Casi quince temporadas de experiencia en la NBA y la autoridad de ser el jugador argentino de básquetbol más grande de todos los tiempos le dan a Manu Ginobili la experiencia necesaria y el carácter para ponerse en frente de sus compañeros y cumplir el rol de conductor.
Tal es así que ayer, en el triunfo de los Spurs 107 a 96 sobre Los Angeles Clippers, el escolta ocupó el lugar de Gregg Popovich, una eminencia de la conducción en la NBA, e impartió instrucciones para volver a encarrilar un partido que se había puesto chivo.
Sus compañeros, a sabiendas de su peso en el grupo, lo escucharon atentamente y a juzgar por el resultado las indicaciones del bahiense fueron positivas, porque los texanos se quedaron un gran triunfo.