No hay nada que me irrite más que parar en el semáforo, mirar el auto que ha frenado al lado, y descubrir que la persona que también ha tenido que detenerse ante la luz roja, aprovecha el tiempo libre para escarbarse la nariz hasta lo más profundo de su ser. Realmente, me resulta asqueroso.
Sin ir más lejos y ahondar en explicaciones, les quiero mostrar que el defensor suizo Stephan Keller del Sydney FC fue captado por las cámaras de televisión, sin semáforos mediante, llevando a cabo esta repulsiva acción. No sólo se sacó, tocó o acomodó los mocos; después se metió el dedo en la boca. Puajjj. Para él, roja directa.
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