Lo vemos todo el tiempo en la calle. Hay gente que no larga el celular ni por casualidad. Lo llevan a la cama cuando se van dormir. Se bañan con el teléfono apoyado en el botiquín o en la tabla del inodoro. Hablan por teléfono mientras manejan sus autos y otros mensajean durante una hora de viaje en colectivo.
Este pobre hombre que les mostramos a continuación, no disfrutaba del partido de los Yankees y tuvo la mala suerte de recibir un pelotazo en la cara. Todo por culpa de su teléfono móvil.