Símbolos de excelencia futbolística en los años setenta. Dos cracks que –junto a otras figuras como Houseman, Avallay y Larrosa- le dieron vida al Huracán del 73, aquel equipazo que dirigía Menotti y que muchos consideran el mejor de los últimos 30 años del fútbol argentino. Y que le dio al Globito el único título profesional de su historia. Miguel fue un ocho de gran categoría, dinámico, estratega genial y de quirúrgica pegada. Después de ese boom triunfó en el fútbol español y también se recibió de ídolo en Boca, pero ya jugando como media punta. El Inglés fue un diez finísimo, con tanto talento como despliegue, condiciones que lo llevaron a transformarse en figura del fútbol alemán. Como si fuera poco, los dos eran expertos ejecutantes de tiros libres. Ambos jugaron para la Selección en el Mundial de Alemania 74 y quedaron en la historia como la marca registrada del fútbol del Globito, club que llevan en el alma y al que dirigieron en varias oportunidades.
(Fragmento de la nota “Mi media naranja” de El Gráfico de abril de 2003. Textos: Poggi, Perugino y Borinsky).