LAS ANÉCDOTAS DE DIEGO MARADONA con otros deportistas argentinos son muchas. Hay para todos los gustos. Algunas más risueñas, otras más emocionantes. Y otras, absolutamente épicas. Todas con un denominador común: la pasión y el amor del 10 hacia aquel que vistiera la celeste y blanca.
David Nalbandian fue el protagonista de una noche única en el ATP de Buenos Aires 2008 con un hincha que lo alentó sin parar y sin control, fiel a su estilo: Diego, por supuesto.
Nalbandian tras su triunfo
En una
remontada increíble, el tenista argentino se quedó con un triunfazo en cuartos de final
ante el italiano Potito Starace por 4-6 7-6 (5) 6-4, en un
Court Central con clima picante como si fuera una Copa Davis.
Maradona alentó sin parar a Nalbandian. Lo hizo a su manera. Intenso, expresivo y
algo desmedido, con insultos que molestaron al italiano.
"Me insultó desde que comenzó el partido. Diego me hizo perder la cabeza. Me dirigí al árbitro y le dije: ‘O lo callas o le doy con la raqueta en los dientes’", contó Starace, días después.
El enojo y la tristeza del particular Potito, un personaje simpático del circuito en ese entonces, era doble: no sólo había sido derrotado en un partido que estaba a punto de ganar, sino que
él era hincha de Napoli y gran fanático del 10. Su ídolo lo sacó de quicio y lo hizo perder un partidazo.
La historia no podía terminar así.
Al enterarse de los dichos de Starace, tiempo después Maradona le firmó una camiseta y se la regaló para disculparse.
Diego con Nalbandian en el vestuario
Nalbandian
era 11° del mundo y estaba consolidado entre los mejores del momento, tras la conquista de sus dos Masters 1000 a fines de 2007, con victorias sobre Novak Djokovic, Rafael Nadal y Roger Federer. Y siempre agradeció
el incondicional apoyo de Diego durante su carrera, pero en esa ocasión más todavía:
el rey sobrevivió a Starace, siguió y derrotó en la final a José Acassuso. La corona fue suya, gracias al aliento en una noche épica de su hincha más fiel.
Fotos Argentina Open