Messi ganó una final a base de asistencias. Fueron dos: la primera, a Jordi Alba; la segunda, a Neymar. La Pulga volvió a exhibir otra muestra contundente de sus dotes de pasador. Síntoma de su madurez futbolística.
Primero, a Jordi Alba. Pase largo a la subida del lateral. Iban siete minutos de la primera parte del tiempo complementario. La final se abría gracias a una genialidad.
Su otra genialidad fue sobre el final del tiempo suplementario. Esta vez, su amigo Neymar aprovechó su servicio de entrega exquisita y definió la final. Barcelona consiguió el doblete, una semana después de haber celebrado un nuevo título de Liga.