los demás.

>> AUNQUE SEAS PELE, TE ECHAN. En Laureus hay muchas estrellas del deporte y no todos están realmente convencidos a fondo de lo que hay que hacer. Así, por ejemplo, como Pelé no asistía a las reuniones, lo sacaron. Y estamos hablando de Pelé. Michael Jordan venía poco, pero no se animaban a sacarlo por su gran prestigio. Entonces, Michael Johnson pidió la palabra y preguntó: “¿Quién es Michael Jordan? Yo soy Michael Johnson...”