Lionel Messi

Colapinto-Messi: otro capítulo de la novela a la que le falta un cierre

El gesto del representante Albiceleste en Fórmula 1 que conmovió al capitán de la Selección Argentina.

Por Redacción EG ·

16 de junio de 2025

FRANCO COLAPINTO Y LIONEL MESSI tuvieron un fin de semana de acción. El domingo, el pilarense corrió el Gran Premio de Canadá en Montreal y terminó 13° con su Alpine, mientras que el sábado, el capitán de la Selección Argentina estuvo en el 0-0 de Inter Miami contra Al Ahly en la inauguración del Mundial de Clubes.

Desde hace mucho que ambos mantienen un vínculo a la distancia y sustentado en diferentes gestos que se iniciaron con el regalo que le hizo el 10, que le mandó una camiseta suya autografiada en la previa de la primera victoria de Franco en la Fórmula 2, en Imola, cuando todavía no había debutado con Williams en la máxima categoría.

"No lo puedo creer, la recibí casi llorando. Estoy muy agradecido a Leo, la voy a mandar a encuadrar, es una reliquia histórica del mejor jugador del mundo y el mejor deportista de nuestro país. Seguro que ayudó para ganar hoy", dijo Franco en esa ocasión.

 

Como contrapartida, Franco confesó que "le quiero dar mi casco firmado, estoy en eso. Pero tengo uno solo, si le doy el que tengo ahora, corro sin nada", bromeó.

El padre del corredor, Aníbal Colapinto, había dicho en septiembre pasado que "con Leo Messi no se conocieron personalmente, pero ya estuvieron hablando y se deben un almuerzo". Finalmente, aunque se esperaba que quizás se reunieran entre los Grandes Premios de Fórmula 1 de Austin y Las Vegas, el esperado encuentro no se dio.

Ahora hubo otro gesto fuerte: Colapinto le mandó finalmente su casco y la Pulga lo recibió con beneplácito en el entrenamiento de su equipo de cara a la próxima presentación en el Mundial de Clubes.

Con una sonrisa a flor de labios, Messi leyó el mensaje inscipto: "Gracias por tantas alegrías y aprendizajes. Todo lo mejor", fueron las palabras trazadas por el piloto de 22 años.

 

Se trata de un mojón más de una relación a la que le falta la frutilla del postre: el abrazo en persona entre ambos.