DIEGO SCHWARTZMAN no tuvo inconvenientes en su presentación en el Miami Open, el primer Masters 1000 de la temporada: derrotó 6-3 y 6-3 al japonés Yasutaka Uchiyama (110°) y se metió en la tercera ronda, su mejor actuación histórica en La Florida (2017 y 2018). En la siguiente instancia lo espera el francés Adrian Mannarino (36°), quien viene de eliminar por 6-3 y 6-4 al serbio Miomir Kecmanovic (46°), entrenado por David Nalbandian. Así analizó lo que viene: "Con Mannarino jugamos un par de veces. Es muy hábil. Tiene mucha facilidad para jugar al tenis. Va a ser como ajedrez".

El número uno de la Argentina, actual 9° del mundo, partió por primera vez como quinto favorito en un certamen de Masters 1000, ante las bajas de Roger Federer, Rafael Nadal, Novak Djokovic y Dominic Thiem, por caso. En un inicio de año irregular, el Peque busca la cosntancia que lo llevó a consagrarse, dos semanas atrás, en el Argentina Open: allí logró cuatro de las nueve victorias que acumula en lo que va de la temporada -tiene cuatro caídas-.

Ante la baja de varios de los jugadores top, Schwartzman tiene los pies en la tierra pero apunta a aprovechar los "agujeros" que puede haber para ser un torneo de calibre Masters 1000: "Espero aprovechar el cuadro y las ausencias, aunque para eso tengo que pasar la próxima ronda. Por ahora es lo mismo porque, de todos modos, todavía no me los hubiera enfrentado".