EL PIPI Romagnoli sacó la cara por el equipo en los momentos críticos. Ahora, como referente, también pide la unión de un San Lorenzo que se abonó a las guerras internas.
San Lorenzo sigue en Primera. A los hinchas que sufrieron como nunca, hoy es lo único que les importa. El empate 1-1 contra Instituto, tras la victoria 2-0 en Córdoba, significó el alivio de todo el pueblo azulgrana. Pero también habrá un mañana. Y San Lorenzo -junto a Independiente- volverá a empezar comprometido en los promedios la próxima temporada, que tiene tres descensos directos en lugar de dos, y que para colmo no tendrá a Banfield como candidato seguro a irse a la B.
Así, al club le toca hacer un serio replanteo en todos los estamentos: la comisión directiva, el técnico Caruso Lombardi y el plantel. Las peleas internas, en todos los ámbitos, llevaron a San Lorenzo a esta situación. Pensar que con la salvación ante Instituto se refundó el club sería un error. Las batallas siguieron y siguen hasta hoy. De acá a un año, veremos si San Lorenzo supo cómo encontrar el camino hacia la pacificación interna o si elige seguir desangrándose de a poco. En ese sentido, las declaraciones de Leandro Romagnoli pueden ser el faro hacia lo que debe apuntar el club: la unión verdadera.
Si no cambian muchas cosas, lo de hoy habrá sido apenas una válvula transitoria en una carrera desenfrenada para irse a la B.
Martín Mazur