LAS ENTREVISTAS DE EL GRÁFICO

1959. ¡Aquel fútbol de Domingos!

Por Redacción EG · 20 de marzo de 2019

Domingos Da Guía volvía a La Bombonera como espectador, veinte años atrás había conquistado a los hinchas Xeneizes como jugador. Aquella tarde le brindaron una ovación para el recuerdo.


En el partido Boca - Ferro estuvo en la cancha Domingos Da Guía, el popularísimo "Negro Domingos".

Para los que iban al fútbol hace 25 años no es necesario decirles quién fué, futbolísticamente, el que ahora entró en el campo de "particular". No es fácil olvidar el señorío, la elegancia, que trasuntaban todos los movimientos de ese fabuloso zaguero derecho (entonces no se le decía back centro) del fútbol sudamericano.

 

Domingos Da Guia y Jesoniño.
 

Para los nuevos, los que ven jugar desde menor cantidad de años atrás, podemos adelantarles que ese hombre, que en estos momentos nos visita como veterano, brilló con luz propia en tres países que siempre fueron verdaderas potencias en fútbol.

En tres años, 1933, 1934 y 1935, integró los equipos campeones de Uruguay, Brasil y Argentina respectivamente.

Gran figura en Uruguay. Integrando el conjunto del club Nacional, su actuación fué tan brillante que se le llegó a colocar a la misma altura de Nasazzi. Sabiendo que entre los uruguayos Nasazzi es considerado como uno de los mejores valores de todos los tiempos, esa ubicación representa una certificación de las bondades expuestas por Domingos Da Guía. Y para él habrá sido tanto o más importante que la conquista del campeonato por parte de Nacional con su notable participación. Regresó a Brasil en el año 1934, y en su patria, integrando el team de Vasco Da Gama, repitió la proeza de que su equipo se clasificara campeón.

Domingos Da Guía debutó en 1929 y se retiró en 1950 en Bangú, equipo de la ciudad de Río de Janeiro, donde nació. Foto: Ricardo Alfieri.

Coincidió ello con una excursión que realizara Boca Juniors al Brasil luego de ganar a su vez el campeonato del mismo año en Buenos Aires.

Existía el deseo de reforzar el cuadro boquense, a pesar de haber ganado el torneo, como lo prueba el hecho de que se hubiera contratado antes de la gira a Víctor Valussi. Entre los partidos que Boca disputó, con señalado éxito, en Río y San Pablo, enfrentó a Vasco Da Gama. Los directivos boquenses y el entrenador (Mario Fortunato) aquilataron los valores de Domingos Da Guía, lograron su concurso y pasó a formar la nueva zaga de Boca con el rubio Valussi.

Luego de 71 minutos de interrupcio, vuelven a la cancha las Selecciones de Brasil y Argentina. Quienes encabezan la fila son Da Guía y Marante.

Y también en la Argentina, como antes en Uruguay y Brasil, integró el team campeón, y fué puntal de uno de los mejores equipos de Boca Juniors en la era profesional, el de 1935.

Domingos asigna a esa trilogía de éxitos seguidos y en países distintos la mayor satisfacción lograda en su magnífica carrera deportiva. Me dice con orgullo (lógico orgullo, por cierto) que es el único jugador de Sudamérica que ostenta ese galardón.

Yo no pienso, desde luego que Domingos fuera el factor único de esas conquistas, pero tampoco que su vinculación haya sido una circunstancia favorable solamente. Estimo que en todos los casos tiene que haber representado un aporte muy valioso su extraordinaria calidad.

Jugador cerebral, hábil e inteligente. Todo era cálculo en él, no necesitaba apelar a la gran velocidad física que poseía. Ni tampoco a la natural agilidad de los deportistas de su raza. Su agilidad mental le permitía prescindir de esos atributos.

En su país natal jugó en equipo grandes como Vasco da Gama, Corinthians y Flamengo.

Empleaba su colocación, su intuición, para completar el tipo de juego sobrio, técnico, científico y eficaz que practicaba. Llegaba a tiempo y sin esfuerzo a la jugada. No chocaba ni golpeaba. Tocaba o dirigía la pelota con suavidad, con sencillez. Hacía aparecer como fácil todo lo que realizaba. No se complicaba la vida, ni se la complicaba a los demás. Nunca hizo alarde de recursos (a pesar de tenerlos en cantidad ilimitada). Exponía los necesarios en el momento preciso. Ciencia y eficacia resumían su valor de excepción.

Fuera de la cancha sigue esa línea. Analiza y dice con propiedad. Domina los secretos del fútbol y expone con naturalidad. Me pareció de interés hacer llegar a los lectores de El Gráfico sus opiniones, y le pregunté:

— ¿Qué viste en la cancha de Boca?

—Primero, que el público de Boca me recuerda con cariño; su recibimiento no lo olvidaré. Te aseguro que aunque en mis veinte años de futbolista coseché innumerables satisfacciones, su ovación me emocionó. No esperaba tanto.

En Boca Juniors jugó entre 1935 y 1936 y ganó un Campeonato de Primera División.

—Sí, eso estuvo muy bien; la "torcida" recordó tu paso por la institución y lo premió con su aplauso. Pero en lo otro, en la parte técnica, ¿qué impresión recogiste?

—El juego en general me pareció pobre. Con Boca sufrí una desilusión.

—Quiero advertirte que ese no es el nivel común del juego actual. No se juega tan mal: en ese partido a Boca por lo menos no se le dió ninguna.

—Sí, entiendo, hay días en que todo se tuerce, y en uno de ésos estuvo Boca en ese encuentro; pero aun así, siempre se nota alguna intención, algún plan de juego, aunque no se llegue a concretar. Y eso es lo que no encontré en el team. No tuvo estilo, ni patrón de juego. Sus jugadores no coordinaron sus movimientos, se desplazaron individualmente y cada uno quiso resolver por su cuenta.

— ¿Quiere decir que no encontraste unidad en el conjunto, ni sentido de colaboración entre sus hombres?

—Claro. Así, por ejemplo, el 11 siempre juega atrás y adentro, como entreala, pero el 10 no va a ocupar el lugar de aquél en la punta; entonces la maniobra pierde eficacia. La demarcación deja de ser tal para convertirse en descolocación, en desorden. Tampoco noté que al que inicia el Juego se le acercara alguien para completar su trabajo, ni que al que juega arriba lo acompañe alguno para servirle de pared y facilitar la penetración. En suma: que muchos esfuerzos no tienen éxito porque no se asocian, porque no se unen.

—En un solo partido no se Puede ver mucho, desde luego, ¿pero observaste algún otro detalle que desmejore la calidad del juego?

—Creo que los forwards no están protegidos por los árbitros en la forma necesaria como para que desarrollen su labor en forma normal. Están en desventaja con respecto a los defensores. A éstos se les Permite emplear recursos muy rudos para anular la habilidad de aquéllos.

Domingos Da Guía y la clásica alegría carioca. Foto: Ricardo Alfieri

— ¿En Brasil no ocurre así?

—iQué esperanza! Allá, al que pega una vez se le llama la atención, pero en la segunda va afuera sin apelación, y se le castiga severamente.

—Se estimula la habilidad y se castiga la violencia, se sigue una conducta inteligente y por eso están recogiendo sus frutos. Quizá sea ésa una de las causas por las que el fútbol brasileño ha estado en los últimos tiempos por encima de Uruguay y Argentina. Pero algo más ha de haber para que ello ocurra; me gustaría que dijeras cómo se juega en Brasil, qué procedimientos, qué tácticas, qué tipo de fútbol se emplea.

—Como procedimiento: Ir formación de jugadores con el mayor número de conocimientos generales del juego. Para que ellos puedan después desempeñarse eficazmente en planteos y tácticas disímiles. Partiendo de la base de que todos los equipos emplean el 4-2-4. Es decir, que se juega con una zaga de 4 jugadores, que la forman los números 2, 3, 4, y 6, y que defienden su

zona cuando son atacados, pero que cualquiera pasa a función de apoyo cuando surge la oportunidad. De manera que todos deben dominar las dos facetas: defensa y ataque.

—Pero dentro de ese planteo, ¿marcan por zona o al hombre?

—Hacen zona y por lo mismo acuden en orden hacia donde el peligro es más inminente. El medio campo lo defiende el número 5 y un entreala, casi siempre el 10, y los otros cuatro son casi exclusivamente atacantes, Cuando el team domina el campo, el 10 se convierte en el quinto delantero, y los números 2 y 6 acompañan hasta el medio campo al número 5. Pero todo el conjunto se mueve en block, es una masa que defiende o ataca.

Un partido disputado entre jugadores de Vasco da Gama y Flamengo frente al combinado argentino de River e Independiente. Se puede ver a Da Guía con Minella.

—De manera que cuando están en el ataque juegan como antes, con 2 zagueros, tres medios y cinco delanteros. El cambio se opera en la defensa. Esa tarea se encara con más gente cerca del arco y menos en el medio campo. ¿A vos te parece más eficaz jugar con más zagueros que medios?

—Yo creo que con la velocidad actual sería peligroso actuar con sólo dos backs, como se hacía. Se harían muchos goles, que es lo que se busca evitar con el moderno planteo.

—Es posible, pero esa ventaja de que a uno le marquen menos goles queda destruida por la desventaja de convertir menos goles. En el fútbol brasileño ese cambio no es fundamental, porque si bien difiere en la ubicación de algunos futbolistas en el campo, en cambio se mantiene inalterable con respecto al bien jugar como Principio.

—Sí; en ese aspecto se continúa gustando del futbolista técnico. Se le da mucho valor al dominio y control de la pelota y del juego. Aun en los puestos más defensivos se exige que el hombre sepa despejar firme y marcar de cerca, pero también, llegado el caso, bajar el balón y entregarlo dominado. Además se le ha simplificado y disciplinado de forma que las virtudes individuales converjan en una orgánica función de equipo.

—Muy bien, Domingos, y en cantidad de jugadores, ¿cómo andan en relación con otras épocas?

—Siguen surgiendo valores en cantidad suficiente como para que los drenajes que Periódicamente soporta no afecten mayormente el nivel de juego.

— ¿Podría ser tentadora nuestra plaza para algún futbolista de tu patria, como ocurría antes?

—Entiendo que sí. Allá se paga muy bien a algunos jugadores, a los más cotizados, pero en general pienso que Buenos Aires puede resultar terreno propicio para muchos futbolistas de Brasil.

En esta foto de un partido entre Boca Juniors y Platense vemos a Domingos da Guía, Yustrich, "Huesito" Sánchez y Molina. Destacamos la presencia del zaguero brasileño Domingos, valor excepcional que sobresale entre lo mejor que haya tenido en cualquier época el fútbol de su patria.

—Domingos, vos jugaste muy bien en Boca y es posible que no recuerdes especialmente alguna actuación, pero también puede ocurrir que por alguna circunstancia te haya quedado grabado más nítidamente un partido determinado, Yo distingo perfectamente tres desempeños tuyos realmente extraordinarios; vos dirás luego si alguno de ellos coincide con tus mejores recuerdos. Uno fué en La Plata, frente a Estudiantes; en los primeros momentos nos apuraron de veras; tu figura se paseó entonces magistralmente por todos los sectores defensivos. Con una mayor actividad de lo común, pero con la tranquilidad de siempre, contribuiste enormemente a capear el temporal; luego Boca ganó con relativa comodidad. En el otro, contra Platense, en Núñez, Beristáin superó una intervención tuya con uno de sus populares "taquitos", y su público lo festejó ruidosamente. Creo que eso azuzó tu amor propio, y en el resto del partido dominaste tu sector con una verdadera exposición de recursos. Y el tercero, contra San Lorenzo, en avenida La Plata, en 1936, Se lesionó Mesa, medio derecho, debió abandonar el campo y vos te prodigaste cubriendo su ausencia, sin descuidar tu propia labor.

—Bueno, ninguno de esos está entre los que más recuerdo. Los "míos" fueron contra San Lorenzo, El primero, en cancha de ellos, ganamos 1-0 en reñidisimo encuentro y ante un marco imponente. Recuerdo que el estadio estaba colmado de gente, que "jugó" casi como nosotros el partido. El otro, también con San Lorenzo, en la Boca, de un desarrollo dramático: estábamos 2-2, hice un gol en contra, faltaban pocos minutos, El público me estimuló tanto, y estimuló tanto a todo el equipo, que creo que fué el principal factor para que consiguiéramos el empate, y, sobre la hora, el triunfo. Para mí especialmente fué muy emotivo; me consideraba un poco culpable por el gol en contra, de manera que ese triunfo, aparte de la satisfacción lógica por lograrlo, tuvo la virtud de eliminarme toda depresión anímica, Además, nunca olvidaré el cariño con que la "hinchada" me ovacionó al final.

—Tampoco el público lo olvida, te lo aseguro. Y a propósito, creo que a mucha gente le interesará saber qué hace Domingos Da Guia, y sobre todo a los de Boca, en qué se ocupa su "negro" Domingos

—Soy redactor deportivo de Gazeta de Noticias. (Mientras lo dice me muestra la credencial.) Hago para dicha publicación la crítica del partido que se juega todos los domingos en el estadio Maracaná. Casi siempre el considerado como más importante de la fecha. Además, soy empleado municipal en Río de Janeiro.

—Satisfecha mi curiosidad, te dejo en libertad. Tuve un gran gusto al charlar un rato contigo, y espero que en tus actuales actividades te acompañe el mismo éxito que en el fútbol. Que te vaya muy bien, Domingos.

 

Por Ernesto Lazzatti.


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