No siempre. Pero en sus tardes más rutilantes, cuando adornaba sus goles con el lujo del enganche de taquito, con el hamaque de cintura que dejaba rivales en el camino como a postes, con esa gambeta desconcertante que hacía como si a cada paso fuera a perder la pelota, que lo iba siguiendo en su zigzag incontenible, Arsenio Erico se bajaba las medias. Y al bajarse se alzaba el telón del show que no todos vieron, pero que ninguno olvida...
Esta foto de El Gráfico fue tomada el 25 de octubre de 1937.