En Islandia no son ningunos improvisados. Un gran festejo de gol.
El hombre ya metió el penal y lo sale a festejar con sus compañeros. ¿El autor del gol se abraza con los suplentes? ¿Lo grita a secas? No, nada de eso. Los muchachos organizaron un gran festejo. ¡A pescar se ha dicho!