Tenis

Cuando Del Potro frustró el sueño dorado de Djokovic

Con ranking protegido y un plan jurídico de apelación a la ITF para entrar al cuadro, el tandilense derrumbó al número uno del mundo tras derrotarlo 7-6 (4) y 7-6 (2) en la primera ronda de los Juegos Olímpicos de 2016.

Por Pablo Amalfitano ·

23 de septiembre de 2022

NOVAK DJOKOVIC no pudo concretar el sueño dorado en los Juegos Olímpicos del año pasado. Colgarse la medalla de oro en singles para el serbio no dejará de ser una quimera, sobre todo después de la última participación, en la que perdió en las semifinales en Tokio 2020 ante el alemán Alexander Zverev.

El número uno del mundo lo tiene todo. Ganó los cuatro Grand Slams y es el único que conquistó al menos dos veces cada uno. Ganó el Campeonato de Maestros cinco veces. Ganó todos los títulos de Masters 1000. Ganó la Copa Davis. Pero la medalla de oro sigue sin brillar en sus vitrinas y, salvo un milagro, será difícil que pueda ganarla en París 2024, la cita olímpica a la que llegará nada menos que con 38 años.

La última vez el responsable fue Zverev pero antes había sido Juan Martín Del Potro, seis años atrás. Después de haberle arrebatado la medalla de bronce en Londres 2012, en Wimbledon, construyó uno de los capítulos más maravillosos de su carrera en Río 2016 y su camino comenzó precisamente ante Djokovic.

 

Imagen Del Potro, después de derrotar a Djokovic en el debut en Río 2016.
Del Potro, después de derrotar a Djokovic en el debut en Río 2016.
 

Del Potro había regresado al circuito en febrero de 2016, en Delray Beach, y apenas llevaba un puñado de meses después de las tres cirugías en la muñeca izquierda. Para el tandilense los Juegos de Río surgieron como una meta personal.

Tenía ranking protegido para jugar en Brasil (se había lesionado cuando era 4º) pero también necesitaba un sostén para poder entrar, porque no había jugado por Argentina por Copa Davis la cantidad necesaria de veces en el ciclo olímpico. Y para jugar requería apelar a la Federación Internacional de Tenis (ITF).

Distanciado de la Asociación Argentina de Tenis durante varios años -no jugaba Copa Davis desde septiembre de 2012-, desde 2015 había recuperado el vínculo después de varios cambios en la dirigencia. Diego Gutiérrez, por entonces vicepresidente 2º y hombre clave en la conducción de la AAT, contó: “Juan Martín me pidió que lo ayudáramos y por eso, junto con Daniel, su padre, elaboramos un análisis argumentativo para demostrar que no había podido jugar la Davis por su condición médica”.

Del Potro no tenía las suficientes series encima pero en 2015, en medio de la rehabilitación, había compartido los duelos con el equipo argentino como un parte del grupo. Así estuvo a la par de sus compañeros, y bajo la conducción del capitán Daniel Orsanic, en los triunfos frente a Brasil y Serbia, dos eliminatorias disputadas en Tecnópolis. "Presentamos una carpeta, en aquel momento física, con documentación contundente y con la historia clínica de Juan Martín: necesitábamos demostrar que Juan Martín en 2015 no pudo jugar esas dos series por su lesión pero que acompañó a los jugadores”, explicó Gutiérrez.

De ese modo Del Potro, por aquel entonces 141º del mundo, llegó a los Juegos Olímpicos con un ranking protegido bien alto y no fue preclasificado. En pocas palabras: en lugar de ser número fijo en los cuadrantes del sorteo fue al bolillero y se transformó en el hombre que todos querían evitar. El azar dispuso, entonces, que cayera justo al lado del número uno del mundo.

Djokovic llegaba a Río como llegó el año pasado a Tokio: era el máximo favorito, había ganado cuatro de los últimos cinco Grand Slams y soñaba con colgarse al cuello la medalla más importante del torneo. Pero Del Potro, alimentado por sus nuevas cualidades integrales -en ese tiempo mejoró el revés con slice como recurso ante la imposibilidad de pegar suelto con dos manos- y empujado por un espíritu olímpico inquebrantable, lo desbordó en los momentos clave de un partido apretado y construyó, a partir de allí, "la mejor semana de su vida", según sus propias palabras. El camino lo llevó hasta la final olímpica y a colgarse la medalla de plata después de caer ante Andy Murray.

Ausente en la última cita olímpica por no haber llegado a recuperarse de la cuarta cirugía en la rodilla derecha, una lesión que lo alejó del circuito los últimos tres años, Del Potro le dedicaba, en vísperas de Tokio, un comentario en las redes a su amigo Djokovic: "¡Te estaré vigilando! esta vez tenés tu oportunidad, amigo". La respuesta de Djokovic resultó oportuna en pleno clima olímpico: "Sos mi mejor amigo. Deseo verte pronto de nuevo en la cancha, incluso si me pateas el trasero en los Juegos Olímpicos cada vez que jugamos".

En medio del torneo el serbio volvió a dedicarle un mensaje ante la prensa: "Me siento aliviado de que Del Potro no esté en Tokio, pero también estoy muy feliz por verlo entrenarse de nuevo. Es uno de mis mejores amigos del circuito. Espero que pronto vuelva al más alto nivel". El tandilense había sido su vedugo en los anteriores dos Juegos Olímpicos pero aquella vez, aun ante su ausencia, Djokovic seguirá sin concretar el ahlelo dorado. Y será complicado que vuelva a tener otra oportunidad.