DE REPENTE, BOCA ENTRÓ EN UN CONFLICTO CONTRACTUAL con uno de sus futbolistas, como un deja vu de aquella traumática situación con Valentín Barco que terminó con la salida del futbolista por la ejecución de su cláusula de rescisión.

Esta vez se trata de Nicolás Valentini, zaguero central que se hizo fuerte a los golpes en Boca y cuya carrera no arrancó con las luces con las que sí lo hizo el Colo, en su irrupción con suceso desde el vamos.

La armonía y tranquilidad de un domingo sin fútbol para el Xeneize se vio distorsionada cuando surgió la información que el Consejo de Fútbol decidió que el defensor no fuera convocado para el duelo definitorio de este martes contra Godoy Cruz. Y podría derivar en que sea definitivamente colgado hasta que expire su vínculo en diciembre próximo.

Sin embargo, si bien las primeras versiones hablaban de una posición irreductible desde ambas partes, el correr de las horas hicieron posible vislumbrar un panorama difícil pero no del todo cerrado en cuanto a la cristalización de un acuerdo.

En marzo pasado el club le hizo a Valentini una oferta hasta diciembre de 2028 con la que pasaría a cobrar lo mismo que los jóvenes mejor remunerados del plantel, como Cristian Medina. Sin embargo, el jugador tomó la decisión de no aceptar dicha presentación por algunos detalles.

La propuesta de Boca por 4 años no aceptaba la posibilidad de venderlo en lo inmediato (léase en junio próximo si aparece un comprador), algo que desde la representación del defensor ven como lógico ante el panorama reinante: Valentini no es titular para Diego Martínez y tiene por encima nada menos que al capitán Marcos Rojo.

Además, el rubio de 23 años pretende que la mejora económica sea retroactiva ya que su remuneración quedó muy desactualizada y cobra casi lo mismo que un juvenil de primer contrato. 

Otra cuestión trascendental son las diferencias en el monto pretendido para su cláusula de salida, que Boca quiere aumentar a 18 millones de dólares para preservar el patrimonio del club ante una transferencia inminente, y del lado del jugador quieren dejar en 10 millones.

Es ni más ni menos que la amenaza del Síndrome Barco del que Boca quiere curarse en salud. Esos 10 millones son los mismos por los que el lateral izquierdo terminó por salir a Brighton al ejecutarse la cláusula.

Valentini viene del barro y logró ponerse de pie para crecer. Debutó en 2021 y jugó apenas un partido antes de pasar a préstamo a Aldosivi en 2022, donde disputó 39 y sufrió el drama de irse al descenso. Pero la experiencia lo fortaleció y al regresar al cuadro de la Ribera comenzó a tener más posibilidades y entre 2023 y 2024 disputó 46 compromisos.

Inclusive fue titular en la final de la Copa Libertadores de América y logró la clasificación a los Juegos Olímpicos con la Sub 23 que dirige Javier Mascherano. Como si fuera poco, experimentó su primera convocatoria a la Selección mayor para participar en los dos amistosos de la Scaloneta ante El Salvador y Costa Rica.

Se presenta entonces una fuerte encrucijada. Si la política es que no vuelva a formar parte del equipo hasta la conclusión de su acuerdo vigente, perdería rodaje de cara a la cita de París y eso podría hacer que no sea citado, lo que cerraría una importante vidriera para generar el interés de posibles interesados en sus servicios.

Por otra parte, Martínez considera al zaguero como una variante de gran importancia ante cualquier eventualidad, más con el desgarro de Aaron Anselmino que estará ausente por casi un mes.

Por eso, lo que hace unas horas parecía cosa juzgada -que Valentini sea colgado y que no haya vuelta atrás- abrió la ventana de una conciliación entre las partes para barajar y dar de nuevo. El paso de tiempo demostrará si se aquietan las aguas o si se encrespa el mar de la controversia.