Ante cuarenta y cinco mil espectadores, que colmaron el De Kuip Stadion de Rotterdam para ver el partido entre Feyenoord y al ADO Den Haag (que terminó 2 a 2) el defensor belga Timothy Derijck del ADO demostró ser el jugador más rústico (y efectivo, ya que no vio ni una amarilla) de la liga holandesa.

Derijck no tuvo piedad con ningún jugador. Vean cómo barrió sin distinción a cada jugador que intentó acercarse al arco que el defendía (incluso a sus propios compañeros). Lo único que podría justificar su comportamiento es que todavía tenga un cariño desmedido para con su antiguo club, Feyenoord, y no haya reparado en golpear a los jugadores de su equipo actual.