Las Crónicas de El Gráfico
La joya, más que mil palabras sobre Martin Ødegaard, el crack noruego del Real Madrid
Tiene 16 años y es un prodigio que se disputaron los grandes clubes europeos.
Por Martín Mazur ·
16 de marzo de 2015
Lo que alguna vez intentaron hacer los clubes de presupuesto mediano, a lo que apostaron Arsenal, Udinese, Lille, Napoli o Palermo, ahora es política en el Real Madrid de Florentino Pérez.
El que compraba gigantes y los pagaba o sobrepagaba según el grado de necesidad, ahora se mete en el mercado de inferiores. Y con la misma tenacidad con la que se habían cerrado las compras de Cristiano Ronaldo o Gareth Bale, la Casa Blanca se aseguró a Martin Ødegaard, este noruego que acaba de cumplir los 16 años.
Nació el 17 de diciembre de 1998, meses después de la consagración del Real Madrid en Amsterdam, con aquel recordado equipo de Redondo, Seedorf, Mijatovic, Raúl y Suker. Por entonces no había ni registros de los Galácticos modernos: el presidente del club era Lorenzo Sanz.
No quedan dudas de que Ødegaard es un niño prodigio. La sucesión de récords es sorprendente y, a su vez, impactante.
A los 12 años, saltó de Reserva a Primera en el Strømsgodset, un pequeño club de la ciudad de Drammen, pocos kilómetros al sur de Oslo. No hablamos de un equipo de barrio: después de cuatro décadas de letargo, el Strømsgodset logró el subcampeonato del 2012 y el título de la Tippeligaen en 2013, contra los gigantes del Rosenborg. Pero la joya Ødegaard, quien debutó en el primer equipo a los 13, en un amistoso contra el Mjøndalen, trascendió fronteras con la misma velocidad de la que se hablaba de él en redes sociales. Su talento, evidenciado en el pequeño estadio Marienlyst (9000 personas), y su edad le abrían un abanico único de posibilidades. Rápidamente lo invitaron a entrenarse en el Bayern Munich y en el Manchester United. Viajó y conoció los mejores clubes de Europa. Aún no tenía contrato alguno: recién lo firmó a fines de mayo del año pasado.
LOS RECORDS siguieron: futbolista más joven en haber debutado en la Premier League noruega (13 de abril de 2014), primero; goleador más precoz en dicho campeonato (16 de mayo), después. Luego trasladó las marcas al plano europeo, al debutar en la Champions League contra el Steaua Bucarest el 16 de julio. Todo sin haber cumplido los 16.
Las conclusiones de 2014 no pudieron haber sido mejores: en un equipo que terminó cuarto y clasificó a la Champions de este año, Ødegaard, volante de ataque, jugó 23 partidos, metió 5 goles y dio 7 asistencias.
Faltaban más récords con la camiseta nacional: el 27 de agosto, el talento Ødegaard hizo su debut para la selección mayor de Noruega, en un partido contra Emiratos Arabes. Tenía apenas 15 años y 253 días. Otro récord casi imbatible. La nueva marca que siguió fue como joven en haber jugado Eliminatorias de la Eurocopa, el 13 de octubre del año pasado: 15 años y 300 días. Se daba también una particularidad jamás ocurrida: en los últimos tres años, Ødegaard formó parte del plantel de tres selecciones a la vez: Sub 13, Sub 15, Sub 17 (2012), Sub 15, Sub 17 y Sub 21 (2013), Sub 15, Sub 17 y Mayor (2014). Otro dato casi increíble: su padre tuvo que dar el ok para que Martin apareciera en el Football Manager. Fue el mismo con el que trabajó cómo desprenderse de la pelota más rápido, para evitar los golpes de adultos.
La historia de Ødegaard tiene similitudes con la de Magnus Carlsen, el ajedrecista que se convirtió en gran maestro a los 13 años, y que llegó al primer lugar del ranking mundial a los 19, un récord de juventud. Carlsen, el prodigio noruego, es fanático del Real Madrid. Conoció el club, visitó al plantel y hace dos meses, se dio el gusto de hacer el puntapié inicial en el partido contra el Celta. Ødegaard también tiene una atracción muy especial por el Real Madrid. Por eso, cuando supo del interés en él, hizo todo lo posible por formar parte del club.
Y aunque en diciembre viajó junto a su padre, un ex futbolista, a conocer el Liverpool, Manchester City, Manchester United, Chelsea y Arsenal, la atracción tenía destino final en el Bernabéu.
EL 21 DE ENERO Ødegaard se convirtió en jugador del Real Madrid de Florentino Pérez. La cifra pactada con el Strømsgodset es de 2,8 millones de euros, con otros 3 millones en variables que probablemente se concreten en los próximos años. Es, obviamente, otro récord para un joven de su edad, y también la venta más alta en la historia de su ex club.
“Se entrenará con el primer equipo y con el Real Madrid Castilla, donde jugará hasta final de temporada. Igualmente, estará a disposición de Ancelotti y hará la pretemporada con la Primera”, confirmó el director deportivo Emilio Butragueño. ¿Cómo sostener a un niño lejos de su país y su gente? La respuesta la tuvo el propio Butragueño: “El padre de Martin, Hans-Erik, se incorporará al organigrama del club como entrenador en las categorías inferiores. Es un técnico muy calificado”. Parte de los esfuerzos que estuvo dispuesto a hacer Florentino para que la perla noruega no se le escurriera de las manos.
El cambio brusco de política en el campeón vigente de Europa señala también la dirección a la que apunta el nuevo mercado europeo. Hasta ahora, el Real Madrid apostaba por jugadores consagrados, sin importar el sobreprecio que eso pudiera significar. Ahora, todo será distinto: se oficializará una especie de guerra de guerrillas entre las inferiores de los clubes europeos, como la que ya existe en Africa y Sudamérica. Y aunque no haya demasiados talentos del cartel de Ødegaard, las operaciones y los operativos de seducción con menores de edad se harán una constante.
A la edad en la que el resto de los chicos recién recibe su última vacuna, Martin Ødegaard fue presentado como jugador del Real Madrid. Había 40 periodistas, 30 fotógrafos, transmisiones de televisión en vivo para todo el mundo. En la primera fila estaba su familia. El chaval Ødegaard, finalmente, se convertía en el primer chavalático.
En su carrera pasó demasiado y aún no ha pasado nada. Frente a los micrófonos, dejó una frase que resume su historia: “Tengo ganas de empezar”.
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Por Martín Mazur
Nota publicada en la edición de febrero de 2015 de El Gráfico
