Lionel Messi no puede pasar unas vacaciones sin sus fanáticos. Se le hace difícil al crack argentino pasar desapercibido, aunque sus intenciones sean escaparse del mundo y disfrutar de su familia.
En Ibiza, Leo alquiló un yate junto a su familia para navegar durante el día y dormir en la amarra por la noche. Lo que no se esperaba el capitán de la Selección Argentina era que un fanático iría nadando hasta la embarcación para demostrarle su fanatismo.
Ocurrió. Un muchacho rompió la tranquilidad de la familia de Messi, que lo miraba con desconcierto desde arriba del yate mientras él celebraba su proeza por haber llegado nadando.