¡HABLA MEMORIA!

1937. River Plate venció en el clásico Boquense

Por Redacción EG · 17 de abril de 2019

Partido disputado el 12 de diciembre. River, ya Campeón, se impuso por 3 a 2 a Boca en un match de escasa calidad técnica pero recio e intensamente disputado según la crónica de Chantecler.


Que River Plate iba a resultar el campeón de la temporada, era algo que yo venía descontando desde que venció a Independiente, su encarnizado perseguidor, pero como aún le quedaban por disputar los matches que se consideraban más difíciles, las esperanzas de los rojos siguieron manteniéndose aún, a pesar de que las victorias contra Gimnasia y Esgrima de La Plata, Vélez Sarsfield y San Lorenzo fueron reduciéndolas a su menor expresión. Y terminaron por desvanecerse, no precisamente por las victorias de los "millonarios", sino por la propia derrota de sus favoritos frente a los mens sana platenses.

La estirada de Yustrich ha resultado estéril. EL shot de Deambrosi no pudo ser detenido por el guardavalla boquense y así quedé abierto el score.
 

Esta circunstancia hizo que los dos adversarios más tradicionales de nuestro fútbol, desde luego los más encarnizados, debieran encontrarse en su clásico y apasionante cotejo cuando ya no había nada que definir. Fue una lástima, puesto que restó a la lucha la excepcional importancia que hubiese tenido si el campeonato no habría estado resuelto cualquiera fuese su resultado. No obstante ello, el estadio de San Lorenzo, por tercera vez escenario de la competencia en el año entre los mismos actores, presentó el aspecto de las grandes jornadas del deporte y es de imaginar lo que hubiese sido aquello si no ocurriera la mengua citada. Es que le quedaba al partido mucha tela que cortar en la expectativa popular: no interesa que el match entre Boca y River Plate defina un certamen, que no actúen los teams con todos los titulares, ni siquiera que sea un cotejo oficial: basta que sean River y Boca los que jueguen para que a la cancha que sea concurran millares y millares de espectadores ansiosos de no perder detalle de la que supone, con justo motivo, una lucha sin cuartel entre adversarios que antes que los dos puntos, por necesarios que sean, ansían en cualquier forma y circunstancia la derrota del adversario irreconciliable.

 

La aspereza de las acciones, no reprimidas por el árbitro, caldearon los ánimos y provocaron desagradables incidencias, como ésta, en la que debió intervenir la policía.
 

LAS PROBABILIDADES DEL CAMPEON

Frente al match, el flamante campeón sólo tenía una contra: la paternidad que sobre él ejerce Boca, vaya uno a saber por qué influencias misteriosas. Ya cuando uno y otro, hacia el final de la primera rueda, disponían de parecidas fuerzas, Boca le dio un memorable paseo y lo derrotó por la mínima ventaja que no estuvo de acuerdo con la superioridad ejercida por el vencedor. Más tarde se enfrentaron en un match a beneficio de la Asistencia Pública cuando ya River Plate había demostrado mayor regularidad en sus performances y volvió a ganar Boca, aun cuando se presentó a la lucha integrado con varios suplentes.

Se jugó con energía y en ocasiones, con brusquedad. La foto da sensación del movimiento que generó ataque de los perdedores: para que Vasini, en última instancia, pueda rechazar. Malazzo continúe a Careri; Rodolfi está junto a García y González; Fatechi en el suelo y Cherro a la expectativa. La situación fue provocada por una jugada de Gaspari, quien actuó muy bien.
 

Y por último se volvían a encontrar por tercera vez en la misma cancha y como era en igual lugar y como no hay dos sin tres... Fuera de este aspecto, diré atávico, la presunta superioridad de River Plate era manifiesta, cuanto podía calcularse por la desigual campaña de uno y otro; la de éste, ya campeón y sonreído por una serie ininterrumpida de triunfos (excepto el sorpresivo empate con Racing), con un cuadro de una moral de hierro, armónico y táctico, de perfecta trabazón y con un estado atlético de primer orden. En cambio, Boca llegaba a la lucha disminuido por actuaciones deficientes y con la importante ausencia de dos hombres que ocupan las posiciones más importantes en el conjunto: Varallo y Lazzatti, sustituidos por García y Angelletti, no acreditados lo suficiente y mucho menos para ser equiparados a quienes reemplazaban, en particular el centre-forward.

 

Careri, winger izquierdo de Boca Juniors, que colaboró en el primer tanto y señaló el segundo de su team.
 

River Plate tenía todas las de ganar, todas, pero... había un pero que se produce tanto más fácilmente cuanto más imposible parece.

 

ASPECTOS DE LA LUCHA

Convengamos en que River Plate ganó y se dio la lógica, pero ¿estuvo ella presente en el desarrollo del juego? Evidentemente, no. Por de pronto, Boca Juniors jugó a la altura de lo que podía esperarse en el momento actual o algo mejor de lo esperado todavía; no así River Plate, que actuó de manera bastante inferior a como lo hizo en las últimas actuaciones de la temporada que lo llevaron de éxito en éxito a definir el primer puesto holgadamente.

Deambrosi, que abrió el score. Vaschetto y Ferreyra hicieron los otros dos goles de River Plate.
 

Esto significa dos cosas: que, aun ganando, operó en el vencedor la influencia misteriosa del rival a que me refería y que la calidad técnica del juego dejó bastante que desear. No hubo en el field realmente un equipo poderoso y de recursos superiores. Ambos mostraron fallas visibles que fueron más notables en River en la extrema defensa y en Boca en el quinteto ofensivo, sin que las restantes líneas jugaran de manera lucida. La primera etapa arrojó un empate de un goal por bando y si tal score parcial no puede considerarse una injusticia, cabe reconocer que Boca estuvo por más tiempo en la ofensiva y provocó más situaciones a la valla de River que las que éste determinó a la custodiada por Yustrich.

 

El goalkeeper de River Plate se ha esforzado inútilmente por detener el espléndido shot con el cual Careri anotó el segundo gol de los vencidos.
 

Hubo más calidad ofensiva de River Plate, pero Boca lo superó en empuje y hasta en la organización de los ataques, aunque éstos pecaron por lentitud y exceso de combinaciones. En el segundo período, hasta el cuarto de hora en que se equilibraron las acciones, el predominio de Boca fue evidente y en los primeros diez minutos alcanzó proporciones de asedio, durante el cual un poco por culpa del ataque boquense y otro poco por evidente fortuna, la valla de River no cayó vencida en dos ocasiones inminentes: una, porque cuando ya Sirne había perdido el control de la pelota en un esfuerzo meritorio Wergifker rechazó desde la misma línea de goal y otra en que Cherro, con el goal a su disposición, shoteó a las manos del arquero.

 

Team de River Plate
 

 

Team de Boca Juniors
 

Posteriormente, como digo, la acción se equilibró y así cada bando conquistó un goal. Primero River en una decidida entrada a velocidad de Vaschetto que fusiló a Yustrich y en seguida Boca, que tras una bonita combinación Cherro cabeceó un centro alto en dirección a Careri, cuyo violento shot dejó a Sirne sin defensa alguna. Los dos arcos corrieron peligro similar y el público experimentó renovadas emociones que mantuvieron su interés por la lucha y lo acrecentaron. Más tarde, hacia los 30 minutos, vino el goal de Bernabé en otra excelente jugada de decisión que definió el partido y en lo que restó del cotejo, más afianzado River y dando visibles muestras de cansancio y desaliento Boca, aquél llevó la mejor parte.

 

JUEGO RECIO EN ABUNDANCIA

No es que la lucha haya decepcionado, pero lo cierto es que no fue ponderable por el bajo nivel técnico de los equipos ni por la reciedumbre de las acciones que, por momentos, hizo temer en un fin anormal y que desde luego determinó dos incidentes entre los jugadores durante el segundo período, de los que fueron actores principales Cherro y Rodolfi en el primero y Angeletti y Ferreyra en el segundo. Los ánimos se fueron caldeando ya en el primer tiempo a raíz de una jugada fuerte de Vasini a García que el juez pasó por alto y luego, con un criterio muy discutible, toleró los golpes, algunos de manifiesta malintención, no castigando fouls visibles porque seguía el juego, falta de castigo que se atribuyó a ausencia de energía y fomentó la reiteración de esa modalidad fuerte. En lo que respecta a la justicia del resultado final, tengo mis dudas. Habiendo sido los defectos y virtudes expuestos bastante parecidos, más equitativo habría resultado un empate, sin que deje de reconocer que algún premio deben tener las dos magníficas decisiones de Vaschetto y Ferreyra que dieron cifras definitivas a la lucha.

 

ACTUACION INDIVIDUAL

De los dos guardavallas, indudablemente Yustrich demostró superioridad, tanto en la seguridad de sus intervenciones como en la colocación y golpe de vista. Quizá lo sorprendió un tanto el primer goal que le marcaron, pero en los otros dos nada tenía que hacer y cuenta en su favor algunas atajadas de mérito. Sin que Sirne dejara de tenerlas, su seguridad no fue tanta y mostró el sensible defecto ya anotado otras veces de sus salidas a destiempo y faltas de cálculo en la distancia que se ha dado en llamar comúnmente "salidas en falso".

La pareja de backs boquense también impresionó mejor por seguridad y recursos que la de River. En aquélla, con distinta modalidad, sus integrantes se complementaron de manera más acertada y mientras Menéndez fue sobrio y eficaz, Wilson resultó más dinámico y de quite, aunque incurrió en yerros que no cometió su compañero. En la de River, menos armónica, Vasini, sin aproximarse a los buenos desempeños que tuvo en la temporada, superó en todo sentido a Fatechi, un zaguero de mediocres condiciones y muy dado al rechazo sin medida ni dirección.

De las líneas de halves, ninguna merece mención especial como tampoco los ataques, pero el terceto boquense tuvo una labor más pareja sin ofrecer los altibajos del rival que pasó por todos los matices, desde la desorientación hasta la seguridad en el quite y el apoyo acertado. Vernieres fue el half de más destacada labor y le siguió Arico Suárez que, por momentos, rayó a gran altura, pero en otros se excedió en juego personal. Angeletti, dinámico y brusco a veces, no desentonó en la línea. El acierto en el terceto de River pasó alternativamente de Malazzo a Rodolfi y de éste a Wergifker y si alguno hizo, pero no mucho, fue Rodolfi, puesto que en largos pasajes tanto Wergifker como Malazzo se mostraron impotentes para contener con limpieza a los rivales confiados a su custodia cumpliendo mejor su misión de apoyo.

Con ser superior el ataque riverplatense no actuó bien. Hasta Moreno y Peucelle, que fueron como es costumbre los mejores, no dieron de sí ni el cincuenta por ciento de su rendimiento habitual. Moreno muy apagado en comparación con otros matches, gambeteó discretamente y pasó sin el ajuste y la oportunidad que tanto lo distinguen, como tampoco fue el forward temible para resolver las situaciones en el área peligrosa rival. Lo propio ocurrió con Peucelle, cuyos rushes no tuvieron la eficacia ni dieron la sensación de peligro de matches que están frescos en el recuerdo de todos. Prueba de esto es que ni uno ni otro hicieron goal alguno.

Ferreyra, no obstante actuar en inferioridad física, en algunos momentos resultó peligroso y estuvo muy decidido cuando logró el tanto del triunfo, lo mismo que Vaschetto que en ciertos pasajes fue el verdadero director del quinteto. En cuanto a Deambrosi cumplió honorablemente con su condición de suplente. No hizo olvidar al titular, pero no desentonó.

Careri, si no el más lúcido resultó el más eficaz de los forwards boquenses y lo demostró al ser scorer del team en dos excelentes oportunidades, una de las cuales le facilitó Cherro en la forma magistral que lo hicieron famoso. Este fue el delantero de más calidad, pero no estuvo efectivo y malogró situaciones propicias que en otros matches no hubiese desperdiciado. García fue un eje de línea insuficiente porque carece de recursos superiores y experiencia, pero mostró destacado entusiasmo, al igual que González, que fue el más trabajador de los delanteros, pero con menos lucimiento que otras veces. En cambio, Gaspari realizó jugadas superiores a las que acostumbra desde que está en Boca y por momentos requirió seriamente la atención de la defensa de River Plate.

Bernabé Ferreyra despide el shot con el que señaló el gol de victoria: Peucelle inició el ataque e hizo un pase a Vaschetto, quien habilitó al centre Forward.
 

EL REFEREE CASWELL

Algo adelanté respecto del arbitraje deficiente que correspondió al referee inglés. Mr. Caswell cometió errores a granel. Dejó pasar por alto infracciones visibles de fouls y offsides, algunos de ellos graves porque ocurrieron dentro del área penal.

Además careció de energía y especialmente Moreno y Rodolfi le faltaron al respeto en una forma que nunca hubiese creído que él habría de tolerar.

Siempre creí que la venida de Mr. Caswell iba a brindarnos el beneficio de enseñar a nuestros referees a la modalidad inglesa y mucho me temo, luego de apreciado lo del domingo, que Caswell se haya adaptado al sistema del referato criollo. Confío en que no ha de ser así y que la del domingo fue una tarde poco feliz del soplapitos británico.

 

Boca Juniors obtendrá el primer gol, pues el zaguero Fatechi no va a poder rechazar la pelota, que shoteó Careri en un entrevero, sino que aquélla irá hasta la red, pese a los buenos propósitos del back riverplatense.
  
En el partido del domingo último, Boca Juniors y River Plate respondieron a la tradición, pues dejaron la técnica a un lado, para jugar con gran entusiasmo y dinamismo, a veces un tanto vehementes.
 

 

 

La difícil situación provocada por la ejecución de un tiro libre en las inmediaciones del área penal de River Plate queda solucionada, porque el shot de Wilson ha resultado ligeramente desviado. Con todo. Sirne se había tirado muy bien. En la primera etapa, que finalizó empatada, Boca Juniors creó más situaciones de Peligro al arco adversario, pero se notó la ausencia de Varallo, el hombre que le da tanto empuje al quinteto.
  
Yustrich, que volvió a ocupar la valla de Boca desempeñándose con acierto, se arrojó al suelo para asegurar la pelota. Moreno lo hostiga con un pie, mientras que Peucelle y Deambrosi se han detenido en su carrera. Aparecen, además, Vernieres, Angeletti, Wilson, Menéndez, y completamente fuera de juego Bernabé. La calidad del fútbol jugado fue superior en el segundo período, durante el cual se resolvió el match.
 


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