LAS ENTREVISTAS DE EL GRÁFICO

2005. Pumpido 100x100

Por Redacción EG · 09 de mayo de 2019

El arquero argentino campeón del mundo en 1986, Nery Alberto Pumpido ataja con destreza las 100 preguntas de El Gráfico repasando sus orígenes, vida y obra.


1 ¿Te con­si­de­rás un bi­lar­dis­ta? No. Bi­lar­do es el téc­ni­co que más me mar­có, pe­ro no jue­go co­mo sus equi­pos. Ten­go mi pro­pia ca­rac­te­rís­ti­ca.

2 ¿Qué es el bi­lar­dis­mo? Un in­ven­to de us­te­des, los pe­rio­dis­tas. Yo no sé de­fi­nir­lo. Es ló­gi­co que me pon­gan en su lí­nea por­que tra­ba­jé con él 7 u 8 años. Pe­ro tam­bién es­tu­ve con Me­not­ti, el pri­me­ro que me lle­vó a la Se­lec­ción, en 1980, y que tam­bién me con­vo­có pa­ra el Mun­dial 82. Car­los tu­vo el mé­ri­to de cam­biar la for­ma de ju­gar de la Se­lec­ción. De­mos­tró que el ju­ga­dor ar­gen­ti­no, si es bien tra­ba­ja­do, se adap­ta a cual­quier sis­te­ma. En su mo­men­to lo ma­ta­ban por de­fen­der con lí­nea de tres, co­sa que hoy ha­cen mi­les de equi­pos. El tiem­po le dio la ra­zón y pu­so en evi­den­cia a quie­nes lo qui­sie­ron echar dos me­ses an­tes del Mun­dial de Mé­xi­co.

Bilardo fue el DT que más lo marcó. Lo llevó a Boca como ayudante de campo.

3 De­fi­ni­te co­mo téc­ni­co: sos tác­ti­co, mo­ti­va­dor, lí­ri­co, ob­se­si­vo. Hay que ser un po­co de to­do y pro­gre­sar en lo que te fal­ta. Si no sos muy mo­ti­va­dor, tra­tar de ser más mo­ti­va­dor; si no sos muy tác­ti­co, tra­tar de cre­cer en tác­ti­ca.

4 ¿Cuál es tu fuer­te? Ma­ne­jar bien el gru­po, ir a bus­car los par­ti­dos siem­pre, no ser muy con­ser­va­dor. Pero lo fun­da­men­tal es sa­ber for­mar el gru­po.

5 ¿Y có­mo se ha­ce? Es­tan­do cer­ca del ju­ga­dor, ha­blán­do­le mu­cho pa­ra ha­cer­le en­ten­der que tie­ne una pro­fe­sión pri­vi­le­gia­da. Que de­be de­di­car­le dos ho­ras a full por día, na­da más... Me gus­ta ha­blar mu­cho con ellos.

6 ¿Te sen­tís un DT más re­co­no­ci­do afue­ra que en Ar­gen­ti­na? No me pon­go a pen­sar eso. Afue­ra soy muy re­co­no­ci­do, pe­ro acá hi­ci­mos dos años bár­ba­ros en Unión. Des­pués es­tán los lo­gros: fui el úni­co téc­ni­co ar­gen­ti­no que ga­nó la Li­ber­ta­do­res di­ri­gien­do a un equi­po ex­tran­je­ro. Y ese año fui ele­gi­do el se­gun­do téc­ni­co de La­ti­noa­mé­ri­ca y el quin­to en el mun­do. Muy po­cos lo lo­gra­ron. Si no hu­bie­ra si­do en 2002, jus­to cuan­do Bra­sil fue cam­peón del mun­do y Sco­la­ri ba­rrió con to­dos los pre­mios, se­gu­ro que ter­mi­na­ba pri­me­ro.

7 ¿Por qué di­jis­te que pa­ra ser téc­ni­co es me­jor ha­ber si­do ar­que­ro que en­gan­che? Por­que el ar­que­ro de­be ha­blar per­ma­nen­te­men­te y tie­ne una vi­sión dis­tin­ta y muy bue­na del cam­po de juego. A mí me sir­vió. Pa­ra el or­de­na­mien­to de un equi­po,  es fun­da­men­tal que ha­ble el ar­que­ro.

8 Da­da tu iden­ti­fi­ca­ción con Ri­ver, ¿fue un error ha­ber ido a Bo­ca co­mo ayu­dan­te de Bi­lar­do en 1996? No. A mí na­die me da­ba tra­ba­jo y Bi­lar­do me lla­mó.

9 ¿Eso te pue­de ce­rrar puer­tas en Ri­ver? No, si en Ri­ver di­ri­gió Me­not­ti, que ha­bía si­do téc­ni­co de Bo­ca; si Di Sté­fa­no sa­lió cam­peón en los dos; si Rug­ge­ri, Ga­re­ca, Ta­pia, Olar­ti­coe­chea y tan­tos otros ju­ga­ron en los dos; si Gat­ti fue ído­lo en Bo­ca des­pués de pa­sar por Ri­ver. Yo es­toy iden­ti­fi­ca­do ple­na­men­te con Ri­ver por to­do lo que he lo­gra­do.

10 Pe­ro lla­ma la aten­ción que nun­ca apa­re­cis­te co­mo can­di­da­to a DT de Ri­ver. A lo me­jor es­ta­ba con tra­ba­jo en ese mo­men­to. O no  les in­te­re­sa, qué sé yo.

11 ¿En Bo­ca te sen­tis­te có­mo­do o te pa­sa­ron fac­tu­ra por ve­nir de Ri­ver? No, pa­ra na­da, me sen­tí có­mo­do. Ade­más, a mí me lla­mó Bi­lar­do, no Bo­ca.

12 ¿Qué di­fe­ren­cias no­tas­te en­tre Ri­ver y Bo­ca? No ten­go ele­men­tos equi­va­len­tes pa­ra res­pon­der. En Bo­ca vi­ví muy po­co y des­de otra pers­pec­ti­va. En Ri­ver tu­ve cin­co años bár­ba­ros, ga­na­mos to­do, in­clu­so el úni­co tí­tu­lo del mun­do del club.

13 ¿Por qué te hi­cis­te ar­que­ro? Ni yo lo sé. Ca­sua­li­dad. Me gus­ta­ba ju­gar ade­lan­te, pe­ro un día me pu­sie­ron al ar­co y no me dis­gus­tó. No te­nía vo­ca­ción de ar­que­ro, me en­ca­ri­ñé con el tiem­po.

14 ¿Es el pues­to más di­fí­cil o el de los gi­les? Es un pues­to que re­quie­re una per­so­na­li­dad muy fuer­te. Si no, so­nas­te.

15 ¿Cuál es el me­jor ar­que­ro del mun­do? No hay uno por en­ci­ma del res­to, un su­per­do­ta­do. El ni­vel es pa­re­jo.

16 Ga­nas­te la Li­ber­ta­do­res co­mo ju­ga­dor y DT. ¿Cuál es la re­ce­ta? No hay. Si un téc­ni­co la tu­vie­ra, no la di­ría. Ne­ce­si­tás bue­nos ju­ga­do­res, un gru­po con ham­bre de cam­peo­na­to y lu­char­la mu­cho. Pe­lear ca­da par­ti­do a muer­te. Des­pués te su­ma la ex­pe­rien­cia de ha­ber­la ju­ga­do, por­que cuan­do la ga­né con Olim­pia era la pri­me­ra Co­pa que di­ri­gía.

El ultimo tesoro, la Copa que logró con Olimpia. También la ganó como jugador.

17 ¿Cuál dis­fru­tas­te más? Cuan­do sos téc­ni­co te­nés que es­tar en mil co­sas, co­mo ju­ga­dor es di­fe­ren­te. Pe­ro am­bas las dis­fru­té mu­chí­si­mo, ca­da una a su ma­ne­ra. 

18 ¿Cuál fue tu es­pe­jo en el ar­co? De chi­co no tu­ve ído­los. Los que más me en­se­ña­ron fue­ron Irus­ta y Bia­sut­to, com­pa­ñe­ros míos en Unión. De Irus­ta apren­dí a pe­gar­le a la pe­lo­ta, era el que me­jor le da­ba. Me que­da­ba con él des­pués del en­tre­na­mien­to, pa­ra pro­gre­sar. Bia­sut­to me en­se­ñó co­sas vin­cu­la­das a la per­so­na­li­dad del pues­to. Fui su­plen­te su­yo y des­pués él fue su­plen­te mío en el Na­cio­nal 79. Am­bos me apor­ta­ron mu­cho. Sien­do muy jo­ven, com­pe­tí con gen­te de ex­pe­rien­cia, pe­ro me acon­se­ja­ban. Fue­ron muy ge­ne­ro­sos con­mi­go. El Pa­to Fi­llol tam­bién me ayu­dó en la Se­lec­ción. Me an­ti­ci­pa­ba las co­sas y me trans­mi­tía su ex­pe­rien­cia.

19 Tu pun­to fuer­te y tu pun­to dé­bil co­mo ar­que­ro. No te­nía el es­ti­lo del Pa­to, no era muy vo­la­dor. Mi fuer­te era la ubi­ca­ción. Y me hu­bie­ra gus­ta­do te­ner más agi­li­dad.

20 ¿Có­mo te lle­va­bas con la pla­tea San Mar­tín del Mo­nu­men­tal? La popular te bancaba, pero esa platea... Te lo re­su­mo en un epi­so­dio: la San Mar­tín pu­teó has­ta a Alon­so. En un club gran­de siem­pre te van a exi­gir. Una vez lo di­je en El Grá­fi­co y que­dó pa­ten­ta­do: Ri­ver te da to­do y te qui­ta to­do. Es la rea­li­dad. Yo ten­go un re­co­no­ci­mien­to gran­dí­si­mo ha­cia Ri­ver: me dio la opor­tu­ni­dad de ga­nar to­do y lle­gar a Eu­ro­pa.

21 ¿Có­mo es tu vi­da de DT cuan­do no te­nés equi­po? Mi­ro fút­bol y es­pe­ro. Aho­ra ten­go una pers­pec­ti­va dis­tin­ta. No só­lo veo la par­te eco­nó­mi­ca, si­no tam­bién la de­por­ti­va. Uno ha lo­gra­do co­sas im­por­tan­tes y no se pue­de apre­su­rar a aga­rrar al­go. Por suer­te he te­ni­do va­rias ofer­tas de Pa­ra­guay, Ecua­dor, Pe­rú y Uru­guay. De acá me lla­ma­ron de La­nús ape­nas lle­gué de Mé­xi­co, an­tes de que contrataran a Go­ro­si­to.

22 ¿Sen­tís que abris­te el mer­ca­do pa­ra­gua­yo pa­ra los DT ar­gen­ti­nos? Pue­de ser. Cuan­do yo di­ri­gía ya es­ta­ba Cos­tas, pe­ro des­pués fue­ron Mar­ti­no, Thei­ler, Jo­ta Jo­ta, Sán­chez-Hra­bi­na, el Pro­fe Cór­do­ba...

23 ¿Te cos­tó ga­nar­te el res­pe­to en Pa­ra­guay? No, fue rá­pi­do. Lle­gué  y a los seis me­ses ga­na­mos la Co­pa des­pués de 12 años, jus­to pa­ra el cen­te­na­rio de Olim­pia.

24 ¿Ri­ver es­tá en tus pla­nes? Ri­ver siem­pre es­tá en mis pla­nes. Pe­ro soy un con­ven­ci­do de que las co­sas se dan co­mo con­se­cuen­cia de los re­sul­ta­dos y del tra­ba­jo. Na­die di­ri­ge un club por el só­lo he­cho de de­sear­lo.

25 ¿Cuál fue tu pri­mer con­tac­to con Bi­lar­do? En ene­ro de 1983, pa­ra su pri­me­ra con­vo­ca­to­ria. Yo es­tu­ve en la Se­lec­ción des­de 1980 has­ta 1990. Mi pri­mer par­ti­do fue con Me­not­ti, en Men­do­za, sien­do ju­ga­dor de Unión. El Pa­to ha­bía te­ni­do un pro­ble­ma fa­mi­liar y me lla­mó a mí.

26 ¿Al prin­ci­pio pen­sa­bas que Car­los es­ta­ba lo­co? Lo­co, no. Pe­ro nos cos­tó un tiem­po en­ten­der­lo. Era un cam­bio muy gran­de en la for­ma de tra­ba­jar, no es­tá­ba­mos acos­tum­bra­dos. Y tam­bién mo­di­fi­có la for­ma de ju­gar. Va­rias ve­ces me que­dé con la bo­ca abier­ta escuchándolo.

27 ¿Cuan­do te con­fir­mó que ibas a ser ti­tu­lar en Mé­xi­co 86? So­bre la ho­ra del Mun­dial, cuan­do dio la for­ma­ción.

28 En las eli­mi­na­to­rias el ti­tu­lar fue Fi­llol. ¿Ima­gi­na­bas que en el Mun­dial po­días ata­jar vos? Es­ta­ba a la ex­pec­ta­ti­va. Cuan­do su­pe que el Pa­to no iba, las es­pe­ran­zas se acre­cen­ta­ron.

29 ¿Quién era más ar­que­ro en el 86: vos o el Pa­to? En ese mo­men­to yo no lo po­día eva­luar. Si fui al Mun­dial, de­bo ha­ber si­do yo.

30 An­tes de via­jar, ¿pen­sa­ban que po­dían ser cam­peo­nes? La ilu­sión la tie­nen to­dos los plan­te­les, pe­ro de en­tra­da no nos pu­si­mos a pen­sar en el tí­tu­lo. Nos men­ta­li­za­mos par­ti­do por par­ti­do. Y lue­go cre­ció la idea de que po­día­mos ser cam­peo­nes.

31 ¿En qué mo­men­to no­tas­te que po­dían ser­lo? Des­pués de ga­nar­le a Uru­guay.

32 ¿Ar­gen­ti­na hu­bie­ra si­do cam­peón sin Ma­ra­do­na? En el 82 tam­bién es­tu­vo Diego. Eso quie­re de­cir que a Ma­ra­do­na, apar­te de su gran ni­vel, ha­bía que ro­dear­lo con un muy buen equi­po. Te­ner­lo a Die­go fue fun­da­men­tal, pe­ro al­re­de­dor de él hubo un gran equi­po co­mo el del 86. De lo con­tra­rio, Ar­gen­ti­na hu­bie­ra si­do cam­peón en Es­pa­ña 82, Ita­lia 90 o USA 94.

33 Pa­ra mu­chos, cual­quie­ra de los ocho fi­na­lis­tas del 86 era cam­peón con Ma­ra­do­na. No coin­ci­do. Die­go fue el me­jor del Mun­dial por le­jos, pe­ro es­tu­vo ro­dea­do de gran­des ju­ga­do­res.

34 ¿Qué era lo me­jor de Die­go fue­ra de la can­cha? Que era un com­pa­ñe­ro más. Que no se sen­tía Ma­ra­do­na co­mo la gen­te lo sen­tía a él viéndolo de afue­ra.

35 El me­jor par­ti­do de Ar­gen­ti­na en ese Mun­dial. Con­tra In­gla­te­rra. Tam­bién el se­gun­do tiem­po con Bél­gi­ca y la fi­nal con Ale­ma­nia. Si hoy ves los par­ti­dos y los ana­li­zás fría­men­te, no­tás que el fun­cio­na­mien­to de Ar­gen­ti­na era per­fec­to.

Un festejo especial en México 86. Diego acaba de meterle el segundo a los ingleses.

36 ¿Qué hu­bie­ra pa­sa­do si Olar­ti­coe­chea no sa­ca­ba con la nu­ca el 2-2 con In­gla­te­rra? Se se­guía ju­gan­do y pa­sá­ba­mos no­so­tros… El 2-2 nos ocu­rrió en la fi­nal y que­dó de­mos­tra­do que fue­ron dos pe­lo­tas y na­da más, nos re­cu­pe­ra­mos en­se­gui­da. Ar­gen­ti­na era el equi­po me­jor pre­pa­ra­do pa­ra ju­gar en el Dis­tri­to Fe­de­ral. Esa fue otra cla­ve.

37 ¿Có­mo te ca­yó que Gat­ti di­je­ra que en Mé­xi­co 86 el ar­que­ro fue Brown? Al lo­co hay que to­mar­lo o de­jar­lo.

38 ¿Lo to­más o lo de­jás? El que sa­lí cam­peón del mun­do fui yo y no él. Y el ar­que­ro más ga­na­dor fui yo y no él. Gat­ti ga­nó mu­chas co­sas ha­blan­do, tam­bién. Pe­ro a ni­vel Selección, no ga­nó na­da. Cuan­do lo qui­sie­ron po­ner de ti­tu­lar pa­ra un Mun­dial, se le­sio­nó.

39 Una vir­tud del Bam­bi­no Vei­ra. Ve muy bien el fút­bol. En el en­tre­tiem­po, por ejem­plo, es ra­pi­dí­si­mo para marcar los de­fec­tos y co­rre­gir­los. Y aun­que al­gu­nos len­gua lar­ga di­gan que tra­ba­ja po­co, na­da que ver. Tra­ba­ja bár­ba­ro.

40 Po­cos re­cuer­dan que te re­ti­ras­te en La­nús, en 1993. Fue des­pués de es­tar pa­ra­do seis me­ses, por­que lue­go de Unión ha­bía te­ni­do ofer­tas que no me con­ven­cían. Fí­si­ca­men­te es­ta­ba muy bien, pe­ro te­nía la ca­be­za en otra co­sa. Ha­bía vi­vi­do in­ten­sa­men­te los 12 años an­te­rio­res y la mi­ra ya es­ta­ba en otro la­do. Me re­ti­ré bas­tan­te jo­ven pa­ra ser ar­que­ro, a los 34.

41 ¿Por qué a Ri­ver le cues­ta tan­to ga­nar la Co­pa? No es fá­cil con­se­guir­la. Si te po­nés a ana­li­zar, Bo­ca la ga­nó cin­co ve­ces, pe­ro con dos téc­ni­cos. En­ton­ces no sé si es un club muy ga­na­dor de Co­pas. En to­do ca­so, el ga­na­dor es Bian­chi, co­mo an­tes Lo­ren­zo. Hay téc­ni­cos que en­tien­den al­gu­na co­sa que no en­tien­de el res­to de los téc­ni­cos pa­ra ga­nar la Co­pa. No quie­ro sa­car­le mé­ri­tos a Bo­ca, pe­ro la in­fluen­cia del téc­ni­co es muy gran­de.

42 ¿A quién ves co­mo can­di­da­to pa­ra es­te año? Ri­ver tie­ne muy buen plan­tel.

43 ¿Qué te pa­re­ce Bi­lar­do co­mo ac­tor? La ver­dad que an­da bien pa­ra to­do, je... Eso que Car­los de­mues­tra aho­ra no es sor­pre­sa pa­ra quie­nes lo co­no­ce­mos. Siem­pre fue un ti­po muy ale­gre. En las fies­tas de ca­sa­mien­to o cum­plea­ños, era el más jo­dón. Qui­zás se sor­pren­dan los de afue­ra. Yo lo veo bien, por­que es­tá revelando su ver­da­de­ra ca­ra. Se lo mues­tra más hu­ma­no, no siem­pre preo­cu­pa­do por el fút­bol. La gen­te es­tá to­man­do un con­cep­to más lin­do y ajus­ta­do de su persona.

44 ¿Es cier­to que pu­dis­te ser ju­ga­dor de Bo­ca? Cuan­do es­ta­ba en Unión se ha­bló de Bo­ca, In­de­pen­dien­te y Ri­ver, has­ta que sa­lió Vé­lez.

45 ¿Y de Ins­ti­tu­to? Tam­bién. Eso fue en 1979. Me tu­ve que pe­lear con el pre­si­den­te Su­per Ma­nuel Co­rral pa­ra que­dar­me. Unión me ha­bía ven­di­do, pe­ro yo que­ría prio­ri­zar lo de­por­ti­vo. Por esa ne­ga­ti­va me se­pa­ra­ron del plan­tel, aun­que des­pués me pi­die­ron dis­cul­pas y ter­mi­né ata­jan­do has­ta la fi­nal del Na­cio­nal. A los 20 años no se pue­de pen­sar pri­me­ro en lo eco­nó­mi­co y des­pués en lo de­por­ti­vo, sal­vo que se tra­te de una ofer­ta ex­traor­di­na­ria co­mo la de Te­vez. Si es un ofre­ci­mien­to co­mún y co­rrien­te, hay que de­ci­dir des­de lo de­por­ti­vo, lo eco­nó­mi­co vie­ne so­lo. Mi­les de pi­bes se di­lu­ye­ron por cam­biar de club por 200 pe­sos más de suel­do. La cul­pa la tie­nen los re­pre­sen­tan­tes, que pien­san más en su bol­si­llo que en el fu­tu­ro del ju­ga­dor. No di­go to­dos, pe­ro hay va­rios.

46 ¿Te vis­te con chan­ces pa­ra la Se­lec­ción des­pués de la sa­li­da de Biel­sa? No, aun­que ve­nía de ga­nar al­go im­por­tan­te co­mo la Li­ber­ta­do­res. Creo que to­da­vía ne­ce­si­to un po­co más de ro­da­je pa­ra aga­rrar la Se­lec­ción. El de­seo y la ilu­sión es­tán, por su­pues­to. Es co­mo lo de Ri­ver: se va a dar so­lo. Pe­ro voy acu­mu­lan­do ex­pe­rien­cia. En seis años de ca­rre­ra di­ri­gí en tres paí­ses, eso su­ma mu­cho. Hoy mi men­te es­tá pues­ta en se­guir di­ri­gien­do afue­ra.

47 An­tes de que eli­gie­ran a Pe­ker­man se men­cio­nó a Bu­rru­cha­ga y a Rug­ge­ri, pe­ro no a vos, que te­nés más tí­tu­los co­mo DT y la mis­ma ex­pe­rien­cia en la Se­lec­ción. ¿Te molestó? No, al con­tra­rio. Hay gran­des téc­ni­cos que en un fu­tu­ro pue­den ser­les úti­les a la Se­lec­ción, só­lo fal­ta tiem­po de ma­du­ra­ción.

 

CAMPEONES DEL MUNDO 86: Parados, de izquierda a derecha: Batista, Cuciuffo, Olarticoechea, Pumpido, Brown, Ruggeri y Maradona. Agachados: Burruchaga, Giusti, Enrique y Valdano.
 

48 Pe­ro Rug­ge­ri di­jo que ya se sen­tía ma­du­ro, se ­autopos­tu­ló. Fe­nó­me­no. Ca­da uno sa­be lo que sien­te. El Ca­be­zón lo di­jo ho­nes­ta­men­te, no es­ta­ba sa­can­do ni po­nien­do un téc­ni­co. De­cía que él se sen­tía ca­paz. Yo di­go que pa­ra la Se­lec­ción ne­ce­si­tás tí­tu­los, an­te­ce­den­tes, ex­pe­rien­cia. Os­car tal vez no te­nía tí­tu­los co­mo en­tre­na­dor, pe­ro sí el an­te­ce­den­te de ha­ber si­do sím­bo­lo y ju­ga­dor de la Se­lec­ción du­ran­te mu­chí­si­mos años.

49 ¿Te dio bron­ca que Bian­chi no arre­gla­ra por una di­fe­ren­cia per­so­nal con Gron­do­na? Eso no me cons­ta. Pe­ro si así fue­ra, hay que po­ner­se en la piel de Bian­chi y res­pe­tar su de­ci­sión. No hay du­da: el pues­to se lo me­re­cía él.

50 ¿Ha­blás se­gui­do con Gron­do­na? Ten­go bue­na re­la­ción, aun­que ha­ce co­mo un año que no lo veo.

51 ¿Vos na­cis­te en Mon­je o en Ba­rran­cas? Soy de Mon­je, pe­ro na­cí en Ba­rran­cas por­que en esa épo­ca no ha­bía clí­ni­ca en mi pue­blo. Es­tán a 10 ki­ló­me­tros de dis­tan­cia, cer­ca de San­ta Fe. Ahí vi­ví has­ta los 6 años.

52 ¿Tra­ba­jas­te de otra co­sa an­tes del fút­bol? Ayu­da­ba a mi vie­jo en un re­par­to de be­bi­das. Era com­ple­ti­to: tra­ba­ja­ba, es­tu­dia­ba y ju­ga­ba al fút­bol. Co­mo me gus­ta el cam­po, es­tu­dié tres años en una es­cue­la gran­ja de Es­pe­ran­za. Es un se­cun­da­rio con orien­ta­ción a los te­mas del cam­po. De­jé por el fút­bol.

53 ¿Es ver­dad que ca­si lar­gás to­do a los 15 años? Sí, es­ta­ba en las in­fe­rio­res de Unión y me pa­ré un año. Me pu­drí y me fui, has­ta que mi vie­jo me con­ven­ció pa­ra vol­ver. A esa edad te pa­san esas co­sas. Que­rés dis­fru­tar y no pen­sás mu­cho en el fu­tu­ro.

54 ¿Cuál es el me­jor téc­ni­co ar­gen­ti­no? Por los tí­tu­los lo­gra­dos, Bian­chi. Y Bu­rru­cha­ga en­tre los que es­tán tra­ba­jan­do. En los úl­ti­mos tres años ha lo­gra­do co­sas muy im­por­tan­tes. Hoy no se des­ta­ca un equi­po que jue­gue bien al fút­bol con cier­ta cons­tan­cia. El fút­bol es muy fí­si­co y di­ná­mi­co, ca­si na­die tie­ne una re­gu­la­ri­dad de ren­di­mien­to. Por eso man­dan los re­sul­ta­dos, así en el fút­bol co­mo en la te­le­vi­sión, don­de se sa­can los ojos por el ra­ting. Des­de ese pla­no, Bian­chi es ini­gua­la­ble. Y se de­be va­lo­rar mu­cho las gran­des cam­pa­ñas que ha­cen los equi­pos  sin tan­tos re­cur­sos, aun­que no ha­yan si­do cam­peo­nes. Por eso nom­bro a Bu­rru­cha­ga y su­mo a Al­fa­ro y Fal­cio­ni. Son tres gran­des téc­ni­cos. Lo que hi­cie­ron en Ar­se­nal, Quil­mes y Ban­field, tan­to en el tor­neo lo­cal co­mo in­gre­san­do a las co­pas, es muy va­lo­ra­ble. Ti­pos co­mo Bian­chi, Me­not­ti o Pas­sa­re­lla siem­pre han di­ri­gi­do equi­pos gran­des. Se­ría lin­do ver­los en equi­pos chi­cos y com­pa­rar con téc­ni­cos que ca­si nun­ca ma­ne­jan ese po­ten­cial de ju­ga­do­res. Así se po­dría ele­gir al me­jor de una ma­ne­ra más jus­ta.

55 ¿Te arre­pen­tís de ha­ber ido a ver los de­más par­ti­dos del Mun­dial 90 con el pre­si­den­te Me­nem des­pués de tu le­sión? No. Me ve­nían a bus­car e íba­mos con el Ta­ta Brown. Ser in­vi­ta­do por el pre­si­den­te de la Na­ción fue im­por­tan­te pa­ra mí.

Aunque siempre se le elogió la elasticidad, Nery se consideró un arquero de ubicación y hubiera deseado tener mayor agilidad.

56 ¿Te cos­ta­ba ver­los, lue­go de ha­ber es­ta­do en Ita­lia? No, por­que lo asi­mi­lé muy rá­pi­do. Siem­pre asu­mí que en el fút­bol es­tás ex­pues­to a las le­sio­nes. Lo to­mé con tran­qui­li­dad.

57 ¿Ape­nas cho­cas­te con Olar­ti­coe­chea te dis­te cuen­ta de que era una le­sión gra­ve? Sí. Al­gu­nos es­cu­cha­ron el rui­do de la frac­tu­ra, yo sen­tí un do­lor te­rri­ble en la pier­na, era co­mo un fue­go.

58 Con vos en el ar­co y sin San Goy­co­chea, ¿Ar­gen­ti­na ha­bría lle­ga­do a la fi­nal del 90? Con­mi­go en el ar­co sa­li­mos cam­peo­nes.

59 ¿Se ven se­gui­do en­tre los cam­peo­nes del 86? Ha­ce po­co nos jun­ta­mos y que­da­mos en tra­tar de ha­cer­lo una vez por mes. Igual, siem­pre man­tu­vi­mos con­tac­to, la ma­yo­ría te­ne­mos una re­la­ción bár­ba­ra. Es­ta­mos muy cer­ca, nos con­sul­ta­mos per­ma­nen­te­men­te.

60 ¿Con quién te­nés una re­la­ción más fuer­te? Con va­rios: el Grin­go Gius­ti, Rug­ge­ri, Die­go, el Ne­gro En­ri­que, el Vas­co, Che­cho, Bu­rru, el Pe­rro Ga­rré, to­dos.

61 ¿Es ca­sua­li­dad que la ma­yo­ría sean téc­ni­cos? No. Sen­timos mu­cho al fút­bol.

62 ¿Có­mo que­dó tu re­la­ción con Is­las des­pués del en­fren­ta­mien­to que tu­vie­ron por la ti­tu­la­ri­dad? Bien, me he en­con­tra­do 2 o 3 ve­ces sin nin­gún pro­ble­ma. Lo pa­sa­do, pi­sa­do. Ca­da uno lu­cha­ba por su su­yo.

 

2007. El Gráfico logra lo imposible: que Nery Pumpido y Luis Islas acepten posar juntos para una foto. Los arqueros del Seleccionado de Bilardo ni siquiera se saludaban.Foto: Ricardo Alfieri (h).
 

63 ¿Nun­ca se te dio por ser en­tre­na­dor de ar­que­ros? No, pre­fie­ro ser ma­na­ger, se­cre­ta­rio téc­ni­co. Lo hi­ce en Unión, en 1997. Me gus­ta te­ner in­fluen­cia en las gran­des de­ci­sio­nes de un club, so­bre las in­fe­rio­res o la Pri­me­ra.

64 ¿Por qué no pren­de ese rol en el fút­bol ar­gen­ti­no? No sé. En Eu­ro­pa y Mé­xi­co se usa mu­cho. Acá se­ría fun­da­men­tal. A ve­ces se ven di­ri­gen­tes que no tie­nen ni idea de fút­bol. El am­bien­te ar­gen­ti­no se re­sis­te, hay una men­ta­li­dad dis­tin­ta. El ex ju­ga­dor debe ser más uti­li­za­do co­mo ejecutivo o con­se­je­ro, por­que na­die sa­be más de fút­bol que un ju­ga­dor. Los di­ri­gen­tes ten­drían que abrir un po­co más la ca­be­za y dar­se cuen­ta de que hay un dé­fi­cit muy im­por­tan­te, es­pe­cial­men­te en su re­la­ción con el ves­tua­rio. De pa­so, de­be­rían re­co­no­cer más a los ex ju­ga­do­res, otra de las gran­des fa­llas del fút­bol ar­gen­ti­no. En Eu­ro­pa hay par­ti­dos de des­pe­di­da a ca­da ra­to, acá fal­ta el re­co­no­ci­mien­to gran­de. Y qué me­jor que dar­les ca­bi­da en los clu­bes. Los cam­peo­nes del mun­do so­mos 44, pe­ro a na­die se le ocu­rrió lle­var a dos in­vi­ta­dos en una gi­ra de la Se­lec­ción, co­mo si fue­ran em­ba­ja­do­res u hom­bres de re­la­cio­nes pú­bli­cas. Van 10 mil in­vi­ta­dos es­pe­cia­les y nin­gún cam­peón del mun­do. Ce­nas ho­me­na­je, tam­po­co. Los muchachos del 78 se pa­ga­ron la de los 25 años de su pro­pio bol­si­llo.

65 ¿Qué de­lan­te­ro te te­nía al­qui­la­do? Co­mas. Me hi­zo go­les de to­dos los co­lo­res, pa­ra Vé­lez y Bo­ca. Le pe­ga­ba de cual­quier la­do y la pe­lo­ta ha­cía unos efec­tos in­creí­bles.

66 Al re­vés: un gran­de con el que siem­pre te iba bien. Ma­ra­do­na. Creo que me hi­zo un so­lo gol, si es que me lo hi­zo... Nos en­fren­ta­mos en va­rios Ar­gen­ti­nos-Unión.

67 Una vi­ven­cia par­ti­cu­lar con Die­go. Tie­ne co­sas muy sim­ples que te lle­gan pro­fun­do. El día que inau­gu­ré un es­ta­dio de Fút­bol 5, aga­rró un au­to y se vi­no a Santa Fe pa­ra es­tar con­mi­go. Igual que en el cum­plea­ños de 15 de mi hi­ja. Es­toy muy con­ten­to de ver­lo tan bien.

68 En la épo­ca que es­tu­vo mal, ¿us­te­des, sus com­pa­ñe­ros de la Se­lec­ción, te­nían ma­ne­ra de acer­car­se y  ayu­dar­lo? Era di­fí­cil, se tra­ta­ba de una cues­tión muy ín­ti­ma y per­so­nal. Lo bue­no es que Die­go siem­pre fue cons­cien­te de sus equi­vo­ca­cio­nes y de­mos­tró la vo­lun­tad y la ca­pa­ci­dad pa­ra su­pe­rar­las.

69 ¿Qué re­cor­dás de la fi­nal In­ter­con­ti­nen­tal con el Steaua, en To­kio? Era un equi­po du­ro, ha­bía de­ja­do afue­ra al Bar­ce­lo­na. En el se­gun­do tiem­po se vi­nie­ron con to­do, pe­ro no­so­tros es­tá­ba­mos fuer­tes, muy ilu­sio­na­dos con lo­grar to­do ese año. Pa­sa­mos mo­men­tos di­fí­ci­les, pe­ro nos sal­vó esa di­fe­ren­cia que ha­ce el ju­ga­dor ar­gen­ti­no. No di­go avi­va­da, si­no in­te­li­gen­cia, sa­ber apro­ve­char si­tua­cio­nes, co­mo hi­zo el Be­to Alon­so al sa­car rá­pi­do un ti­ro li­bre y de­jar­lo só­lo a Al­za­men­di pa­ra el gol. Esa di­fe­ren­cia nos dio un tí­tu­lo del mun­do.

En Japón sumó la Intercontinental 86 al título de México. Ruggeri y Enrique, igual.

70 ¿Y de la fi­nal del Na­cio­nal 79 con Unión? Que Ri­ver nos ga­nó sin ga­nar­nos: em­pa­ta­mos 1-1 allá y 0-0 acá, die­ron la vuel­ta por el gol de vi­si­tan­te. Aho­ra eso no co­rre más y es­tá bien. En una fi­nal no pue­de va­ler lo del gol de vi­si­tan­te. Una fi­nal te­nés que ga­nar­la.

71 El gol más zon­zo que te hi­cie­ron. El de Ca­me­rún en Ita­lia 90. Qui­zás hu­bo otro peor, pe­ro nin­gu­no tu­vo tan­ta tras­cen­den­cia.

72 ¿Fi­llol, Gat­ti o Chi­la­vert? Fi­llol. Chi­la­vert te­nía sus vir­tu­des, igual que Gat­ti. Pe­ro el más com­ple­to fue el Pa­to.

73 ¿Hay una lí­nea de ar­que­ro ar­gen­ti­no? No, hay va­rios es­ti­los. El Pa­to Ab­bon­dan­zie­ri pa­sa un gran mo­men­to, igual que Cos­tan­zo. Pe­ro tie­nen per­fi­les diferentes.

74 ¿Cuál es el me­jor hoy? Ab­bon­dan­zie­ri. Si el Mun­dial em­pe­za­ra ma­ña­na, lo lle­vo a él. Des­pués es­tán Cos­tan­zo, Lux y Fran­co.

75 Pen­san­do en ele­gir un ar­que­ro pa­ra el Mun­dial, ¿en qué por­cen­ta­je in­ci­de la téc­ni­ca y en cuán­to la ex­pe­rien­cia? Lo que más pe­sa es la per­so­na­li­dad. El 70% del éxi­to de un ju­ga­dor ac­tual pa­sa por lo men­tal. Si es­tá bien fuer­te de arri­ba, pue­de pa­sar cual­quier obs­tá­cu­lo. Y más en el ca­so del ar­que­ro. Si no te­nés for­ta­le­za pa­ra re­cu­pe­rar­te en­se­gui­da des­pués de un gol, es­tás lis­to. En otro pues­to te pue­de ayu­dar un com­pa­ñe­ro, pe­ro en el ar­co no.

76 ¿Por qué na­die se afir­mó en el ar­co de la Se­lec­ción en los úl­ti­mos 15 años? Por­que no le die­ron con­ti­nui­dad a uno. Cam­bia­ron cons­tan­te­men­te. Ar­gen­ti­na tie­ne y ten­drá muy bue­nos ar­que­ros. Hoy no se ha­bla más del te­ma por­que el Pa­to sí es­tá te­nien­do con­ti­nui­dad.

Cuatro arqueros mundialistas: Nery, el Pato Fillol, Carnevali y el gran Amadeo Carrizo.

77 ¿Es ver­dad que no per­dis­te nin­gún clá­si­co ofi­cial co­mo ju­ga­dor? Así es. Lin­da me­da­lli­ta pa­ra col­gar­se, ¿no? Con Bo­ca só­lo per­dí un amis­to­so.

78 ¿Qué re­cor­dás de tu pri­me­ra ex­pe­rien­cia co­mo DT en Los An­des, jun­to al Ta­ta Brown? Hi­ci­mos un buen tra­ba­jo, pe­ro no se die­ron los re­sul­ta­dos y nos tu­vi­mos que ir.

79 ¿Te fuis­te mal de Unión? Cuan­do me ale­jé hi­ce una con­fe­ren­cia de pren­sa y di­je que el tiem­po sería tes­ti­go y me da­ría la ra­zón. La­men­ta­ble­men­te, co­noz­co de­ma­sia­do al club y no me equi­vo­qué. Hay di­ri­gen­tes que se me­ten en los clu­bes sin te­ner idea de lo que es el fút­bol. Y si no vea­mos qué pa­só con Unión des­de el 2001, cuan­do me fui, has­ta el día de hoy.

80 ¿Te due­le ver­lo así? To­tal­men­te. Es el club que más quie­ro, voy a la can­cha co­mo un hin­cha más. Es tris­te que es­té así por­que tie­ne in­fraes­truc­tu­ra y es­tá ra­di­ca­do en una zo­na pri­vi­le­gia­da, don­de sur­gen fut­bo­lis­tas de mu­cha ca­li­dad. Pe­ro cuan­do no se sa­be di­ri­gir a una ins­ti­tu­ción y se pien­sa más en el lu­ci­mien­to per­so­nal que en el club, pa­sa es­to...

81 ¿Có­mo to­mas­te las des­pec­ti­vas de­cla­ra­cio­nes del pre­si­den­te de Co­lón pa­ra con Unión du­ran­te el fes­te­jo del cen­te­na­rio? Y... Da­rrás es un Car­li­tos. En San­ta Fe to­dos lo co­no­cen co­mo Car­li­tos, aun­que se lla­me Ho­ra­cio... Lo pu­sie­ron de pre­si­den­te sin te­ner los ocho años de an­ti­güe­dad y lo ma­ne­jan de atrás, es un Car­li­tos... Y eso lo pue­de de­cir un Car­li­tos co­mo Da­rrás.

82 ¿Me­not­ti pu­so fi­chas pa­ra que te fue­ras de Ri­ver? Nun­ca lo su­pe. A mí me ven­die­ron an­tes de que él lle­ga­ra. Siem­pre tu­ve bue­na re­la­ción con el Fla­co, pe­ro pa­ra mí tam­bién era una op­ción im­por­tan­te lle­gar a Eu­ro­pa.

83 ¿Có­mo que­das­te con San­ti­lli? ¿Era di­fí­cil pa­ra ne­go­ciar? Que­dé fe­nó­me­no. Es más: fir­mé el pri­mer con­tra­to y lis­to. Las re­no­va­cio­nes fue­ron de pa­la­bra, no hi­cie­ron fal­ta pa­pe­les

84 ¿En Se­vi­lla tu­vis­te un ami­go to­re­ro? Sí, Es­par­ta­co, to­do un ído­lo. Me gus­ta­ba ver­lo en los en­tre­na­mien­tos. Ellos prac­ti­can con to­ros que tie­nen al­gún pro­ble­mi­ta fí­si­co y los ma­tan igual que en las co­rri­das. Des­pués los re­ga­lan pa­ra que co­man la car­ne.

85 ¿Es ver­dad que en el Be­tis te pe­lea­bas con tus com­pa­ñe­ros pa­ra cam­biar­les la men­ta­li­dad? A ca­da ra­to. Es que no­so­tros so­mos dis­tin­tos, nos te­ne­mos fe pa­ra ga­nar en cual­quier la­do, mien­tras que ellos van co­mo re­sig­na­dos ca­da vez que sa­len de vi­si­tan­tes. Por al­go el jugador ar­gen­ti­no es bus­ca­do en to­dos la­dos. Su men­ta­li­dad es di­fe­ren­te a las de­más: es muy ga­na­dor, pa­ra na­da con­for­mis­ta. Por más que ha­ya jun­ta­do buen di­ne­ro, quie­re se­guir ga­nan­do por la glo­ria.  

86 ¿Quién era el rey de Se­vi­lla: vos o Das­saev? Los dos an­du­vi­mos bien y lle­ga­mos ca­si jun­tos a la ciu­dad, uno pa­ra ca­da equi­po. El ve­nía de ha­cer gran Mun­dial en Es­pa­ña y yo pa­sé tres años muy lin­dos. El ru­so era un mons­truo, tal vez el me­jor des­pués del Pa­to Fi­llol, el más gran­de que vi en mi vi­da.

87 ¿Qué te di­ce el 7 de julio de 1987? La fa­mo­sa le­sión en el de­do. Muy do­lo­ro­so ese día, aun­que a los dos me­ses es­ta­ba ju­gan­do otra vez. Ha­cien­do un ejer­ci­cio de re­cu­pe­ra­ción con el pro­fe Bo­ni­ni, se me en­gan­chó el ani­llo en el tra­ve­sa­ño y tu­ve lo que se lla­ma “des­guan­te del de­do”. Se me sa­lió la piel. Al prin­ci­pio me sen­tí un bo­lu­do, pe­ro cuan­do fui al hos­pi­tal me en­te­ré de que le pa­sa a mu­cha gen­te, ge­ne­ral­men­te cuan­do se ba­ja del co­lec­ti­vo y se en­gan­cha en el pasamanos. Lo mío tu­vo re­per­cu­sión por­que era un ti­po co­no­ci­do. Es­ta le­sión, com­pa­rán­do­la con la frac­tu­ra en el Mun­dial, no fue na­da. Me ope­ra­ron y per­dí un pe­da­ci­to del de­do, pe­ro ja­más me afec­tó pa­ra ata­jar.

88 ¿Qué vir­tud prin­ci­pal de­be te­ner el téc­ni­co de la Se­lec­ción? Sa­ber ele­gir al plan­tel y ha­cer­se en­ten­der rá­pi­do, por­que le to­ca ele­gir ju­ga­do­res que des­pués no va a te­ner tiem­po de en­tre­nar.

89 Un mo­men­to de tu ca­rre­ra. To­do 1986. Con Rug­ge­ri y el Ne­gro En­ri­que ga­na­mos los cua­tro tí­tu­los, ré­cord en FI­FA: el cam­peo­na­to lo­cal, la Li­ber­ta­do­res y la In­ter­con­ti­nen­tal con Ri­ver, más el Mun­dial con la Se­lec­ción.

90 Se­gún Gat­ti, to­dos los ar­que­ros ac­tua­les dan pe­na. De­ja­lo al Lo­co, se tie­ne que man­te­ner ha­blan­do.

91 ¿Qué de­be ha­cer una Se­lec­ción el mes an­te­rior al Mun­dial? To­do el fút­bol de­be pa­rar dos me­ses an­tes. Nun­ca va­mos a ver un gran Mun­dial si no cam­bian los ca­len­da­rios. Ca­da año hay más par­ti­dos, se des­gas­ta más a los ju­ga­do­res. En el 2002 la ma­yo­ría de las fi­gu­ras es­ta­ban le­sio­na­das. Te­nés que pa­rar, no hay vuel­ta. En el 86 no­so­tros pa­ra­mos mu­cho an­tes, y eso que ha­bía me­nos par­ti­dos que aho­ra.

92 Fe­nó­me­no, pe­ro la rea­li­dad es otra. ¿Qué de­be­ría ha­cer Ar­gen­ti­na an­tes de Ale­ma­nia 2006? Tra­tar de po­ner de la me­jor for­ma a los ju­ga­do­res, al­go que no pa­sa só­lo por lo fí­si­co, si­no tam­bién por lo men­tal. El ju­ga­dor lle­ga sa­tu­ra­do de tan­tos via­jes, par­ti­dos y pre­sio­nes. La FI­FA de­be­ría con­tem­plar­lo.

Pumpido dirigió en Argentina, Paraguay, México y Arabia Saudita.

93 ¿Por eso fra­ca­sa­mos en el Mun­dial pa­sa­do? Se­gu­ro. La for­ma tác­ti­ca de Biel­sa me gus­ta­ba, pe­ro pa­ra de­sa­rro­llar­la ne­ce­si­tás una ex­ce­len­te con­di­ción fí­si­ca, los ju­ga­do­res tie­nen que es­tar fres­cos. Pe­ro lle­ga­ron con 70 par­ti­dos so­bre el lo­mo.

94 ¿Qué te pa­re­ce Pe­ker­man? Lo veo bien, se­gu­ro, tran­qui­lo. Ar­gen­ti­na siem­pre es­tá en pri­me­ra fi­la, tie­ne ju­ga­do­res de so­bra. ¿Cuán­tos pue­den dar­se el lu­jo de ar­mar un equi­po pa­ra ju­gar con Bo­li­via y otro pa­ra Co­lom­bia? Pe­ker­man tu­vo la in­te­li­gen­cia pa­ra apro­ve­char­lo.

95 ¿Se te fue la bron­ca por el sub­cam­peo­na­to con Ti­gres de Mon­te­rrey? Fui­mos el me­jor equi­po, pe­ro no lo co­ro­na­mos en la fi­nal con To­lu­ca. En México se juegan dos cam­peo­na­tos en uno: una fa­se re­gu­lar y una fa­se fi­nal. La pri­me­ra eta­pa la ga­na­mos por ro­bo, pe­ro tro­pe­za­mos en el úl­ti­mo ma­no a ma­no. Al menos que­dó una gran ima­gen. Fui el se­gun­do téc­ni­co re­cién lle­ga­do que pro­ta­go­ni­zó la fi­nal, des­pués de Eduardo So­la­ri.

96 ¿Al­gu­na vez te aga­rras­te a trom­pa­das con un com­pa­ñe­ro? Ja­más. Dis­cu­tí y me re­pu­teé, pe­ro nun­ca una pi­ña. Con Brown y Rug­ge­ri nos de­cía­mos de to­do aden­tro de la can­cha, pa­ra or­de­nar­nos. Co­sas del par­ti­do.

97 ¿Có­mo re­sol­ve­rías un con­flic­to in­ter­no co­mo el de Ame­li y Tuz­zio? Es un te­ma di­fí­cil pa­ra cual­quier téc­ni­co. Lo im­por­tan­te es pre­ser­var el gru­po.

98 ¿A Gri­guol le hi­cie­ron la ca­ma en Ri­ver? Nooo... Ti­mo­teo es un gran téc­ni­co, una per­so­na de bien. No se le die­ron los re­sul­ta­dos por­que en­tró mal. De­cían que ve­nía a po­ner ma­no du­ra y na­da que ver. Al prin­ci­pio nos cos­tó en­gan­char la on­da, pe­ro el plan­tel es­tu­vo cer­ca su­yo en to­do mo­men­to.

99 ¿Hay lis­tas ne­gras en la pro­fe­sión de en­tre­na­dor? No creo.

100 ¿Qué im­por­ta más pa­ra te­ner tra­ba­jo co­mo DT: un ape­lli­do con cha­pa, ha­cer lobby? To­do, to­do. El lobby es muy im­por­tan­te. Co­noz­co va­rios que se han pa­sa­do ho­ras ha­cien­do lobby, que han con­su­mi­do li­tros de ca­fé, que han gas­ta­do for­tu­na en lla­ma­dos te­le­fó­ni­cos... Pa­ra al­gu­nos di­ri­gen­tes, eso va­le más que otras ca­pa­ci­da­des. Así se han pe­ga­do la ca­be­za con­tra la pa­red, tam­bién...

 

Por Diego Borinsky y Elias Perugino 

Fotos: Archivo El Gráfico


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