En los Octavos de final, Argentina se enfrentó ante la temible Brasil, debido al tercer puesto obtenido en la primera ronda.
El asedio brasilero no se hizo esperar ya que durante todo el primer tiempo y gran parte del segundo estrelló muchos remates en los palos y otros que fueron atajados por Goycochea. Pero en una jugada, Maradona se llevó la pelota, encaró, y cuando logró juntar a cuatro rivales, le dio un pase épico a Caniggia, éste eludió a Ricardo Taffarel, dejándolo revolcado por el verde césped y convirtió el único gol del partido.
Luego, Goycochea se encargó de que las siguientes definiciones por penales frente a Yugoslavia e Italia, lo hicieran sellar su pase a la historia grande de la selección albiceleste, además de colocarlo en una nueva final al vigente campeón del mundo frente, ni más ni menos, que Alemania.