El capitán sincero

Lisandro López desde hace mucho tiempo, pertenece a la galería de ídolos “modernos” que tiene Racing Club. Junto a Diego Milito fue el arquitecto de las últimas victorias académicas, así también como el responsable de cultivar la pertenencia en los más jóvenes.
Una de las características de este nuevo liderazgo, en ambos casos pero más marcado en el caso de Licha, es la declaración “sin cassette”. La verdad descarnada sin importar el momento ni la circunstancia.

El último grito

La alegría por la levantada de último minuto frente a Godoy Cruz duró muy poco, solo un par de minutos. La derrota por penales ante el Tomba no solo lo dejó sin uno de los objetivos del semestre, sino que terminó por desnudar una realidad que Lisandro López expuso sin miramientos.

“Es un buen momento para trabajar, ir para adelante y en diciembre hacer una autocrítica de parte de todos los que estamos en Racing para no quedarnos en la comodidad que genera un poco el club. Me molesta sentirlo y decirlo. Mi contrato es hasta diciembre y en diciembre veremos. Es bastante más probable que no siga a que sí”.

Además dejó en claro su liderazgo y puso su lugar a disposición: “Si tengo que ser el primero en hacer este cambio, seré el primero. Hay que hacer una reestructuración del plantel y tomar mejores decisiones a nivel fútbol. Hay que salir rápido de este bache que todos sentimos”.
 

"Me dijo que no estaba a la altura"

Lisandro López se había despedido de Racing Club y su paso al Atlanta de Heinze parecía ser su último destino. Pero por distintos motivos, (sin coma) Licha decidió volver a la Argentina y Racing estaba para abrirle la puerta otra vez.

En su regreso el entrenador era Juan Antonio Pizzi, quien nunca pudo entrar en el corazón de los hinchas, y en muchas oportunidades fue un padecer constante para ambas partes.

Racing quedaba eliminado de la Copa Libertadores ante San Pablo, sin que Lisandro hubiera podido jugar ni siquiera un minuto. El 24 de julio de este año tras el empate cero a cero frente a Gimnasia el capitán de la Academia jugó apenas un "ratito".

"Me vengo sintiendo bien, Juan Pizzi me dijo que no me ve a la altura de mis compañeros. Yo me siento muy bien. Él pensaba que estaba parado mucho tiempo, le expliqué que no. Quiero hacer lo posible para poder estar, pero estuve unos meses parado y se respeta la decisión del entrenador".
La derrota en el clásico de Avellaneda por 1 a 0 en la cancha de Independientefue el detonante que marcó el final de la era Pizzi. Los planteos de Lisandro López eran acertados, otra vez.

“No se por qué nos metemos atrás”

“A los 50 minutos contra Huracán ya teníamos nueve hombres en nuestra área grande. Nos empataron merecidamente porque estuvieron los últimos 40 minutos en nuestro campo. En el último partido, (sin coma) el rendimiento fue de mediocre a malo. Estamos jugando de mediocre a malo. La preocupación por el juego existe porque no lo podemos encontrar. En general no le estamos encontrando la vuelta. No tengo la respuesta sobre por qué jugamos mal. Me preocupa no poder encontrar el buen funcionamiento".

Lisandro no estaba contento con el funcionamiento de Racing y lo hizo saber en la conferencia de prensa posterior, en la previa al clásico de Avellaneda. El enojo, las declaraciones y la sinceridad surtieron efecto: Con una doppietta suya y un gol de Bou, golearon a Independiente de visitante por 3 a 0.

Después de caer derrotado (caer, a secas) con Unión el 17 de diciembre en Santa Fe, Ricardo Zielinski presentó su renuncia.

Mucho se habló en ese momento y mucho se debatió acerca del rol del capitán, pero Agustín Orión fue quien salió a respaldarlo luego de la renuncia del entrenador.

“Somos un equipo tibio”

Se jugaba la Copa Libertadores 2018, la que tendría la histórica final en Madrid, y River Plate, luego de empatar en Avellaneda 0 a 0, goleó en el m(M)onumental a Racing 3 a 0. Ese dia también Ricardo Centurión le hizo un desplante a “Chacho” Coudet a la hora de ingresar. El capitán tenía cosas que decir.

"Es un momento muy duro personalmente. Tenía la ilusión de competir y de ganar esta Copa. Seguramente haya sido mi último partido en la Libertadores. El momento es muy difícil para mí, es una mezcla de desilusión y mucha bronca. En diciembre van hacer tres años desde que llegué al club con un objetivo claro, que era el de poder conseguir un titulo, y no se dio. En tres años no llegamos a pelear alguna de las competencias que jugamos. Así que es frustrante y difícil de digerir".

Nuevamente Lisandro López marcó el objetivo a cumplir, desde su deseo y sinceridad:

"Este campeonato es la única competencia que vamos a jugar y tenemos la obligación de ser campeones. No queda otra alternativa porque me parece que el club está haciendo muy bien las cosas en todo sentido y faltan los logros deportivos".

Y cumplió: Racing Club, de su mano y de la de Eduardo Coudet, se consagraron campeones, cumpliendo el sueño de su regreso.

Pueden gustar o no sus formas, sus maneras, las miradas y los tiempos; pero hay una cosa que es irrefutable: Lisandro López es un lider frontal, sin dobleces ni eufemismos. Es un capitán sincero.