(SIN CATEGORÍA)

Campeón con todas las letras: River construyó otra noche histórica y levantó la Copa Sudamericana

Por Redacción EG · 10 de diciembre de 2014

Con cabezazos de Mercado (a los 9 del segundo tiempo) y Pezzella (a los 14), venció 2-0 a Atlético Nacional en un Monumental repleto como pocas veces visto. Pisculichi volvió a ser decisivo con sus asistencias. Marcelo Gallardo, ovacionado, se metió en la historia del club como el primer hombre en festejar títulos internacionales como jugador y como técnico.


Y una vez más, River volvió a ser River.

No hay marketing ni nada de eso. Más que un mero slogan de campaña, la frase que empapeló la ciudad hace unos meses terminó siendo una premonición futbolística de lo que sería este final soñado de 2014. Como si la historia reciente no hubiera existido jamás, apareció un River como el de otras épocas: avasallante, dominador y lleno de gol. Se gestó un equipo con recursos infinitos, con templanza para dar vuelta resultados adversos, con un mix de jóvenes y experimentados y un técnico de la casa. Y el Monumental volvió a desbordar como nunca. 

Lo había dicho el presidente DOnofrio antes del partido: "Lo importante es haber llegado hasta acá; pase lo que pase, el agradecimiento es infinito". Y lo que pasó fue el final de 17 años de sequía internacional, gracias a otra noche soñada (y van...) vivida bajo un Monumental que vibró como en los mejores conciertos de los Rolling Stones. Y lo de River tuvo mucho de eso: puro rock-n-roll. Presión altísima y ritmo incesante contra el Atlético Nacional, que se sostuvo a los tumbos gracias a las voladas del espectacular Armani, el 1 que cerró el arco contra Teo Gutiérrez en ese primer tiempo, inmerecido 0-0. 



Pero en la segunda etapa, cuando parecía que la intensidad bajaba y el tiempo empezaba a apremiar, apareció el show de Pisculichi, el jugador más determinante de la Copa y de River en este semestre. En el primer tiempo se había mostrado libre por izquierda y por derecha. En el segundo, comandó todas las acciones desde tiros libres y córners. Pelotas paradas que llegaban a puntos estratégicos como si estuvieran dirigidas por un dron. Y así apareció el cabezazo de Mercado, de pique al piso, imposible para la estirada (larga y casi salvadora) de Armani. Iban 9 minutos y River empezaba a darle a su noche el desenlace soñado.




Lo que pasó después sirve también para expicar por qué River volvió a ser River: con el 1-0 y la tranquilidad, el equipo de Gallardo no retrocedió. Todo lo contrario. Siguió presionando y mordiendo, tratando de poner nocaut a un adversario que ya se mostraba conmovido por el golpe apenas sufrido. Y llegaron los envíos de Piscu. Desde la derecha y desde la izquierda. Los colombianos no lograban salir, ni entendían qué debían hacer para controlar a su rival. Cinco minutos y medio después, otro córner-misil desde la izquierda, otro cabezazo-misil de frente al arco. Esta vez, del genial Pezzella, el mejor jugador de la defensa, directo al ángulo superior izquierdo de Armani. 2-0. Fiesta confirmada.



A partir de entonces, llegan las ovaciones para todos mientras la pelota corre de aquí para allá. Hay alaridos por Teo, cantito para el Muñeco, aplausos para la intervención (única en el segundo tiempo) del héroe Barovero y reverencias para Cavenaghi y Kranevitter, dos que se rompieron el alma para poder llegar a tiempo y lo lograron. 



"Gracias a los jugadores, que interpretaron cómo había que jugar, hicieron un gran esfuerzo, fueron muy solidarios, se brindaron por sobre todas las cosas. Y el reconocimiento de la gente para este equipo fue muy bueno. Y hoy me siento muy orgulloso de haber venido a este club, por haberme iniciado como jugador, haber crecido como persona, y en otra faceta de mi vida, la alegría es inmensa", dijo Gallardo entre los festejos, antes de quebrarse en la dedicatoria a su querida vieja. El técnico de River es el primero que logra un éxito internacional como jugador y como entrenador. Vaya si hizo historia en tan pocos meses al frente. Y vaya si River volvió a ser River. A las 23.08 festejó el título. A las 23.32, levantó la Copa. Y a partir de mañana, ya se ilusiona con un nuevo objetivo: el milagro en la última fecha y volver a festejar otro título antes de fin de año. Lejos de todo marketing, suena muy a River, ¿no? 



[MM] Fotos: AFP

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