GUIDO PELLA ensayó una suerte de resurrección en el Masters 1000 de Cincinnati. En el debut derrotó al belga David Goffin y en la segunda ronda eliminó al italiano Fabio Fognini para instalarse en los cuartos de final. Por primera vez en más de un año y medio, desde Australia 2020, hilvanó dos victorias consecutivas en el circuito, en su primer torneo con Fabián Blengino, su formador y ex entrenador, quien reemplazó a su ex coach José Acasuso después de Wimbledon.
"Todavía es muy temprano para hablar de una recuperación completa. Yo soy muy cauto con eso porque me pasó varias veces durante estos dos años. Todo me costó muchísimo, no sólo el tenis sino mi vida. Uno tiene que ser muy cauto en la toma de decisiones. Ahora me toca disfrutar porque estoy saliendo de ese espiral negativo del que pensé que no iba a salir nunca más. Estos dos partidos son una prueba de que mi tenis vuelve de a poco. Pero esto es muy largo. Es un buen indicio para una recuperación", analizó el bahiense, actual 93º del mundo.
En diálogo con El Gráfico ahondó más sobre la recuperación y el cambio de coach después de tener dudas incluso sobre la continuidad de su carrera: "Realmente la pasé muy mal, no sólo durante este año y medio de pandemia. Después de Wimbledon no sabía si iba a seguir jugando al tenis. Hice el cambio de equipo, cuando salió Chucho (Acasuso) y entró Fabián (Blengino), y me costaba mucho entrenarme en Buenos Aires. Pero me dije a mí mismo 'dejá de joder, empezá a entrenar como se debe y con gente que es muy buena en el tenis'. Me motivó entrenarme con jugadores excelentes. Empecé a sentir una recuperación adentro mío".
Respecto a su presencia en la Copa Davis ante Belarús, que tendrá lugar del 18 al 19 de septiembre en Buenos Aires, se mostró disponible aunque dejó en claro que sólo tuvo contacto con el subcapitán Gustavo Marcaccio durante esta semana en Ohio: "Depende mucho de lo que digan los capitanes. Con Gastón (Gaudio) no hablo desde hace mucho. Es muy difícil que él pueda viajar por las restricciones; al US Open no lo dejan ir porque no hay credenciales. Tenemos la suerte de que Marcaccio es el entrenador de Munar y tenemos más relación, pero es una relación de torneos. Se hace difícil tener ese ida y vuelta entre el capitán y los jugadores, como pudimos hacerlo en años anteriores. Por ahora no puedo decir nada porque no tuve ningún tipo de contacto. Al menos yo. Quizá los chicos tuvieron la suerte de poder hablar con ellos".