LAS ENTREVISTAS DE EL GRÁFICO

2006. Carrario 100x100

Por Redacción EG · 17 de octubre de 2019

Silvio Carrario jugó en innumerable cantidad de equipos, dice que volvería a todos, cuenta sus pasos por los grandes como Boca y Racing y también por el resto de los clubes.


1 ¿Por qué Ca­rra­rio no va al Mun­dial? No sé, qui­zá por­que no tu­ve la suer­te que otros han te­ni­do…

2 ¿Por qué es­tás en Quil­mes y no en el ex­te­rior? Por­que no me lle­gó nin­gu­na pro­pues­ta con­cre­ta que me ha­ya se­du­ci­do, y por­que al fút­bol ar­gen­ti­no le de­bo mu­cho res­pe­to y agra­de­ci­mien­to. Pa­ra ir­me, me iría a un club su­pe­rior a los de mi país, y eso es di­fí­cil, por­que acá hay un gran ni­vel. En Quil­mes, es­toy bien. Cuan­do lle­gué, en la se­gun­da eta­pa del tor­neo, ha­bía muy po­cos pun­tos de res­pal­do. Por eso, el ob­je­ti­vo cen­tral no fue en­trar a la Co­pa, co­mo lo hu­bie­ra si­do si me que­da­ba en Ar­gen­ti­nos, si­no que acá la prio­ri­dad fue su­mar, ya que el año que vie­ne se bo­rra un tor­neo de mu­chos pun­tos y que­da­mos un po­co fla­cos de pro­me­dio.

3 ¿Por qué es­tás en Quil­mes y no en la B? Só­lo ba­jé una vez al As­cen­so, y si siem­pre me man­tu­ve en Pri­me­ra fue por mi tra­ba­jo. Es más, cuan­do yo arre­glé con Cha­ca­ri­ta en la B, tam­bién te­nía ofer­tas de la A, pe­ro fui a Cha­ca por­que me con­ven­cía esa pro­pues­ta.

4 ¿Es cier­to que “una dis­cu­sión en gra­ves tér­mi­nos” con vos, le pro­du­jo una he­mo­rra­gia na­sal a Gre­go­rio Pé­rez? No, no nos pe­lea­mos. Sim­ple­men­te hu­bo un en­tre­di­cho. Yo es­ta­ba ca­lien­te con él, por­que es­ta­ba bien en Ar­gen­ti­nos y me tu­ve que ir, pe­ro siem­pre fi­nal­men­te lle­ga la ver­dad. Yo di mi opi­nión por­que los di­ri­gen­tes me di­je­ron que me te­nía que ir por pre­sión del téc­ni­co, y me pi­die­ron que lo acla­ra­ra pa­ra que los hin­chas lo en­ten­die­ran. En­ton­ces lo di­je y él se eno­jó. Fue a re­pro­chár­me­lo al ho­tel en el que yo es­ta­ba con­cen­tra­do con Quil­mes, pe­ro no pa­só na­da más que eso. No nos fui­mos a las ma­nos.

5 ¿Por qué le gri­tas­te el gol de pe­nal a Ar­gen­ti­nos Ju­niors? Por­que es­toy en Quil­mes. La fal­ta de res­pe­to no es gri­tar­le un gol a un ex club. La fal­ta de res­pe­to es no gri­tar un gol pa­ra el club que es­tás ju­gan­do. Yo ten­go una gran ad­mi­ra­ción por Ar­gen­ti­nos, por los di­rec­ti­vos, por los uti­le­ros, por los hin­chas… Pe­ro lo mis­mo me pa­sa en Quil­mes. Y aho­ra es­toy en Quil­mes.

6 ¿Ma­rín fue el sal­va­dor de Ra­cing o un dic­ta­dor, co­mo di­je­ron va­rios? No, en to­do ca­so, a Ra­cing lo sal­va­ron los po­lí­ti­cos… Ma­rín fue uno que vio un ne­go­cio, arre­gló con otro, y chau. Sal­va­do­ra, de ver­dad, es la gen­te de Ra­cing, que su­fre y gri­ta.

7 ¿En Bo­ca per­dis­te la gran opor­tu­ni­dad de tu ca­rre­ra? Tal vez sí, pe­ro no tu­ve la con­ti­nui­dad que sí tu­vie­ron otros ju­ga­do­res. Yo ha­bía que­da­do muy mal de mi pa­so por Ra­cing, don­de me ha­bían des­pres­ti­gia­do mu­cho, y creo que fi­nal­men­te con tra­ba­jo re­cu­pe­ré un pres­ti­gio que en ese en­ton­ces pa­re­cía im­po­si­ble de re­cu­pe­rar. Sé que ten­go al­gu­nas con­tras, por­que na­die es per­fec­to, pe­ro ten­go más a fa­vor que en con­tra.

Con Bilardo, llegó ilusionado a Boca en 1996, pero no tuvo posibilidades de mostrarse.

8 ¿Ma­cri te co­no­ce la voz? Sí, ha­blé con él, y no tu­ve gran­des di­fe­ren­cias. Só­lo me fui por­que no tu­ve la po­si­bi­li­dad de ju­gar y de de­mos­trar si va­lía o no. Yo pre­fie­ro ju­gar en un club chi­co a es­tar inac­ti­vo en un equi­po gran­de. Co­mo no de­pen­día de mí mo­di­fi­car eso, me fui.

9 ¿Ni voz ni vo­to? No, a Ma­cri no lo ban­ca­ría en po­lí­ti­ca. No es de mi agra­do.

10 ¿Es cier­to que tu vie­jo co­me Va­lium co­mo ga­rra­pi­ña­das ca­da vez que ju­gás? No, qui­zá es un po­co ner­vio­so… Pe­ro tam­po­co tan­to. Vi­ve los par­ti­dos co­mo cual­quier pa­dre cuan­do jue­ga su hi­jo.

11 ¿Quién es más ído­lo en Bell Vi­lle, vos o Kem­pes? El... Kem­pes nos dio un cam­peo­na­to mun­dial, ju­gó en Ri­ver, en Va­len­cia… Hi­zo co­sas muy lin­das. Ido­los to­ta­les en mi pue­blo son Kem­pes, Cu­rio­ni, Mer­li­ni o Cor­na­glia. Ha­bría que pre­gun­tar­le a la gen­te, pe­ro yo no me sien­to a la al­tu­ra de ellos. Sé que me quie­ren, pe­ro no soy ído­lo. Kem­pes se me­re­ce un mo­nu­men­to en Bell Vi­lle.

12 ¿To­da­vía te con­si­de­rás un gran go­lea­dor? Sí, a la ho­ra de es­tar fren­te al ar­co, me con­si­de­ro uno de los me­jo­res. Me ten­go mu­cha fe.

13 Uno de los me­jo­res, ¿al ni­vel de Ba­tis­tu­ta por ejem­plo? Creo que Ba­tis­tu­ta es otra cla­se de go­lea­dor por­que es más po­ten­te, pe­ro yo de­fi­no con más cla­se. No di­ría que soy me­jor, ni peor. So­mos dis­tin­tos.

14 Cris­tian Cas­ti­llo, en Olim­po, ¿te da­ba una par­te de su suel­do? No… Lo ayu­dé con mu­chas asis­ten­cias, pe­ro él tam­bién es un gran ju­ga­dor. Y no fue al úni­co que le di lin­dos pa­ses… Hay va­rios con los que hi­ce bue­nas du­plas, co­mo Mü­ller, el pe­la­di­to Fer­nán­dez, que aho­ra es­tá en Tem­per­ley, Ale Ro­drí­guez…

15 ¿Sos­te­nés to­da­vía que an­du­vis­te bien en to­dos los clu­bes por los que pa­sas­te? Sí, en to­dos los clu­bes me fue muy bien, pe­ro co­mo siem­pre tu­ve mi pa­se, fui eli­gien­do si que­dar­me o no. To­dos los clu­bes me han que­ri­do, y yo siem­pre re­cuer­do lo me­jor de ca­da equi­po. Lo me­jor.

16 ¿De Ra­cing te fuis­te así por Ote­ro? No, me fui por­que Ra­cing era un lío. Mi­rá có­mo que­dó… Era una bo­la de nie­ve que se te­nía que cho­car con­tra una pa­red. Los ju­ga­do­res en ese mo­men­to te­nían que aguan­tar­se mu­chas co­sas, y yo no te­nía una per­so­na al la­do que me abrie­ra los ojos, co­mo pa­ra aguan­tar tan­tos pro­ble­mas sin pa­sar­la mal. Pe­ro bue­no, en la can­cha ren­dí.

 

En Racing vivió su etapa más conflictiva.
 

17 ¿Y de Bo­ca te fuis­te así por Bi­lar­do? Me fui así por­que no me que­rían. Si no te po­nen, es di­fí­cil de­mos­trar si ser­vís…

18 ¿Y de La­nús te fuis­te así por Mi­guel Brin­di­si? Con Brin­di­si no com­par­tía­mos cier­tas ideas. A mí no me cua­dra­ban al­gu­nas ac­ti­tu­des su­yas, co­mo téc­ni­co y co­mo per­so­na… No quie­ro ha­blar del te­ma. Ya pa­só.

19 ¿Y de Ar­gen­ti­nos te fuis­te así por Gre­go­rio Pé­rez? En esa épo­ca, yo es­ta­ba con un es­guin­ce muy gra­ve y, des­pués de ha­ber ju­ga­do dos par­ti­dos así, me ne­gué a ju­gar otros dos. En­ton­ces Gre­go­rio se eno­jó y di­jo que yo no ser­vía, pe­ro la rea­li­dad es que no po­día ju­gar. Si lo hu­bie­ra he­cho, me ha­bría per­ju­di­ca­do a mí y al equi­po.

20 Al­go ha­ce su­po­ner que no te­nés el ca­rác­ter de Lau­ra In­galls, ¿no? Cuan­do no me gus­ta al­go, sal­to, y de­fien­do lo mío. O si no doy un pa­so al cos­ta­do. Igual, he cre­ci­do mu­cho y apren­dí cuán­do con­vie­ne plan­tar­se y cuán­do no. Gra­cias a Dios no les fue muy bien a las per­so­nas con las que me he pe­lea­do. Y cuan­do es­tu­ve equi­vo­ca­do, no me dio ver­güen­za pe­dir per­dón.

21 ¿Quién te col­gó el car­te­li­to de ti­po con­flic­ti­vo? No sé quién, pe­ro fue en Ra­cing. Es­to se mue­ve de acuer­do a quién es más po­de­ro­so, y el di­rec­ti­vo de Ra­cing te­nía más po­der que yo. En­ton­ces los pe­rio­dis­tas siem­pre es­ta­ban de su la­do. De to­dos mo­dos, no guar­do ren­cor. Yo me preo­cu­po por de­mos­trar en la can­cha, y afue­ra, que siem­pre ten­go bue­na le­che. No soy un ti­po jo­di­do.

22 ¿Tam­bién fue un in­ven­to que gri­tas­te “da­le Ro­jo”, an­tes de un clá­si­co, en un ves­tua­rio, ju­gan­do pa­ra Ra­cing? Sí, fue to­do un in­ven­to de un di­ri­gen­te, que ya se acla­ró. No di­je en nin­gún mo­men­to quién hi­zo co­rrer ese ru­mor, pe­ro yo es­toy tran­qui­lo por­que no hi­ce eso, aun­que la man­cha igual me que­dó. Acla­rar­lo o de­cir que no fue así es al pe­do, por­que se ha­ce una bo­la más gran­de to­da­vía.

23 ¿El mis­mo ti­po in­ven­tó que de­jas­te des­tro­za­do e inun­da­do el de­par­ta­men­to que te ha­bía da­do Ra­cing? Sí, sí. Lle­gué de la pre­tem­po­ra­da y no te­nía más mi de­par­ta­men­to. La ro­pa es­ta­ba ti­ra­da en el pa­si­llo…

24 ¿Qué sen­tis­te cuan­do te de­sa­lo­ja­ron del ho­tel por la deu­da que man­te­nía el club? Me sen­tí muy mal, por­que yo te­nía una cria­tu­ra chi­ca y se di­je­ron un mon­tón de co­sas, pe­ro gra­cias a Dios ya lo pa­sé. Aho­ra só­lo guar­do el re­cuer­do de la gen­te de Ra­cing, que es es­pec­ta­cu­lar. Lo im­por­tan­te es en­ten­der có­mo es el ne­go­cio, pa­ra sa­ber có­mo ac­tuar.

25 Des­pués, en otro ho­tel, ¿te ro­bó una mu­ca­ma? Sí, se po­dría de­cir que sí…

26 ¿Ha­blas­te en te­ra­pia de tu pro­ble­ma con los hos­pe­da­jes? No. Tu­ve mu­chos pro­ble­mas en los ho­te­les por­que te­nía to­das mis per­te­nen­cias ahí, y me sa­ca­ban de uno a otro, por­que no pa­ga­ban… Así, vi­vien­do co­mo gi­ta­no, era to­do muy di­fí­cil. Lo im­por­tan­te fue que no me caí.

27 ¿No vas al psi­có­lo­go? No, nun­ca fui. En los ma­los mo­men­tos me aga­rré de mí, y de mis ga­nas de ju­gar al fút­bol.

28 ¿Es ver­dad que cuan­do que­rías ha­blar con Bi­lar­do él lla­ma­ba a un tes­ti­go pa­ra evi­tar ma­len­ten­di­dos? Sí, a él le gus­ta­ba po­ner un tes­ti­go, y otro pa­ra el ju­ga­dor, pa­ra que to­do que­da­ra bien cla­ro.

29 De­cís que de Bo­ca te fuis­te por­que “cuan­do Bi­lar­do pi­dió a Gue­rra en­ten­dí lo que bus­ca­ba”. ¿Qué es­pe­ra­bas, un li­ris­mo bi­lar­dia­no? No, se­gu­ro que no, pe­ro ahí me con­ven­cí. Yo te­nía la idea de ir a un equi­po gran­de y, aun­que a mí me gus­ta ju­gar al fút­bol, y to­car, nun­ca es­tá de más pro­bar otra co­sa. No se dio, y la lu­ché en otro la­do.

30 ¿Por qué só­lo te que­das­te tres me­ses en Ve­ne­zue­la? Por­que no es tan bue­no el fút­bol de ahí. Fue una ex­pe­rien­cia po­si­ti­va por­que es un país ma­ra­vi­llo­so, y Ca­ra­cas es una ciu­dad muy lin­da, pe­ro el fút­bol no es tan pro­fe­sio­nal co­mo acá. En­ton­ces, me vi­ne, pe­ro la pa­sé muy bien.

31 Es­tu­vis­te ahí cuan­do in­ten­ta­ron de­ses­ta­bi­li­zar el go­bier­no de Chá­vez. ¿Có­mo lo vi­vis­te? Tu­ve mie­do por­que es­ta­ba en otro país, pe­ro acá la caí­da de Fer­nan­do de la Rúa fue peor. El te­ma es que allá no sa­bía có­mo mo­ver­me, ni dón­de es­ta­ba el pe­li­gro.

32 ¿Vo­ta­rías a Chá­vez? Lo vo­ta­ría por el odio que le tie­ne a Es­ta­dos Uni­dos. Es un ti­po que tie­ne hue­vos, y se la ban­ca.

33 Des­pués de atra­ve­sar un ti­ro­teo en Ca­ra­cas, di­jis­te: “An­tes que dar­le de co­mer a Du­hal­de me que­do acá”. ¿Con Kirch­ner, cam­bió al­go? Pue­de ser, al­go me­jo­ra­mos. Igual, hay que es­pe­rar por­que es­tos son así… No hay que po­ner las ma­nos en el fue­go por nin­gún po­lí­ti­co.

Doce camisetas vistió Carrario a lo largo de su carrera: “Volvería a jugar en todos los clubes por los que pasé.”

34 En esa mis­ma no­ta ma­ni­fes­tas­te que “los pio­jo­sos no son los que no tie­nen pa­ra co­mer, si­no los res­pon­sa­bles”. ¿A quién vo­tas­te en el 2003? Al so­cia­lis­ta Al­fre­do Bra­vo.

35 ¿Por qué nun­ca fuis­te go­lea­dor de un tor­neo? Por­que no ju­gué en equi­pos que pe­lea­ran la pun­ta, pe­ro es­tu­ve siem­pre ahí. En Ra­cing se me pu­do ha­ber da­do, y jus­to me rom­pí el hom­bro. El te­ma es que, co­mo no es­tu­ve en Ri­ver ni en Bo­ca, siem­pre me fue más di­fí­cil que a otro. Más allá de eso, es­toy sa­tis­fe­cho con mis go­les y mis cam­pa­ñas.

36 ¿“Los hin­chas de Ar­gen­ti­nos vi­ven pu­tean­do” o Ca­rra­rio vi­ve pu­tea­do? No sé, pe­ro pa­ra mí Ba­tis­ta ten­dría que te­ner un mo­nu­men­to y ser hé­roe del club… Lo as­cen­dió, fue sub­cam­peón in­ter­con­ti­nen­tal, cam­peón de la Li­ber­ta­do­res, fi­gu­ra mun­dial, y no tie­ne un pu­to re­co­no­ci­mien­to. La can­cha lle­va el nom­bre de Ma­ra­do­na, que tra­tó a Ar­gen­ti­nos siem­pre con in­di­fe­ren­cia. Y al Che­cho, que se pe­ló el or­to más que na­die por Ar­gen­ti­nos, lo pu­tean. En­ton­ces, ob­via­men­te más me iban a pu­tear a mí… Des­pués, pa­só y me ova­cio­na­ron. Yo di­je eso de los hin­chas pa­ra que en­ten­die­ran que si los pi­bes del club po­nen el lo­mo, lo úl­ti­mo que te­nían que ha­cer era aga­rrár­se­la con ellos.

37 De ca­da diez hin­chas, ¿cuán­tos te aplau­den y cuán­tos te pu­tean? Creo que ocho me aplau­den, y dos me pu­tean. Ten­go un mon­tón de se­gui­do­res, y lo no­to per­ma­nen­te­men­te en la ca­lle y en la can­cha.

38 En Ital­cha­cao, de Ve­ne­zue­la, se­gún vos, “iban 40 o 50 per­so­nas a la can­cha”. ¿Ahí tam­bién te pu­tea­ban? Sí, me pu­tea­ban igual. Has­ta tu­vi­mos que sa­lir con la po­li­cía de vi­si­tan­te por­que nos que­rían ma­tar… Yo me ca­go de ri­sa, has­ta me di­vier­to con el que me pu­tea. Tra­to de pa­sar­la bien en la can­cha.

39 ¿La vo­ca­ción de “pu­tea­do” la de­sa­rro­llas­te en tus tiem­pos de ár­bi­tro? Pue­de ser. Cuan­do te­nía 18 o 19 años ju­ga­ba en la Pri­me­ra de Spor­ting, y a los ju­ga­do­res nos ha­cían ar­bi­trar a las in­fe­rio­res. Por lo ge­ne­ral, te­nía­mos que co­brar más pa­ra nues­tro club que pa­ra otro… En los clá­si­cos, era te­rri­ble.

40 ¿Cuál es el de­fen­sor más in­so­por­ta­ble fí­si­ca y psi­co­ló­gi­ca­men­te? Hay muy bue­nos de­fen­so­res. Por ejem­plo, a Sa­muel me cos­ta­ba un mon­tón pa­sar­lo, y no me ha­cía foul. No sé qué tie­ne, qui­zá sea la ubi­ca­ción, pe­ro me cos­ta­ba un hue­vo su­pe­rar­lo. Y lo mis­mo me pa­sa con Cro­sa, de Ra­cing.

41 ¿A qué de­fen­sor tu­vis­te de hi­jo to­da la vi­da? No sé, no di­ría uno. Por ahí a los de San Lo­ren­zo, Ar­gen­ti­nos o Bo­ca les hi­ce más go­les que al res­to, pe­ro no hay nin­gu­no al que ten­ga de hi­jo… Odiar, me de­ben odiar va­rios, pe­ro eso es nor­mal.

42 ¿La me­jor pa­ta­da que te pu­sie­ron? Me acuer­do de una que me pe­ga­ron de atrás, ju­gan­do pa­ra Cha­ca con­tra Fe­rro. Fue la que más me do­lió, y de he­cho, que­dé mal y unos días des­pués me rom­pí los li­ga­men­tos. Pe­ro no me acuer­do quién fue el de­fen­sor que me la pu­so…

43 An­tes eras go­lea­dor na­to, ¿y aho­ra qué sos? Soy un ju­ga­dor bas­tan­te com­ple­to. Ban­co bien la pe­lo­ta, pue­do me­ter un pa­se gol y pue­do lle­gar a de­fi­nir. Apar­te me ubi­co bien. Cuan­do veo que no voy a lle­gar al gol, tra­to de ti­rar­me atrás pa­ra par­ti­ci­par del jue­go, y cuan­do es­toy me­ti­do en la ju­ga­da, in­ten­to que me que­de una pa­ra me­ter­la. Me voy a lo To­ti Igle­sias… To­do de­pen­de de có­mo es­té ese día. Si me sien­to pre­ci­so, y me ne­ce­si­tan arri­ba, di­rec­ta­men­te me cla­vo en el área.

44 ¿De ver­dad te vas a re­ti­rar a los 45? No, no sé. El re­ti­ro es al­go que lle­ga­rá so­lo. Aho­ra es­toy pen­san­do en ter­mi­nar es­ta cam­pa­ña bien. Y des­pués pen­sa­ré en qué si­tua­ción es­toy pa­ra se­guir ju­gan­do.

45 ¿Se­guís pen­san­do que no vas a tra­ba­jar más cuan­do de­jes el fút­bol? Sí, si pue­do...

46 ¿Y qué vas a ha­cer en­ton­ces? Vi­vir del que tra­ba­ja.

47 ¿Si Chi­che So­sa di­ri­gie­ra a la Se­lec­ción, vos se­rías el nue­ve? No sé si tan­to… Por ahí, en esa si­tua­ción, me en­ga­ña­ría con otro.

48 ¿Y por qué te de­jó afue­ra en Cha­ca­ri­ta? No me acuer­do bien de eso, pe­ro sí, me ha sa­ca­do, me ha pues­to, de to­do. Es más que un téc­ni­co pa­ra mí, pe­ro no crean que por eso no me re­ta o no me di­ce na­da, eh. Al con­tra­rio. Me ca­ga a pe­dos más que a cual­quie­ra.

Para Chaca, jugó entre el 99 y el 2002. Fue el único club para el que jugó en el Ascenso.

49 En el 2000 di­jis­te que Gron­do­na co­rría ries­go de abur­gue­sar­se y trans­for­mar la co­sa en un ne­go­cio. ¿La co­sa no es un ne­go­cio? Sí, se­gu­ro, la AFA es un ne­go­cio, pe­ro den­tro de to­do, el ti­po ha­ce vein­ti­pi­co de años que es­tá, y el fút­bol ar­gen­ti­no se ga­nó un pres­ti­gio en el mun­do. In­clu­so, es el se­gun­do de la FI­FA y eso es im­por­tan­te pa­ra la Ar­gen­ti­na.

50 En la gran em­pre­sa del fút­bol ar­gen­ti­no, ¿qué car­go tie­ne el ju­ga­dor? Es el pi­be de la mo­to…

51 “Me lo ofre­cie­ron pe­ro tie­ne pro­ble­mas de al­co­hol”, di­jo Re­né Oroz­co so­bre vos el pre­si­den­te de la U chi­le­na, en el 2002. ¿Cuán­to min­tió? Mu­cho. Me sor­pren­dió que di­je­ra eso y, cuan­do lo lla­mé pa­ra pre­gun­tar­le de dón­de lo sa­có, me con­tes­tó que no lo ha­bía di­cho. Pe­ro me so­pla­ron que no era muy con­fia­ble… Igual no me preo­cu­pó. Me sal­vó: gra­cias a eso me que­dé en la Ar­gen­ti­na.

52 ¿En cuán­tos clu­bes te apu­ró la ba­rra? Só­lo en Ra­cing, y por­que me la man­da­ron…

53 ¿Cuál fue la ba­rra más jo­di­da que co­no­cis­te? En to­dos los clu­bes es­tán las ba­rras, y se­gún có­mo uno se lle­ve, pue­den ser jo­di­das o no. Yo creo que el ju­ga­dor de fút­bol tie­ne que ser in­te­li­gen­te y no me­ter­se en cier­tos te­mas. No­so­tros no po­de­mos arre­glar ese pro­ble­ma, y quie­nes de­ben arre­glar­lo, no lo ha­cen. Los ju­ga­do­res te­ne­mos que con­vi­vir con ellos…

54 ¿Hay que pa­gar cuo­ta en esa con­vi­ven­cia? No, te­nés que ser buen ti­po y no fa­llar­le a tu equi­po. Yo no pa­gué, y no lo ha­go. No ne­ce­si­to com­prar mi res­pe­to.

55 ¿Por qué di­jis­te que el pro­ble­ma con Fab­bia­ni es que “es­té li­bre”? No, por na­da, pe­ro lo que me mo­les­tó de él no fue su ma­ne­ra de ju­gar… Al­gu­nos lo sa­ben, y otros no. No ten­go na­da más pa­ra de­cir.

56 Si no te­nés con quién de­jar a tu hi­jo Da­mi­ro, ¿pre­fe­rís que lo cui­de Ote­ro, La­lín o Ba­rrio­nue­vo? No, le pa­go un via­je y que se va­ya a Eu­ro­pa…

57 ¿Con Ba­rrio­nue­vo no que­dó to­do bien? Sí, sí, a mí siem­pre me tra­tó muy bien… Pe­ro no es pa­ra cui­dar un chi­co.

58 Si Brin­di­si “es men­ti­ro­so”, pe­ro “es me­jor que Mar­chet­ta”. ¿Mar­chet­ta qué es? Sin pa­la­bras.

59 Si “Bo­ca y Ri­ver tie­nen li­cen­cia pa­ra pe­gar”, ¿quién se las da? Y… Kru­po­vie­sa pe­gó una pa­ta­da cri­mi­nal ha­ce po­co y le die­ron dos fe­chas. Eso te da bron­ca cuan­do es­tás en un equi­po chi­co, por­que a no­so­tros por cual­quier co­sa nos dan tres fe­chas. Si aga­rra­ba de lle­no al ti­po que le pe­gó, lo que­bra­ba to­do. Yo no sé quién ma­ne­ja eso, pe­ro la mis­ma pa­ta­da en Quil­mes le hu­bie­ra cos­ta­do seis fe­chas de sus­pen­sión.

60 ¿Por qué le pe­gas­te al fo­tó­gra­fo que te sa­có una fo­to un día de re­vuel­ta en­tre la gen­te de Cha­ca­ri­ta y la po­li­cía? No le pe­gué al fo­tó­gra­fo y el pro­ble­ma no fue la fo­to. Yo no soy Ya­brán... Los po­li­cías es­ta­ban ti­ran­do ba­las de go­mas a la tri­bu­na y, cuan­do él se acer­có, di­jo: ‘Es­tos ne­gros de mier­da…”, y ahí es­ta­ba mi fa­mi­lia.

61 ¿Por qué no se con­cre­tó tu pa­se al fút­bol por­tu­gués en el 2001? No sé. Te­nía to­do lis­to, has­ta el pa­sa­je. Y so­bre la ho­ra, com­pra­ron a un fran­cés, y tu­ve que vol­ver to­do pa­ra atrás.

62 “Cuan­to más ig­no­ran­tes ha­ya, pa­ra al­gu­nos es me­jor”, di­jis­te en el 2000. ¿Eso ex­pli­ca que tras­cien­dan más tus pe­leas con un téc­ni­co que es­te ti­po de de­cla­ra­cio­nes? Pue­de ser. A los que go­bier­nan les con­vie­ne la gen­te ig­no­ran­te, pa­ra po­der me­ter­le siem­pre el de­do en el or­to. Eso se cae de ma­du­ro.

63 ¿Hay vio­len­cia en el fút­bol o hay fút­bol en la vio­len­cia? Hay vio­len­cia en el país. Eso no se va arre­glar en una can­cha, don­de se ex­pre­san los ner­vios, la pa­sión y el fa­na­tis­mo de las per­so­nas. Si hay vio­len­cia en to­dos la­dos, có­mo no la va a ha­ber en un lu­gar en el que se jun­ta la ma­sa y se de­fien­den dos ca­mi­se­tas dis­tin­tas.

64 ¿Igual, hoy te das cuen­ta de que, por ejem­plo, ale­tear co­mo una ga­lli­na fren­te a la hin­cha­da de Ri­ver no ayu­da a com­ba­tir la vio­len­cia? Sí, to­tal­men­te. Fue un mo­men­to de in­co­he­ren­cia mío, por el que pi­do dis­cul­pas. Sin­ce­ra­men­te no sé por­que lo hi­ce, pe­ro me de­su­bi­qué mu­cho. No pen­sé en agre­dir a na­die, si­no que qui­se ha­cer una jo­da, y se me fue a la mier­da el chis­te.

65 ¿Con qué se com­pa­ra una ro­tu­ra de li­ga­men­tos? Lo peor que te pue­de pa­sar en el fút­bol es es­tar pa­ra­do, y esa le­sión es un ba­jón aní­mi­co muy gran­de. Creo que es in­com­pa­ra­ble con otra co­sa… Hay cues­tio­nes más gra­ves, pe­ro en mi tra­ba­jo, es lo peor que te pue­de pa­sar.

66 ¿Pen­sas­te que se ter­mi­na­ba tu ca­rre­ra ahí, en el 99? No, por­que es­ta­ba con­ven­ci­do de que iba a vol­ver, y es­ta­ba en bue­nas ma­nos, con el doc­tor Pe­chersky.

67 Des­pués de 196 días inac­ti­vo, me­tis­te un gol ho­rri­ble con un ca­be­za­zo de­fec­tuo­so, ¿el más lin­do de tu ca­rre­ra? Y… te­nía mie­do, in­se­gu­ri­dad y des­con­fian­za. En­ton­ces, un gol fue… Bár­ba­ro. Igual, me cos­tó seis o sie­te par­ti­dos vol­ver a to­mar la con­fian­za.

68 ¿Es más di­fí­cil ser de­lan­te­ro en la B que en la A? Es di­fí­cil en cual­quier la­do. Qui­zá si un go­lea­dor de la A ba­ja a la B, no me­te ni un gol, por el equi­po y por las con­di­cio­nes de las can­chas, el ta­ma­ño, los po­zos…

69 ¿Qué fue lo más cer­ca que tu­vis­te a la dro­ga en el fút­bol? Una vez me die­ron un Dor­mi­cum…

70 ¿No vis­te dro­ga en el fút­bol? La dro­ga es­tá pre­sen­te en la vi­da, pe­ro no, en el fút­bol no tu­ve com­pa­ñe­ros que die­ran po­si­ti­vo, ni na­da por el es­ti­lo.

71 ¿Sa­bías que a Jor­ge Blan­co, un ju­ga­dor de La­fe­rre­re, lo es­tán echan­do del fút­bol por rein­ci­dir en el con­su­mo de ma­ri­hua­na? Sí, y me pa­re­ce mal. Así no ayu­dás al ju­ga­dor a re­ha­bi­li­tar­se. Lo mis­mo pa­só con el Lo­bo Cor­do­ne, que aho­ra es­tá ju­gan­do, y lo es­tá ha­cien­do de ma­ne­ra bri­llan­te. Eso me ale­gra por él, pe­ro me pa­re­ce mal echar a un ti­po del fút­bol sa­bien­do que tie­ne un pro­ble­ma. La AFA, el gre­mio o quien sea, de­be ha­cer­se car­go pa­ra tra­tar de re­ha­bi­li­tar­lo.

72 ¿A qué club no vol­ve­rías nun­ca? Vol­ve­ría a to­dos.

73 ¿Vos te abu­rrís de los clu­bes o los clu­bes se abu­rren de vos? Nin­gu­na de las dos co­sas. Cuan­do se ter­mi­na un con­tra­to, yo eli­jo la me­jor pro­pues­ta. Ge­ne­ral­men­te, me han vuel­to a pe­dir los clu­bes por los que pa­sé, así que abu­rrir, no se abu­rrie­ron.

Entre alegrías de fútbol, percances económicos. “Sólo a Español le hice juicio”, aclara.

74 ¿Tu­vis­te más clu­bes que mu­je­res? Sí, se­gu­ro. Tu­ve 12 clu­bes…

75 ¿Qué cla­se de nú­me­ro cin­co fuis­te has­ta el 87, cuan­do em­pe­zas­te a ju­gar de 9? Te­nía un es­ti­lo bas­tan­te si­mi­lar al de Fer­nan­do Re­don­do. Bah, in­ten­ta­ba te­ner­lo...

76 Ju­gan­do pa­ra San Mar­tín de Mar­cos Juá­rez, ¿vi­vías de las apues­tas? No, no era pa­ra tan­to. Se ju­ga­ba la po­lla, pe­ro per­días siem­pre, por­que ha­bía que acer­tar el re­sul­ta­do y era muy di­fí­cil.

77 ¿De to­dos los ár­bi­tros con los que dis­cu­tis­te, cuál es el peor? Uh… Hay va­rios, pe­ro lo de­jo en sus­pen­so.

78 En un Ar­se­nal-Ar­gen­ti­nos di­jis­te que ibas a ha­cer una de­nun­cia pe­nal con­tra Bas­si, por­que te tra­tó de pe­lo­tu­do y te ame­na­zó. ¿La hi­cis­te? No, lo di­je por­que es­ta­ba ca­lien­te en ese mo­men­to, pe­ro ya pa­só y lo de­jé ahí.

79 Pe­leas­te el des­cen­so con mu­chas ca­mi­se­tas, ¿cuán­tas ve­ces te in­cen­ti­va­ron y cuán­tas in­ten­ta­ron so­bor­nar­te? So­bor­nar­me, nun­ca, ni un in­ten­to. Lo otro, siem­pre. In­cen­ti­va­do he ju­ga­do to­da mi ca­rre­ra, por­que lo que más quie­ro es ga­nar... El in­cen­ti­vo de ter­ce­ros tam­bién es mo­ne­da co­rrien­te, pe­ro no me han lla­ma­do a mí ja­más pa­ra arre­glar esa cla­se de te­mas.

80 ¿Con qué ju­ga­dor no com­par­ti­rías nun­ca, o nun­ca más, un ves­tua­rio? Con el ti­po que me ro­ba di­ne­ro, o me sa­ca la bi­lle­te­ra.

81 ¿Ju­gas­te con al­gu­no de esos? Sí, he te­ni­do a al­gu­no co­mo com­pa­ñe­ro. Lo ha­cían cam­biar en otro ves­tua­rio por eso… No lo voy a nom­brar. Los ju­ga­do­res sa­ben quié­nes son.

82 ¿Ra­cing va a ju­gar la pro­mo­ción? Es­tá en una si­tua­ción di­fí­cil. Y es­tar ahí es co­mo te­ner dos gim­na­sios de pe­sas en­ci­ma, por la gen­te y por lo que sig­ni­fi­ca Ra­cing. El ju­ga­dor em­pie­za a mi­rar la ta­bla, el pe­rio­dis­ta ha­bla… Uno sa­be que hay ocho­cien­tos mi­llo­nes de hin­chas, y to­do el día te es­tán di­cien­do que sos un de­sas­tre... Qui­zás no sos tan ma­lo, pe­ro ahí las pier­nas te pe­san mil ki­los y eso te ha­ce ju­gar mal.

83 ¿Quién ga­na el Mun­dial? Pa­ra mí, Ho­lan­da o Por­tu­gal, que me gus­ta mu­cho y tie­ne de téc­ni­co a Sco­la­ri.

84 ¿A quié­nes lle­va­rías co­mo de­lan­te­ros pa­ra la Se­lec­ción? A Mes­si, Te­vez y Mi­li­to.

85 ¿Qué ar­que­ro te da mie­do? Nin­gu­no. Le ten­go res­pe­to a Na­va­rro Mon­to­ya, y a otros ar­que­ros con tra­yec­to­ria, pe­ro no mie­do.

86 ¿A quién lle­va­rías de uno al Mun­dial? El que más me gus­ta es Ca­rri­zo, el de Ri­ver, que ya de­mos­tró las con­di­cio­nes que tie­ne. Me gus­tó un mon­tón cuan­do ata­jó, pe­ro sé que no va a ir él. De los otros, cual­quie­ra es­tá bien. Quien sea es­pe­ro que se ilu­mi­ne y ata­je bien en Ale­ma­nia.

87 ¿Qué creés que di­ría Nes­ta si se en­te­ra­ra de que Ca­rra­rio fi­nal­men­te ju­ga­rá el Mun­dial? No sé qué di­ría, pe­ro se­gu­ro pe­di­ría vi­deos pa­ra ver quién soy…

88 ¿Tu­vis­te al­gún téc­ni­co que no su­pie­ra ab­so­lu­ta­men­te na­da de fút­bol? Sí, to­dos… No, no es que no sa­ben na­da, pe­ro qui­zá uno no com­par­te las ideas. Quien es téc­ni­co, al­go de­be sa­ber, pe­ro mu­chas ve­ces a uno no le gus­ta la ma­ne­ra de tra­ba­jar de su en­tre­na­dor.

El tweety explotó en Talleres, en 1994, cuando debutó en Primera, con 23 años.

89 ¿Qué fue lo más gra­cio­so que te pa­só en un ves­tua­rio? Una vez, en Cha­ca­ri­ta, se rom­pió un ca­ño y pu­sie­ron una man­gue­ra en reem­pla­zo. Cuan­do se fue a ba­ñar el Fla­co Vi­val­do esa man­gue­ra ex­plo­tó y le sa­lió el cho­rro hir­vien­do al pe­cho. To­dos nos mo­ri­mos de ri­sa, pe­ro des­pués no­ta­mos que te­nía to­do el pe­cho que­ma­do. Fue gra­cio­so, pe­ro cuan­do lo vi­mos así nos que­ría­mos ma­tar.

90 ¿Sos el tí­pi­co ha­bi­li­do­so que jue­ga bien a to­dos los de­por­tes? Sí, me las arre­glo.

91 ¿Y al fút­bol por qué no? Ah, no sé, ahí la za­fo. Co­rro y tra­to de ma­ne­jar­la.

92 ¿Qué ha­cés bien al mar­gen de lo de­por­ti­vo? Ehhh, si no cuen­ta co­mo de­por­te, pue­do de­cir que soy muy bue­no al pool.

93 ¿Es ver­dad que sos buen con­ta­dor de chis­tes? Eh… Ha­bía un ga­lle­go que es­ta­ba es­pe­ran­do el par­to de la mu­jer, y a las sie­te ho­ras sa­le la en­fer­me­ra. “Pues qué pas­ha con mi mu­jer, co­ño”, pre­gun­ta. “No, tu­vi­mos un pe­que­ño per­can­ce y hu­bo que arre­glar unos pro­ble­mi­tas”, con­tes­ta la ti­pa. “Puesh dí­ga­me, ¿qué fue lo que pas­hó con mi se­ño­ra?”. “No, su se­ño­ra es­tá bien”, le res­pon­de. “¡¿Pues mi ni­ño?!”, pre­gun­ta el ti­po. Y la en­fer­me­ra le ex­pli­ca: “Sí, con el ni­ño he­mos te­ni­do un pro­ble­ma y le he­mos te­ni­do que po­ner oxí­ge­no”. “¡Co­ño! –di­ce el ga­lle­go–, yo le que­ría po­ner Ma­no­lo”.

94 ¿Qué ex­tra­ñás más de Cór­do­ba, a Ta­lle­res, al fer­net o a la Mo­na Gi­mé­nez? A Ta­lle­res y a la Mo­na…

95 ¿Al fer­net no tan­to? No… por­que acá fer­net hay.

96 ¿El fer­net es di­ges­ti­vo? Eso di­cen.

97 ¿Al­gu­na vez te aco­só una fan? No, no tu­ve esa suer­te.

Después del caos en Racing y el banco de Boca, empezó a remar desde cero en Unión.

98 ¿Qué pa­la­bras re­cor­dás de Bian­chi? No re­cuer­do nin­gu­na en par­ti­cu­lar, pe­ro me cau­só una gran im­pre­sión el po­co tiem­po que com­par­tí con él.

99 Si Bian­chi te hu­bie­ra di­ri­gi­do más tiem­po, ¿es­ta­rías en Eu­ro­pa o es­ta­rías de­so­cu­pa­do? Es­ta­ría en Eu­ro­pa, por­que más allá de mi apa­rien­cia, cuan­do me ha­blan, sue­lo re­ca­pa­ci­tar. Se­gu­ro me hu­bie­ra guia­do pa­ra que no me equi­vo­ca­ra en cier­tos as­pec­tos. To­dos ne­ce­si­ta­mos que nos orien­ten, y yo soy dó­cil en ese sen­ti­do. Sé es­cu­char.

100 Aho­ra en se­rio, ¿por qué Ca­rra­rio no va al Mun­dial? Por­que Ar­gen­ti­na da ven­ta­jas…

 

 

Por Nacho Levy (2006).

Fotos: Jorge Dominelli y Archivo El Gráfico.


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