¡HABLA MEMORIA!

1950. Pasión y espectáculo en fútbol

Por Redacción EG · 25 de abril de 2019

Hoy, como hace casi 70 años, verdaderos apasionados del fútbol no van a los estadios para no tener que enfrentar esos inconvenientes que tanto perjudican al mejor espectáculo del mundo.


Un dirigente nos decía: "El fútbol es más pasión que espectáculo". Y nosotros creemos que es ambas cosas y que deben marchar unidas. Imposible es negar lo primero. Se comprobaría con enorme facilidad. Formamos un equipo con los más altos valores y no llegaría a reunir en sus presentaciones las multitudes que congregan los teams representativos de los clubs de más arraigo. Pero sin llegar a ese extremo basta con remitirse a lo acontecido en la última temporada y a cargo de los adictos boquenses que fueron batiendo records de recaudación de cancha en cancha. No fue porque el conjunto a que iban a alentar les ofreciera un gran espectáculo, aunque el deseado consistiera únicamente en conquista de los dos puntos, Se produjo ese suceso singular porque los boquenses estrecharon filas en el momento más angustioso y concurrieron a los estadios a alentar a quienes vestían sus colores preferidos en la firme esperanza de que el cuadro salvara el peligro del descenso. Fue pasión.

Para ver a José Manuel Moreno a su regreso de México y su reincorporación a River Plate, en el estadio de Ferro Carril Oeste el público volteó alambradas. Fue tan grande la cantidad de espectadores que el pequeño estadio resultó incapaz de contenerla.

Un equipo bien colocado en la tabla de posiciones aumenta sus entradas en boletería. La pasión insta a los parciales a seguirlo para gozar de las actuaciones felices que el team ofrece, pero no cabe duda que en mucho gravita el espectáculo, puesto que un conjunto que anda bien es porque juega mejor que quienes lo escoltan en la tabla. Si es nada más que pasión tenemos que aceptar que ese sentimiento no ha mermado; sin embargo, proporcionalmente, en la temporada de 1949 se vendió menor cantidad de entradas que en la anterior. Aunque la diferencia es muy pequeña, y sería el caso de considerar las fluctuaciones registradas en las masas de asociados para tener el dato concreto, lo cierto es que en el período de alza que se viene registrando desde hace muchos años nada más que el igualar una cifra anterior implica un retroceso Si les recaudaciones aumentaron en 1949 se debió a razones de precios y a que actuaron dos equipos más. En cantidad de entradas se observó una merma. No nos engañamos. Bien sabemos que no se jugó bien. De manera, pues, que influyó en lo expuesto un desmejoramiento del espectáculo.

Como expresión de influencia decisiva de la parte espectacular recordamos el caso de Bernabé Ferreyra. No existió, en nuestra dilatada historia futbolística, un jugador que gravitara en forma tan terminante en las taquillas. No iban solamente los adictos a River a verlo, sino que muchísimas personas que se sentían atraídas por los impresionantes taponazos de La Fiera. El anuncio de no actuación de su parte se reflejaba claramente en las boleterías.

Ningún jugador llegó a gravitar de manera tan terminante en las recaudaciones como Bernabé Ferreyra. Su juego no tendría pulimento, no llegaba al virtuosismo, pero prometía la emoción del gol y eso sólo bastó para que llegara a la categoría de espectáculo.

— ¿Y cuando volvió José Manuel Moreno de México? Ha de recordarse que en el estadio de Ferro Carril Oeste se tiraron alambradas para verlo. Entendemos que la parte de pasión que pueda haber existido en el suceso era inferior a la espectacular. Por otra parte, nos consta que los equipos nuestros que salen en giras recaudan en proporción al espectáculo que ofrezcan. En lugares distantes no existe la pasión ye referida. Allí impera lo espectacular, y este aspecto va unido a la posibilidad de triunfo. Porque el espectáculo no consiste solamente en filigranas, en arte en el manejo de la pelota o planteos de jugadas, sino que también en la conquista de goles, Bernabé Ferreyra no fue un artífice del fútbol pero sí un jugador espectacular. Prometía la emoción del golazo.

En México han aplaudido estruendosamente a Angel Labruna y lo han sacado en andas del estadio. No existía allí pasión por el magnífico insider; fueron sus exhibiciones, con goles también, las que determinaron lo ya referido. Y cuando River estaba por marchar a tierras aztecas, un colega mexicano que viera mucho fútbol nuestro nos decía:

— ¡Qué lástima que no viene Loustau! Allá sería todo un espectáculo.

El fútbol es pasión... La foto lo demuestra. Pero deben tenderse todos los esfuerzos a mejorar los espectáculos para que sea posible en todas las canchas la concurrencia de quienes gustan del popular deporte pero que no se avienen a soportar dificultades.

En diferentes comentarios en los que pretendimos analizar defectos y virtudes de nuestro fútbol hemos instado a un mejoramiento de los espectáculos porque nos consta que muchísimos aficionados, y con su parte pasional dirigida a tal o cual bandería, no concurren a los estadios porque no se avienen a enfrentar inconvenientes que tanto perjudican y que es preciso desterrar de los campos de juego. No hemos de volver a enumerarlos, pero bien nos consta que verdaderos apasionados optan por no asistir a los partidos.

Son miles los que asistirían a los partidos si pudieran presenciarlos con tranquilidad. El dinero que ellos dejarían en boletería significaría un aporte muy estimable y que en los actuales momentos resulta sumamente necesario. De ahí la conveniencia de velar por el mejoramiento de los espectáculos futbolísticos. Los estadios van creciendo, se incorporan nuevos, el de Racing entrará en actividad en el correr del año, de manera que se ven ofreciendo comodidades que hacen factible la concurrencia de quienes no tienen pasión alguna por banderías pero que están muy dispuestos a pasar un rato agradable en las canchas, siempre que sea realmente agradable. En el clima que suelen desarrollarse actualmente muchos cotejos de fútbol es necesario poseer una pasión, es preciso gustar mucho del popular deporte para concurrir.

Manuel ¨Nolo¨ Ferreira brindó inolvidables espectáculos en los estadios de fútbol.

En las hinchadas es mayoría la juventud, pero así que sus componentes van llegando a una edad en que reclaman más comodidades sienten que sus entusiasmos decaen, y se acentúa tal cosa porque las dificultades comienzan a parecer más grandes. En dichos casos no sería muy apreciable una merme en la pasión si se pudiera seguir asistiendo a los partidos con la misma tranquilidad y comodidad como se concurre e otros espectáculos.

Arsenio Erico fue otro de los jugadores espectaculares y que unió a esa virtud la capacidad de scorer que lo llevó a poseer el record de tantos y ser el goleador máximo de nuestro fútbol profesional en tres temporadas consecutivas.

Entendemos que pasión y espectáculo deben marchar unidos, que ambos impulsaron al fútbol a la conquista realizada, pero que ellos reclaman un control: la buena educación. A eso deben tender los esfuerzos y no quedar muy tranquilos y dar por aceptados como "cosas del fútbol" desmanes y groserías. Hay que luchar en pro de lo que un amigo denominaba "salubridad social".

 

EL GRÁFICO (1950).


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