LAS CRÓNICAS DE EL GRÁFICO

1951. Huracán - Gimnasia y la crónica por no descender

Por Redacción EG · 08 de mayo de 2019

Por Borocotó. La última Fecha del Campeonato de Primera División convocó a propios y extraños a un vibrante encuentro, que lacraría el destino de uno a jugar en el ascenso durante la siguiente temporada.


Incierta era la victoria para Huracán al finalizar el primer tiempo, en el que iba perdiendo por uno a cero frente a un rival que se mostró sereno y ordenado y cuya línea media fue la dominadora del campo de juego.

 

Tiro libre contra Huracán cerca del área penal y rechazo corto de Gaggino. Arcos, que estaba adelantado, toma el rebote y con un tiro a media altura marca el primer tanto del match a los 30 minutos.
  
El empate de Huracán se produjo a los 11' del segundo tiempo. Ejecutó Nazionale un tiro libre y López desvió de cabeza batiendo a Rodenak.
 

Durante esos 45 minutos la tarea de Ricardo fue difícil y múltiple, mientras que su colega del otro bando, Rodenak, apenas si estuvo en una situación peligrosa a los 35 minutos, Los adictos al team de la casa mostraron su desaliento. En compromiso tan difícil el team no había respondido. Muy nervioso, adelantándose en demasía sus forwards, dejó un claro grande en medio del campo en el que se situaron los halves visitantes, para desde allí dirigir las acciones y destacar nítidamente la figura ordenadora de Arcos. Pero al comienzo del segundo tiempo pudo observarse que Rossi llevó la misión de obstruir la acción de Arcos, de reducirle el terreno impidiéndole libertad de desplazamientos. No consiguió anular al centromedio, pero sí amenguar su brillantez. Esa labor de Rossi y un afán de triunfo, aunque sin orden, habrían de concretarse en victoria sobre los finales del match.

 

Efusivos abrazos ante el gol de la victoria obtenido por López.
  
López aparece en la fotografía después de la conquista. El hincha que lo aprisiona expresa su enorme alegría, mientras José Laguna trata de que no cansen más al centre-forward que marcó los dos tantos de Huracán y, con ello, le dio la victoria a su equipo.
 

No llegó Huracán a un despliegue armonioso, no consiguió orden en su labor, pero empujó a fondo y gestó las situaciones propicias para la obtención de goles que le habrían de acordar el tan ansiado triunfo. Una entrada de Bravo con shot que rozó el travesaño, dos posibilidades en los pies de Armoa, un shot en un poste de Quiñones, una jugada de las muy características de López en las que buscando un metro más se le acabó la cancha y los dos tantos logrados por este centreforward completaron la serie de chances que no tuvieron sus rivales y que, por eso mismo, acuerdan justicia al marcador.

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Siempre el segundo tiempo borra un poco el recuerdo del anterior. Si tal cosa nos hubiera acontecido diríamos que Huracán ha sido un triunfador cabal, pero el cronista tiene sus anotaciones para juzgar los noventa minutos y, volviendo a ellas, lo innegable es que Gimnasia y Esgrime dejó la sensación de un juego ordenado, sereno, de un conjunto con más expresión de team. A la labor de su línea media cabe sumar la seguridad de sus zagueros en el despeje y la sobriedad en el ataque. Los forwards se desprendieron pronto de la pelota, buscaron el pase, mientras que los de Huracán fueron muy individualistas. Con pujanza, con afán enorme en el segundo período, especialmente, pero siempre atacando a empujones y quedando muchas veces en offside impulsados por ese enorme deseo del que hablamos.

 

Equipo de Huracán que al vencer por dos a uno a Gimnasia y Esgrima de La Plata adquirido el derecho de continuar en el círculo privilegiado. Van tres temporadas consecutivas que los del Globito atraviesan similar angustia.
 

Sin embargo, cabe decir que Huracán ganó bien. Y ganó bien porque a la vez, remitiéndonos al partido completo, tuvo a su favor la mayor cantidad de oportunidades. Habiendo empatado a los 11 minutos del segundo tiempo, en los quince finales fue que se registró ese shot en el poste de Quiñones, la entrada aquella de López gambeteando hasta que la pelota se le fue junto a un poste, y luego el tan o de la victoria. Gol maravilloso y que tuvo la primera puntada en un rechazo de su apremiada defensa. A Gimnasia el empate de nada le valía. Con un punto, y sabiendo que Quilmes ganaba, su suerte estaba decidida. De manera que se lanzó a fondo, a ganar o perder, y fue así que llegó el rechazo. López esperó la pelota en el centro del campo y sobre el costado izquierdo. Cuando ésta pasó la raya entró en posesión de ella y comenzó a correr con Quiñones a su lado. De atrás lo persiguieron a todo vapor, porque los hombres de Gimnasia acusaron un excelente estado físico.

 

Una entrada de Bravo a poco de comenzada la segunda etapa termina con un shot que hace pasar la pelota por sobre el travesaño arañando la madera. Durante el segundo período Huracán gestó situaciones dificilísimas para Gimnasia.
 

La carrera resultó dramática. López tenía la posibilidad de entregar la pelota a Quiñones, pero se le cruzó un adversario y se vio necesitado de sesgar su línea hacia el medio. Sorteó al rival y vio que Rodenak salía de la valla. Continuó en el sesgo y dejó el guardavalla fuera de acción, para entonces tirar corto y cruzado conquistando el gol. Faltaba un minuto y fracción. Aquello fue extraordinario. El estadio se sacudió, Huracán se había salvado del descenso, ya no tendría, como en los dos años anteriores, que luchar para proseguir en primera. López, el hombre que busca un metro más, fue el héroe. Esta vez la midió con el metro...

Huracán ganó. Su triunfo es inobjetable, pero Gimnasia dejó la Impresión de labor más ensamblada. Fisonomías bien diferentes por cierto. Podríamos decir que Gimnasia ganó a puntos y Huracán por K. O.

 


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