(SIN CATEGORÍA)

Bianchi y un destino que parece cosa juzgada

Por Redacción EG · 28 de agosto de 2014

El entrenador encadenó otra derrota y los dirigentes ya le ponen plazo. Los rumores sobre su salida no cesan mientras el equipo no muestra reacción. ¿Esperar o descomprimir? La difícil encrucijada imposionó en los pasillos del club.


SIN SALIDA. Bianchi busca pero no encuentra respuestas. Cuatro derrotas en cinco partidos oficiales en el semestre comprometen el futuro del entrenador. Contra Vélez se juega su futuro.
Lo nunca imaginado sucedió, y Carlos Bianchi, hoy, se encuentra en una posición incómoda. En una posición en la que estuvieron todos los técnicos alguna vez; una posición discutida, presionada y con un futuro cuestionado a la que, sin embargo, el Virrey no está acostumbrado y mucho menos como técnico de Boca.

La categórica derrota del miércoles por la noche ante Estudiantes (la cuarta en cinco partidos oficiales en el semestre, teniendo en cuenta la eliminación en la Copa Argentina) no sólo pareció definitiva por el resultado sino también por las formas. A los cuatro minutos Boca ya perdía 1-0. A los veinte le habían marcado el segundo. Y antes del entretiempo el 3-0 ya latía vigoroso con el viento de cola de una goleada inapelable. Los errores que marcó Bianchi en la semana y la floja reacción del equipo que, como aseguró el entrenador, por momentos mira el partido como un espectador más, marcaron un quiebre en los hinchas y en los dirigentes.

Hoy Bianchi, el intocable, el magnánimo creador del Boca más exitoso de todos los tiempos, uno de los mejores entrenadores de la historia del fútbol argentino, descendió a la categoría de los técnicos terrenales. Es uno más y se juega su continuidad el domingo, nada menos que ante Vélez. Las malas campañas desde su segundo regreso en el verano de 2013 minaron su trayectoria y empañaron su palmarés. Nadie se anima a cuestionarlo abiertamente, pero los ecos de las críticas retumban sigilosos. El “gracias por todo” gana fuerza y se instala entre los hinchas, ese último bastión al que apela el Virrey cada vez que sale en La Bombonera buscando una remontada que a esta altura parece milagrosa.

¿Esperar o descomprimir? La encrucijada ya implosionó en los pasillos del club. Los dirigentes, por lo bajo, intentan marcarle el terreno al técnico, que afirmó públicamente que no renunciará. Tiene un año y medio más de contrato, pero desde la Comisión Directiva ya se barajaron posibles reemplazos y alternativas. El presidente Daniel Angelici, además, quiere reducir el impacto político que podría generar la salida intempestiva del técnico con miras a las elecciones de 2015.

Boca, que invirtió diez millones de dólares en el mercado de pases, pasó rápidamente del sueño a la pesadilla. Del semestre de la remontada al semestre del martirio. Desde que volvió Bianchi todas las piezas fueron modificadas y el resultado siempre terminó en catástrofe. El siguiente, aunque aún le quede una última oportunidad, es el entrenador. El domingo, contra Vélez, los destinos del Virrey y de Boca pueden separarse definitivamente.

Por Matías Rodríguez

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