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Para ser un relojito le faltó solamente un paso. La derrota ante Portugal en la última fecha de la fase 1 condenó a Suiza, que había ganado los nueve partidos previos, a jugar el repechaje para poder acceder al Mundial de Rusia. Ni siquiera importaba que había conseguido más puntos que los líderes de otras zonas como Francia, Serbia, Polonia, Inglaterra o Islandia. Ellos iban directo, los suizos debían esperar un poco más.
Finalmente, la clasificación se dio en la repesca, sin demasiado márgen: victoria 1-0 ante Irlanda del Norte, como visitante en Bélfast, gracias a un tanto de Ricardo Rodríguez de penal. La revancha en Basilea no deparó demasiadas emociones y con el 0-0 final Suiza se convierte en el undécimo equipo europeo en la competición.