LAS FOTOS DE EL GRÁFICO

El álbum de Bochini. Parte III

Por Redacción EG · 05 de mayo de 2023

La última parte de la trayectoria en fotos de un maestro sin par. Las maniobras de Ricardo Enrique Bochini siempre tuvieron el sello distintivo, el sentido de lo catedrático, la profundidad de lo filosófico.


 

Firmando autógrafos en La Feliz. “Algún día voy a casarme, creo, porque es normal ¿no? Por ahora sigo soltero, porque todavía no me cruce con la mujer que me haga cambiar de opinión”.
 

Por su figura, su lenguaje, sus gestos, su discreción en la ropa, parece un elegido de la modestia, un favorito de la sobriedad. (OSVALDO ARDIZZONE)

 

Una de las formaciones de Independiente campeón de la Copa Libertadores 1984: Goyen, Clausen, Trossero, Villaverde, Marangoni y Luli Ríos; Percudani, Giusti, Burruchaga, Bochini y Barberón.

 

Mostrando la Copa a la hinchada roja junto a Carlos Enrique y Bufarini. “Bochini en apariencia, inventa sobre la marcha. Pero en realidad, ya tiene previsto antes lo que va a hacer y cómo lo ejecutará. Por eso todo le sale fácil, simple, claro, impecable. Le basta con saber donde debe estar, para hacer exactamente lo que debe hacer” (JUVENAL).
 
 

9 de diciembre de 1984. Con Jorge Burruchaga en la final de la Copa Intercontinental frente al Liverpool en Tokio. Ganó Independiente 1-0 con gol de Percudani.
 

 

En Tokio, después de la ceremonia de coronación, Zimmerman lo pone sobre los hombros y lo pasea un buen rato por el estadio.
 

Bochini en el viaje de vuelta desde Japón. Desde jovencito le tenía miedo a volar.

 

En Ezeiza mostrando a su llegada Buenos Aires la Intercontinental 1984, la segunda de Independiente , la segunda de Bochini.
 

 

“Mi fútbol es como de potrero, de campito. Soy un diez de tres cuarto de cancha en adelante que crea fútbol para tratar de hacer goles, o gambetea para poner un pase y que el gol lo haga un compañero”.

 

 

1984. Los Intocables. Ricardo Gareca, Hugo Gatti, Carlos Bianchi, Ricardo Bochini y Jorge Rinaldi aceptaron la invitación de El Gráfico y posaron como “ Los Intocables del Fútbol Argentino”. Foto: Aldo Abaca.
 

 

Jugando junto a Diego Maradona en la selección de Bilardo. “Yo estuve en gira por Europa con la Selección y no tuve problemas. Después estuve antes de la eliminatoria, no me sentí bien y volví a Independiente. Yo quiero que sepan que cuando estoy me meto con todo, sin ningún problema…” (Bochini- 1985).
 

 

1985. Bochini y Maradona, en la estación del Memorial Coliseum de Los Ángeles.
 

“El Bocha ha sido, es decir, el Bocha es el mejor jugador que vi con la pelota en los pies, sin llegar a ser un atleta. Pero la lleva atada…” (Maradona, 1985).

 

Dando la vuelta en el estadio Azteca con sus compañeros de Independiente Clausen y Burruchaga. Bochini jugó solo 7 minutos contra Bélgica. “En el Mundial ’86 arrancó un equipo y funcionó bien. Además, tenían que andar todos mal para que me dieran una oportunidad. Si no le quedaba otra, si se lesionaban diez tipos, recién ahí podía jugar”.

 

1986. La magia de Bochini frente a Gatti. El Loco quedó gateando mientras el Bocha se la lleva al gol. Abramovich pide off-side y así será. Ganó el Rojo 5-2 con lujos.
 

 

1988. “ Así me dicen a mí”, Estos cracks posaron para El Gráfico con los disfraces de sus apodos: la Vieja Reinoso, el Mono Navarro Montoya, el Maestro Bochini, el Indio Luis Malvárez y el Ruso Sivisky. Todo el año es carnaval.

 

El Bocha había pasado los 30 pero no aflojaba, más allá de algunos lapsos en que parecía que se retiraba. “Vuelvo porque me gusta jugar, porque uno empieza un Campeonato y ya lo quiere ganar. Esa motivación es muy linda. Y además están las Copas…”

 

Bochini consigue su último campeonato en la temporada 88-89. Independiente le sacó 8 puntos al segundo, Boca, y 16 al tercero, Deportivo Español. El técnico era Eduardo Solari.
 

“Bochini nació para jugar en independiente. Se pertenecen. No imaginamos a Bochini con otra casaca que no sea roja. No hay Independiente sin Bochini. Son la habilidad, la fascinación. el talento. La creación, el virtuosismo, la sutileza, el buen gusto, la chispa genial, la estirpe, unidos desde siempre y para siempre” (Juvenal).


  

 

1989. 600…y que juegues muchos más. El Bocha cumple 600 partidos en primera el mismo día que Independiente gana la primera rueda del campeonato.


 

El 5 de Mayo de 1991, en un encuentro contra Estudiantes de La Plata, el jugador Pablo Erbín, con una descalificadora patada le provocó una grave lesión que cortó su carrera deportiva. “No creo que lo haya hecho con mala intención, pero no se puede ir tan fuerte desde atrás. Esa patada aceleró el retiro, quizás hubiera podido jugar un tiempito más”.
 

“Antes de que se vaya, hagamos algo por favor. En su último partido ¡a sobornar al árbitro se ha dicho!... A sobornarlo sin asco y sin remordimientos. Para que ordene un millón y otro millón y otro millón de minutos adicionados. Para que no dé la maldita pitada final” (Rodolfo Braceli)

 

Diciembre de 1991. Postal de la Doble Visera el día que su ídolo máximo se despedía del fútbol como jugador. La bandera dice una verdad innegable : “Sos, fuiste y serás el más grande…”

 

Doña Antonia Goméz Gómez de Bochini, 66 años, el día de la despedida de su hijo. Era la segunda vez en 20 años que la mamá de Bochini iba a la cancha.
 
 
Glorias de Independiente con el más grande: Marangoni, Villaverde, el Bocha, Trossero y Olguín. Además estuvieron en su despedida Gatti, el Turco García, Fillol, Carlos Enrique, Reinoso, Alonso, Bertoni y muchos más.

 

“Cuando salude a la hinchada en mi despedida me emocioné…Sí, me encontré con la mirada de dos o tres chicos llorando y no pude aguantar, me emocioné…”

 

Hizo todo al revés de lo que indica el Manual para ser ídolo: tomó distancia siempre del periodismo, se manejó sin representantes ni creadores de imagen, fue austero de costumbres y persistente de convicciones, deploró la demagogia. A pesar de ello, a pesar suyo, fue un ídolo de gigantescas convicciones, el hijo dilecto de cada hincha de Independiente, para quienes “la vieja y Bochini son intocables”.
 

“No me arrepiento de nada de mi carrera. Todo lo que hice lo pensé antes”.

 


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