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Piatti: despertó el genio

Por Redacción EG · 27 de marzo de 2014

De los días oscuros, cuando el fútbol no lo satisfacía en Italia y las lesiones lo frenaban en San Lorenzo, a reinventarse y gozar de su mejor momento. El volante, figura del campeón de la Argentina, proyecta el semestre en Boedo, donde ganó un título por primera vez en su carrera.


  Nota publicada en la edición de marzo de 2014 de El Gráfico

COMO EN CASA. Está cómodo en el club, donde ganó el Torneo Inicial 2013.
“ESE AÑO la pasé mal, no disfruté del fútbol”.

Ignacio Piatti propone un freno en la sala de prensa del Nuevo Gasómetro, tras realizar el entrenamiento regenerativo. Aún no habían transcurrido ni siquiera 24 horas del traspié frente a Botafogo, en Brasil, en el estreno en la Copa Libertadores. Nacho elige, entonces, aislarse por un rato del dulce presente propio y de San Lorenzo, producto de una construcción y no de un par de partidos, para detallar el peor tramo de su carrera, cuando el fútbol no lo llenó en 2011-2012.

“Esa temporada era mi segunda en Lecce, en Italia. Debíamos permanecer en la Serie A, y el entrenador que había asumido se inclinó por jugadores con otras características a las mías porque el equipo jugaba a defenderse. Yo lo miraba desde afuera, ni me daban la posibilidad de jugar. Por eso, era infeliz. Finalmente, se descendió: había que ganar un partido en las últimas tres fechas para salvarse y ellos no consiguieron ninguna victoria”, afirma.

A partir de ahí, comenzó la operación retorno que se concretó con su llegada a San Lorenzo para el segundo semestre de 2012. Sin embargo, el calvario se extendió, porque la rompió ante Colón y sufrió tres desgarros en fila que lo tuvieron a mal traer hasta febrero de 2013.

“No es que me lesionaba porque traía una base física floja, sino que los trabajos en Italia son de una manera y en la Argentina, de otra. Allá casi siempre se hace fútbol en espacios reducidos, y acá, en cancha grande y jugás 60 o 70 minutos. Al realizar trabajos más largos, estás cargado y te podés lesionar por exigirte. Eso es lo que me pasó: había jugado excelente frente a Colón y sentí un pinchazo detrás de la pierna en la practica de fútbol previa a enfrentar a Newell’s. De todas maneras, hubo otros jugadores que volvieron de Europa a la Argentina, como Gago por ejemplo, y vivieron lo mismo que yo. Se necesita de una adaptación. Después, existió otro problema en mi caso: quería recuperarme rápido y me resentía. Por suerte, me tranquilicé y fortalecí la zona”, explica.

Piatti no estaba acabado. De a poco, demostró su clase y su buena forma física, y se recicló hasta alcanzar la cima en diciembre del año pasado. Resultó el futbolista que más minutos jugó para el CASLA en el Torneo Inicial 2013, con 1444, y fue determinante por su juego y porque siete de sus ocho goles le valieron puntos trascendentes al equipo para conquistar el título.

“Este es mi mejor momento. Nunca había hecho tantos goles en un torneo y encima gané un campeonato por primera vez. Estoy bien adentro y afuera de la cancha por un conjunto de cosas. Así como rendí muy bien por la ayuda de mis compañeros, a nivel familiar estoy excelente. Fui padre por segunda vez, Lola tiene un año y medio, y eso es hermoso”, admite.

-¿Cómo lograste dar ese salto de calidad?
-No trabajé nada puntual. El entrenador me dio libertades y yo fui constante y me convencía de lo que hacía. Juan (Pizzi) me pedía que llegara al área rival porque alguna me iba a quedar, y tenía razón: si no pisás el área contraria, nunca vas a meter goles.

-¿En qué cuestiones te das cuenta de que efectivamente estás en tu mejor momento?
-Es que me salen todas. Te sentís bien físicamente, llegás al área, convertís, y todo eso te levanta el ánimo, te motiva, porque también se dan los resultados.

-¿Después de que jugada te dijiste: “No puedo creer lo que hice”?
-Cuando le metí el segundo gol a Rafaela para el 2-2. Fue un jugadón: Alan (Ruiz) me la tiró por arriba, la paré con el pecho, metí un sombrero, toqué la pelota en el aire para bajarla, traerla para el medio y patear ante dos defensores que achicaban. Definí mal, pero como el arquero no se la esperaba, entró. Ese es el mejor gol que convertí en mi carrera, porque además fue importante para ganar el campeonato.

-¿Tus compañeros coinciden en que sos un jugador diferente. ¿Qué opinás?
-En San Lorenzo, hay varios jugadores desequilibrantes, como Angel (Correa) y Pipi (Romagnoli), y otros que son veloces como Tito Villalba y Gonzalo Verón. Yo no me siento un distinto, soy normal y uno más del equipo.

A LOS 29 años, no sólo tiene la postura de crack. Aunque Nacho no lo reconozca, es el jugador distinto de San Lorenzo.
“¡ES UN MONSTRUO!”. El grito, ya transformado en una frase para el anecdotario, lo patentó Ricardo Caruso Lombardi en pleno juego tras una pincelada de Piatti que terminó en gol de San Lorenzo. El cordobés, nacido en General Baldissera, mostraba su habilidad en 2012, antes de que lo frenen los desgarros. “Siempre me tomé ese comentario con tranquilidad, porque yo soy así: relajado. Vengo de un pueblo chico, donde se vive de una manera muy tranquila. Sé que habrá partidos en los que jugaré muy bien y que habrá otros en los que no andaré bien, pero no pasa de ahí”, avisa.

-¿Nunca te creíste aquello que dijo Caruso?
-No, no. Siempre algunos te dicen eso, pero nunca me la creí.

-Cuando inventás adentro de la cancha, ¿es espontáneo o planificado?
-No, me sale ahí. Quizás te surge en el momento menos pensado, y lo decidís en milésimas de segundo cuando tenés la pelota.

-¿Cómo lo definimos: instinto, potrero?
-Instinto, y esto depende del juego que tiene cada uno. Por ejemplo, no sólo yo lo puedo hacer en San Lorenzo, sino también Angel. Tal vez yo no toco la pelota en 40 minutos y de repente agarro una y genero una buena jugada de gol. Eso es algo que no lo pensás, que te nace.

-¿Cuántos partidos perfectos jugaste en tu carrera?
-Muy pocos. Tal vez diez o menos.

-¿Incluís en la nómina alguno de los del semestre pasado?
-Sí, uno: contra Newell’s, en el empate 1-1, en Rosario. Jugué un partido de esas características y encima convertí.

La trayectoria de Nacho redondeará una década durante este año. Jugó en seis clubes en Primera División: Chacarita (2004-2005, resultó vital para que el Funebrero se mantuviera en la B Nacional), Saint-Etienne (2006), Gimnasia y Esgrima La Plata (2007-2009), Independiente (2009-2010), Lecce (2010-2012) y San Lorenzo (2012 hasta la actualidad). Sin embargo, arrastra un pasado en el que no logró asentarse en inferiores. Pasó por Newell’s fugazmente y duró sólo dos meses en Talleres de Córdoba porque se fue a probar a la Roma, donde no lo ficharon por no ser comunitario. Luego, no se adaptó al clima de Turquía, mientras se entrenó en el Galatasaray, y lo rebotaron en el Niza. Después, cuando casi nadie confiaba en sus condiciones, se integró a Chacarita con edad de Cuarta.

-¿Qué rasgo futbolístico aún queda de aquel adolescente atrevido que probó suerte en Europa?
-El hecho de encarar y el desequilibrio en mi juego. Igualmente, mejoré mucho en todo este tiempo porque ahí tenía 18 años y hace un mes cumplí 29. Crecí en lo táctico, en cómo moverme adentro de la cancha, en cómo ayudar a mis compañeros cuando vamos perdiendo y en cómo jugar cuando vamos ganando.

-En ese entonces, eras delantero. ¿Cuál es la posición que más disfrutás hoy: volante izquierdo o derecho, enganche, mediapunta?
-Juego en el medio (risas). El año pasado me paré como volante por izquierda y me sentí bien. Cuando empecé en Chacarita y en Gimnasia, lo hice por derecha; en Independiente, el Tolo Gallego me ponía de enganche y me costó al principio, pero después la agarré la mano al puesto. Eso es lo mismo que me pasó acá, en San Lorenzo. Cuando comencé a jugar por izquierda, veía distinta la cancha por diferentes razones: soy derecho, estaba acostumbrado a jugar de espaldas al arco, hacía mucho tiempo que no iba y venía por la banda y debía mentalizarme de que podía. Las mejorías las noté a medida que pasaron los partidos.

-¿Le agregaste marca a tu juego?
-Sí, y cabezazo. Ya no alcanza sólo con jugar bien porque tengo que marcar para ayudar en defensa. Eso me lleva a hacer un gran sacrificio, porque el ida y vuelta no es fácil de soportar.

-Analicemos al San Lorenzo campeón del Inicial 2013. ¿Por qué se quedaron sobre el final al empatar los últimos tres partidos?
-Fue duro, porque no podíamos ganar, al igual que los demás. Cuando tuvimos chances para alejarnos de nuestros perseguidores, perdimos puntos y nos pusimos nerviosos. Contra Estudiantes, jugamos con nuestra gente que llenó el estadio, y si ganábamos éramos campeones, pero no pudimos.

-Al margen del rival, ¿qué les pasó?
-No sé si fue la presión o qué… Pero parecía que necesitábamos ir ganando 1-0 ni bien arrancaba el partido, y eso nos perjudicó. El tema es que nos veíamos ahí arriba, y la ansiedad nos llevó a cometer errores y a no jugar bien.

-¿Cuál fue la mayor virtud del campeón?
-El equipo nunca se cayó, ni siquiera en las malas. Nos dolió haber perdido la Copa Argentina en Catamarca (lo expulsaron en la final ante Arsenal). Yo estuve mal durante varios días. Pero salimos adelante con trabajo. Está claro: campeón no se sale de casualidad.

-Si tuvieras que armar un podio de futbolistas de ese equipo, ¿quiénes lo integrarían?
-Anticipo: me saco a mí. Entonces, elijo al Pichi (Mercier) porque fue el motor del equipo, a Torrico porque atajó muchas pelotas importantes, como el penal ante Boca o la bocha que sacó sobre el final frente a Vélez, y al Pipi por lo que es y lo que representa en el club.

-¿Qué te dejó Juan Antonio Pizzi?
-Cayó muy bien en el grupo. Cuando llegó, estábamos complicados con el promedio del descenso y levantamos de a poco. Se notó su trabajo y el equipo terminó jugando bien y salió campeón. Por algo lo llamaron del exterior.

-¿Comprendiste su decisión de rescindir para dirigir al Valencia?
-Obviamente que nos dejó un poco de lado. Somos los campeones de la Argentina, íbamos a jugar la Copa Libertadores, y de un día para el otro se fue. Pero es su decisión y está en todo su derecho de tomarla.

FELIZ. Atraviesa su mejor momento en San Lorenzo, el sexto club en el que juega.
LA ACTUALIDAD del Ciclón se torna el nuevo eje de la conversación. Todavía el CASLA no había conseguido su primer triunfo oficial en el semestre al vencer a Racing por 1-0. No obstante, la duda persistía en la previa a aquella victoria por la segunda fecha del Torneo Final 2014: ¿Qué equipo es San Lorenzo en definitiva? ¿Se trata del campeón del Inicial 2013, de aquel que perdió contra Olimpo por dos errores defensivos en su presentación en el año, de aquel que cayó ante Botafogo por la Libertadores? “Nosotros somos el mismo equipo. No comenzamos como queríamos, pero sé que mejoraremos. Recién van pocos partidos como para hacer una evaluación”, resume Nacho.

-¿Cómo manejás la línea delgada que existe, lamentablemente, entre el éxito y el fracaso deportivo?
-Me lo tomo con tranquilidad. Hay partidos en los que no te salen las cosas y parecería que sos el peor; en cambio, cuando andás muy bien, parecería que sos el mejor. Pero uno es el mismo, ni el mejor ni el peor.

-¿Se parecen aquel equipo que dirigía Pizzi y este que conduce Edgardo Bauza, porque los futbolistas son casi los mismos?
-Bastante, porque el Patón (asumió como entrenador en enero de este año) busca casi lo mismo que Juan. Quiere que juguemos por abajo, que tengamos la pelota, que estemos ordenados en defensa para que no nos conviertan, y que haya mucha movilidad de mitad de cancha en adelante para que lleguemos al gol. Cuando atacamos, le gusta que vayamos por afuera y que tiremos centros para los delanteros.

-¿Qué deben mejorar?
-El retroceso. Trabajamos mucho la parte defensiva, porque nos gusta atacar con mucha gente, y por eso quedábamos mal parados atrás.

-¿Tu función adentro del campo de juego se modifica respecto al semestre anterior?
-No, no cambia en nada. Arranco como volante por izquierda y el entrenador me pide que agarre la pelota y que juegue como lo venía haciendo.

-¿Cuáles son los objetivos que se planteó el grupo en un semestre tan corto y cargado de partidos importantes?
-Apuntamos a lo máximo en el torneo local y en la Copa Libertadores. Tanto a nosotros como a los hinchas de San Lorenzo nos ilusiona ganar la Libertadores. Pero tenemos que estar tranquilos, porque será difícil. Primero, debemos hacernos fuertes de local, sumar lo máximo que se pueda de visitante y pasar el grupo (lo comparte con Botafogo, Independiente del Valle y Unión Española). Después, se verá.

-Tu contrato con San Lorenzo termina en junio. ¿Proyectás regresar al fútbol europeo para demostrar que también podés rendir allí?
-Me gustaría volver a jugar en Europa, no sé si lo haría en Francia o en Italia porque ya tuve una experiencia en esos países. Pero me encantaría conocer otra liga. De todas maneras, estoy muy cómodo en San Lorenzo, aunque en el fútbol nunca se sabe qué puede pasar.

¡Tranquilidad, corazones cuervos! Por más que haya dejado la puerta entornada, Ignacio Piatti valora la calidez que encontró en Boedo y no está inquieto por saber qué será de su carrera. Nacho, entonces, tiene la cabeza en los torneos que afronta el CASLA y sólo se dedica a jugar y a hacer jugar. Igualmente, su mejor respuesta no resultará la que pueda decir a grabador prendido, sino la que desarrolla adentro de la cancha, cuando despliega su jerarquía y aparece el genio.

Por: Dario Gurevich/ Fotos: Emiliano Lasalvia


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