NOVAK DJOKOVIC será la figura rutilante del primer torneo grande de la gira europea de polvo de ladrillo: la semana próxima, del 9 al 17 de abril, reaparecerá en el Masters 1000 de Montecarlo, en las instalaciones del mítico Montecarlo Country Club.

El número uno del mundo tendrá todas las miradas encima: impedido de jugar la mayoría de los torneos por no estar vacunado contra el covid -es el único no inoculado en el top 100-, el serbio genera revuelo en cada certamen que le abre las puertas. Montecarlo ya había confirmado semanas atrás su presencia estelar.

El serbio lleva más de dos días en Mónaco y se entrena en el legendario club del Principado. Este miércoles, por caso, compartió el entrenamiento con el italiano Jannik Sinner, actual 12º del mundo y ex 9º, en busca de recuperar sensaciones de competencia.

Su presencia en Montecarlo tiene lugar tras apenas tres partidos disputados en toda la temporada: sólo jugó en Dubai, con dos triunfos y una derrota, dado que fue deportado de Australia y que no tiene permitido el ingreso a los Estados Unidos, por lo que se perdió los Masters 1000 de Indian Wells y Miami.

En el torneo que tuvo la final sin final, Djokovic buscará su tercera corona: ya fue campeón en 2013, cuando superó 6-2 y 7-6 a Rafael Nadal, y en 2015, el año en el que derrotó al checo Tomas Berdych por 7-5, 4-6 y 6-3.

Por estos días Djokovic atraviesa su semana número 364 al frente del ranking ATP, la cifra récord con la que enterró meses atrás las 310 semanas que tuvieron a Roger Federer en la cima.