RODRIGO DE PAUL es uno de los abanderados máximos de la Selección Argentina. Además de mostrarse como el escudero más fiel de Lionel Messi fuera y dentro de la cancha, se convirtió en un elemento imprescindible en el mediocampo del equipo, con su dinámica y permanente desgaste.
Es también una de las piezas más carismáticas y con más aceptación entre el público, sobre todo los jóvenes y los más chicos. Tras el retorno de Bolivia, donde fue pieza importante de la victoria por 3 a 0 en La Paz, el jugador de Atlético Madrid dedicó un día a sus hijos, Francesca y Bautista, y visitó el jardín de infantes de Buenos Aires al que asisten para vivir un tierno momento junto con ellos y sus compañeritos.
De Paul estuvo reunido con los pequeños de 3, 4 y 5 años y contestó todo tipo de preguntas. Hasta contestó "Messi" cuando le preguntaron cuál era su jugador favorito. Además, jugó al fútbol con ellos y no sólo se animó con los pies, sino también con las manos.
Al mejor estilo de otro de los ídolos albicelestes, Emiliano Martínez, se colocó frente a un arco inflable y se puso a atajar penales, lo que generó un momento de gran felicidad para los chicos y también para los docentes.
Después regresó a España y antes de partir recibió en el aeropuerto el afecto de muchos hinchas presentes.