Guillermo sufrió, gritó, se desahogó y terminó afónico, pero sobre el final, cuando fue entrevistado, no dejó que la emoción del juego lo llevara a declarar algo que le pudiese generar un dolor de cabeza más adelante, por eso optó por la cautela.
"Jugamos un gran encuentro ante un rival que es muy difícil y que se está jugando cosas muy importantes, porque está peleando el descenso -sostuvo-, y ganamos porque fuimos superiores y pegamos en el momento justo, pero todavía nos falta ganar un partido más de los dos que nos quedan, un paso más para lograr el objetivo".
Ese paso, justamente, lo puede dar el miércoles ante Olimpo, en Bahía Blanca.