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EL SUPER FUE OTRA VEZ DE BOCA

Con un gol de Battaglia de cabeza en el primer tiempo, el Xeneize volvió a quedarse con el gran clásico del fútbol argentino y ahora está a un punto del propio River y Estudiantes.

Por Redacción EG ·

04 de mayo de 2008

Aquella frase del partido aparte está más que gastada a esta altura, claro está. Sin embargo, no por eso deja de tener validez la afirmación. El tiempo –inmediato- lo dirá, pero este superclásico puede haber sido determinante para el futuro de Boca y River. Clave. Definitorio. De esos que marcan un antes y un después.  
 
Para Boca no cabía otra que ganar. Porque era local, porque entre semana se le complicó un partido en el que debía haber goleado y terminó ganando en forma apretada (con Cruzeiro, por los octavos de la Copa), porque su imagen últimamente no era la mejor y porque de no sumar de a tres, el campeonato iba a empezar a quedarle muy lejos.
 
A River un empate lo hubiera dejado bien parado. De ese modo hubiera seguido solo en la punta del torneo para encarar tranquilo la revancha en la batalla de Copa frente a San Lorenzo, el miércoles. Ni que hablar de lo que sería el estado de ánimo Millonario a esta altura en caso de una victoria en La Bombonera.
 
Pero el clásico número 182 del profesionalismo fue para el local, para el Boca de Ischia, que con muy poco y gracias al gol de Battaglia a los 14 minutos, sumó de a tres, volvió a prenderse con todo en el Clausura y le dio un golpazo al rival de siempre.
 
Arrancó mejor Boca, con Riquelme manejando los tiempos y Palermo luchando entre los centrales para darle más libertad de movimientos a Palacio. Justamente Rodrigo fue el que tuvo la primera clara. A los 13’ Tuzzio calculó mal y Palermo, que quedó de frente al arco, lo dejó solo. Tuvo todo el tiempo del mundo el bahiense para decidir qué hacer, pero otra vez volvió a jugarle en contra su falta de puntería: Carrizo se la mandó al tiro de esquina.
 
Sin embargo, la jugada quedó en anécdota un minuto después. Porque de ese córner ejecutado por Riquelme llegó el cabezazo de Battaglia, viejo héroe de estas batallas (además fue la figura de la cancha), que a la larga significaría la victoria.
 
Hubo poco más. No sólo en ese primer tiempo sino también teniendo en cuenta el complemento. El partido se hizo chato, opaco. Boca, que recuperó mucho más en lo anímico que en lo futbolístico, hizo su negocio dejando correr los minutos, pero lo que sorprendió fue lo de River.
 
Sin juego, a veces sin actitud y sumamente desordenado, salvo por un cabezazo de Abreu a seis del final, casi ni inquietó a Caranta y estuvo lejos de aspirar siquiera al empate. Es cierto, el Millo sigue puntero y con las chances intactas en la Copa, pero si no cambia la imagen que dejó esta tarde en La Bombonera…
 
 
Boca: Caranta; Maidana, Cáceres, Morel (ST 35’ Roncaglia), Monzón; Ledesma, Battaglia, Dátolo (ST 35’ A. González); Riquelme (ST 29’ Chávez); Palacio y Palermo. DT: Carlos Ischia.
River: Carrizo; Gerlo, N. Sánchez (ST 9’ A. Fernández), Tuzzio, Villagra; Ponzio, Abelairas; Ortega (ST 29’ Rosales), A. Sánchez, Buonanotte (ST 20’ Abreu); Falcao. DT: Diego Simeone.
Arbitro: Gustavo Bassi.
Estadio: Boca