La argentinidad al palo: Dibu Martínez y el amor albiceleste, capítulo mil
El gesto del inefable arquero de la Selección Argentina que levantó muchos comentarios.

EMILIANO MARTÍNEZ, el superhéroe sin capa pero con guantes que tiene la Selección Argentina, se convirtió en enemigo público número uno de los franceses a partir de su enorme actuación en la final del Mundial de Qatar, la atajada heroica y agónica ante Kolo Muani y la actuación en la tanda de penales que derivó en la consagración de la Scaloneta.
Eso, más sus constantes gestos provocativos en las definiciones desde los doce pasos, bailes de festejo y las reacciones irónicas exacerbaron la bronca que le prodigan y que tendrá un nuevo capítulo este miércoles cuando salte al campo de juego del Parque de los Príncipes de París para enfrentarse con Aston Villa a PSG por los cuartos de final de la Champions League.
El Dibu responde al odio de los rivales con otros gestos que también reflejan su fanatismo por los colores que defiende, como cuando se pintó la bandera argentina en la cabeza en las últimas instancias de la cita mundialista o en el reciente clásico de Eliminatorias contra Brasil.

Ahora eligió otra manera provocativa de viajar hacia territorio galo: se calzó una gorra con los colores argentinos y cada uno de los trofeos que obtuvo con el equipo nacional, la que lució de manera orgullosa y siempre con una sonrisa en el rostro.

De ninguna manera parece ser una decisión descuidada de su parte, sino perfectamente estudiada y premeditada, en busca de irritar y comenzar a ganar el partido ya un día antes. Tal como lo había manifestado hace un par de semanas, "estoy preparado para que me silben los 90 minutos, creo que va a ser peor que en el partido con el Lille".
En efecto, en aquella oportunidad en el marco de la Europa League, Dibu fue estrella absoluta de la definición por penales y otra vez absorvió todas las miradas e insultos, algo que surgió el efecto contrario del esperado para los fanáticos franceses que le dedicaron todo tipo de improperios.
Lo que no te mata, te fortalece, reza el conocido dicho, que parece hacerse carne en el ganador de múltiples premios como defensor de los tres palos. "Lo bueno del partido en Francia es que en mi equipo van a tener menos presión porque la gente va a insultarme más a mí, pero lo tengo totalmente controlado", afirmó con aplomo y un tono que evidencia un absoluto dominio de la situación.