A propósito del regreso de Kim Clijsters, que no competía desde el US Open del año pasado y reapareció esta semana con 38 años en el torneo de Chicago -perdió en tres sets ante la taiwanesa Hsieh Su-Wei-, este jueves Roland Garros recordó un insólito punto que protagonizó la belga diez años atrás.
Finalista en el Abierto de Francia en 2001 y 2003, Clijsters llegaba a la edición de 2011 como la número dos del mundo y la flamante campeona del Abierto de Australia. Debutó con una sólida victoria ante la bielorrusa Anastasiya Yakímova y en la segunda ronda fue sorprendida por la holandesa Arantxa Rus, que en ese momento jugaba apenas su quinto Grand Slam y era la 114ª del ranking WTA.
La belga cayó de manera inesperada por 3-6, 7-5 y 6-1, incluso después de haber desperdiciado dos match points en el segundo parcial, pero dejó una perla que el torneo decidió rememorar en las redes sociales con la pregunta: ¿Suerte o habilidad?