EL FÚTBOL no es sólo un juego, según suele decirse en el ambiente a lo largo y a lo ancho del planeta. Y muchas veces queda claro, porque trasciende la línea del deporte y puede cambiar la vida de muchas personas en el mundo.
Es el caso de una niña inglesa que padece autismo, es fanática de Bradford City y fue a alentar a su equipo a la cancha. Mirá cómo vivió el partido y de qué manera lo disfrutó.