Desde que Donald Trump le sugirió públicamente a los dueños de equipos de la NFL que despidan a los “hijos de perra” que se arrodillan durante el himno, comenzó una escalada de reacciones y críticas hacia el presidente de Estados Unidos. La acción de arrodillarse durante el himno, popularizada por Colin Kaepernick, ex QB de los San Francisco 49ers, es una forma de protesta contra la desigualdad racial.

Anoche, quien se sumó a los reproches hacia Trump fue nada menos que Tom Brady, legendario mariscal de campo de los New England Patriots (últimos campeones de la NFL), a quien siempre se lo vio cercano al presidente e incluso lo habría apoyado durante la última campaña.

El experimentado quarterback de 40 años señaló: “Definitivamente estoy en desacuerdo con lo que dijo. Creo que simplemente creó división. Creo en lo que creo y creo en unir a la gente y en el respeto y el amor y la confianza. Esos son valores que los padres me inculcaron y así trato de vivir toda la vida”.

Por otro lado, anoche, los Dallas Cowboys, junto a su dueño Jerry Jones, se arrodillaron antes del himno previo a su partido ante Arizona Cardinals. Luego, cuando se empezaron a entonar las estrofas, se pararon y entrelazaron sus brazos, al igual que el equipo rival.