ASLAN KARATSEV volvió a sorprender al mundo. El ruso, desconocido hasta hace un mes cuando alcanzó las semifinales del Abierto de Australia, logró su primer título en el ATP 500 de Dubai tras vencer 6-3 y 6-2 al sudafricano Lloyd Harris, proveniente de la clasificación.

En enero había superado la qualy de Australia en Doha; al mes siguiente, ya en Melbourne, llegó como el 114° del mundo y generó un cimbronazo al meterse entre los cuatro mejores: dejó en el camino a jugadores de la talla de Diego Schwartzman, Felix Auger Aliassime o Grigor Dimitrov y cedió en semifinales ante Novak Djokovic. Aquella proeza en Melbourne Park lo catapultaría al puesto 42 del ranking y lo ubicaría bajo los ojos del mundo.

Todo el revuelo que provocó por su forma de jugar, "a matar o morir", había parecido una anomalía, sobre todo porque con 27 años era un jugador fuera del radar. Hoy, sin embargo, queda claro que no lo fue: en Dubai lo revalidó con su primer título de ATP, nada menos que en un torneo de categoría 500, y se aseguró ubicarse por primera vez entre los 30 mejores del planeta -desde este lunes será 27°-.

Además, como si fuera poco, será el número cinco en la Carrera a Turín, el ranking anual que otorgará los ocho lugares para el Campeonato de Maestros de fin de año. Hoy su nombre apenas está por debajo de Djokovic, Daniil Medvedev, Andrey Rublev y Stefanos Tsitsipas.

Para dimensionar el momento que atraviesa Karatsev hay que repasar lo que jugó en lo que va del año: fue semifinalista en Australia, cayó en octavos de final en Doha y se consagró en Dubai. Sólo Djokovic en Melbourne y Dominic Thiem en Doha fueron capaces de vencerlo. ¿Seguirá la racha para la revelación de la temporada?