LAS FOTOS DE EL GRÁFICO

La vida de Monzón: la caída

Por Redacción EG · 15 de agosto de 2019

Cerrando una recopilación extraordinaria, ofrecemos los testimonios fotográficos de la última etapa de la vida de Carlos Monzón: el asesinato de Alicia Muñiz, el juicio, la cárcel y la muerte en la ruta a pocos días de salir libre.


En 1979 Carlos Monzón, a los 37 años, conoce a la actriz y modelo uruguaya Alba Alicia Muñiz, de 24 , con quien comienza a convivir. En 1981 tienen un hijo : Maximiliano.
 

14 de Febrero de 1988. Encuentran muerta al pie del balcón en una casa del Barrio de La Florida en Mar del Plata a Alica Muñiz, la compañera de Carlos Monzón.
 

Carlos Monzón había estado aquella madrugada con Alicia, que en el momento de su deceso tenía 33 años.
 

En la reconstrucción Monzón aparece con el brazo inmovilizado y declaró no recordar lo sucedido en aquella casa alquilada. Es acusado de homicidio.
 

A las 14.36 del lunes 26 de junio, Monzón, acusado de homicidio simple, comienza a declarar ante la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo correccional de Mar del Plata presidida por la doctora Alicia Ramos Fondeville. El ex campeón mundial expone hasta las 16.28. Empezó inseguro y en la última media hora recobró un tono de cierta serenidad…
 

Hubo testigos falsos y verdaderos, pero la conclusión de los peritos fue la clave de la condena: Alica Muñiz presentaba en el músculo esternocleidomastoideo una presión manual, compatible con un estrangulamiento, que había impedido que la sangre llegara a su cabeza, por lo que la mujer perdió la conciencia antes de caer

Monzón estuvo tres veces frente al tribunal, el lunes 26, cuando narró los hechos, el viernes 30, cuando tras los testimonios se volvió a declar inocente, al decir con voz quebrada : “Amaba a mi mujer. Confío en la Justicia y sé que esto terminará porque se sabrá la verdad”, y la última el 3 de julio, cuando leyeron la sentencia.
 
Finalmente, el lunes 3 de julio de 1989 a las 21.58 horas, la jueza pronuncia la sentencia: “Se lo considera culpable de homicidio simple y se lo condena a 11 años de prisión.
 

Los primeros tiempos en la carcel de Batan fueron los mas duros. Después de cinco años solo sus hijos lo visitaban, especialmente Silvia, que no dejaba de ir todos los jueves y los sábados a llevarle ropa y comida.

Monzón como un preso más: “A la noche, cuando apagan las luces, me doy cuenta que estoy adentro, hermano…Estoy adentro y tengo que pedir permiso hasta para ir al baño”.
 

Domingo 8 de Enero de 1995. Cuando le faltaban 7 meses para conmutar la condena, en ocasión de una salida transitoria, el Renault 19 que conducía Monzón de vuelta al penal de Las Flores, vuelca cuando el ex campeón perdió el control del vehículo luego de haber mordido la banquina. Ocurrió sobre la ruta provincial n°1 a 50 km de Santa Fe.
 

El cadáver de Monzón presentaba un gran hematoma en la zona del cuello, lo que hace suponer que se desnucó. “De todas las cosas que debió sufrir al final de su vida, la menos tormentosa fue la muerte” dijo Cherquis Bialo, el cronista de El Gráfico que siguió lo mejor de la vida deportiva de Monzón.
 

El cortejo tardó casi dos horas en llegar al cementerio de Santa Fe. Miles de brazos llevaron en el aire el ataúd. Eran la seis y media de la tarde del lunes 9 de enero de 1995 y Carlos Monzón se acercaba a su último refugio, mientras que la gente cantaba “¡El Negro no se va, el Negro no se va..!”.
 


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