Las Crónicas de El Gráfico

1949. Racing 6 – 1 San Lorenzo

En cancha de Boca se enfrentaron Racing y San Lorenzo, fue goleada para los de Avellaneda que ese año se quedaría con el título, luego vendrían dos más de manera consecutiva.

Por Redacción EG ·

22 de febrero de 2020

Deslumbrante juego de Racing

 

Imagen Acción previa al segundo gol de los vencedores. Hubo un correr que hizo efectivo Salvini desde la punta derecha. Saltaron Berterame, Simas y Carletti, este último pretendiendo aplicarle un puñetazo a la pelota. Cabeceó el insider y la pelota va ya rumbo a la red.
Acción previa al segundo gol de los vencedores. Hubo un correr que hizo efectivo Salvini desde la punta derecha. Saltaron Berterame, Simas y Carletti, este último pretendiendo aplicarle un puñetazo a la pelota. Cabeceó el insider y la pelota va ya rumbo a la red.
  
Imagen Esta foto es secuencia inmediata de la anterior. Tras el cabezazo de Simas chocaron Carletti y Berterame, resultando lesionados los dos, aunque por fortuna levemente. La actitud de Resquín es por demás elocuente: "Ocho minutos y perdemos dos a cero. ¡Linda perspectiva!
Esta foto es secuencia inmediata de la anterior. Tras el cabezazo de Simas chocaron Carletti y Berterame, resultando lesionados los dos, aunque por fortuna levemente. La actitud de Resquín es por demás elocuente: "Ocho minutos y perdemos dos a cero. ¡Linda perspectiva!
 
Imagen Se escapó el ala izquierda, hubo una brillante acción de Simes con pase a Sued, centro corto de este y remate de Méndez, que entraba junto con Salvini. Así fue el tercer gol de Racing
Se escapó el ala izquierda, hubo una brillante acción de Simes con pase a Sued, centro corto de este y remate de Méndez, que entraba junto con Salvini. Así fue el tercer gol de Racing

Hubo momentos en que hasta los hinchas de San Lorenzo aplaudían a los jugadores de Racing. Esto, que podría ser un tema para el "Créase o no", vale como síntesis elocuentísima pera dar idea del fútbol que practicó el domingo ese cuadro "académico". Derroche de habilidad, de concepción, de tecnicismo y de ingenio, en una armonía magnífica entre lo previsto y lo improvisado. Difícil resulta decir si Racing jugó tan bien porque su adversario fue flojo y si San Lorenzo pareció tan pobre porque Racing alcanzó el máximo de su rendimiento. Lo más probable es, como ocurre siempre, que las dos cosas hayan ocurrido a la vez. Que haya coincidido una buena tarde de los punteros con una falsa actuación de los sanlorencistas. De todo lo que vimos queda para sacar en limpio, probabilidades aparte, una verdad indiscutible: el cuadro de Avellaneda brindó un espectáculo deslumbrador. Si los partidarios de San Lorenzo celebraron las acciones de los rivales, fácil será para el lector imaginar la actitud de los propios admiradores de Racing. Para ellos la del domingo 6 de noviembre debe ser ya una fecha memorable porque muy pocas veces habrán vivido una jornada tan feliz, tan enteramente propicia, sin contratiempos ni alternativas; como si hubiera sido hecha de encargo... Los goles perfectos, espectaculares, producto de maniobras también perfectas y en sucesión harto frecuente, sobre todo los dos del comienzo; todas las jugadas de combinación llevadas a cabo con una desenvoltura y rapidez que indicaban a las claras lucidez mental y estado atlético envidiables; bien entendida esa otra parte del entretenimiento que nunca está de más cuando la victoria no corre peligro. No ofreció reparo alguno el desempeño de la fuerza ofensiva. Es aceptable, sin mayores discusiones, la tesis de que el domingo último esa delantera hubiera superado a la defensa más vigorosa. En las otras li neas, volvió a presentar el equipo albiceleste otros valores firmes: Nicolás Palma, Juan Carlos Fonda, Ernesto Gutiérrez el guardavalla Antonio Rodríguez. Paseó su estampa el zaguero Higinio García, apuntalado por le tranquilidad que le transmitía la actuación impecable de esos compañeros suyos y la lentitud más tranquilizadora aún de los forwards enemigos. En cambio no lució, ni en tan propicia circunstancia, la figura del centre half Rastelli, que quizá esté dotado para la lucha ardorosa y no para ostentar prestancia en alarde de suficiencia. Los cinco de adelante fueron los astros del espectáculo.

Imagen El arquero de Racing se echa sobre la pelota deteniendo un tiro cruzado del insider Rial, en momentos que Gambina avanzaba para aprovechar la situación. Los delanteros de San Lorenzo fueron fácilmente controlados.
El arquero de Racing se echa sobre la pelota deteniendo un tiro cruzado del insider Rial, en momentos que Gambina avanzaba para aprovechar la situación. Los delanteros de San Lorenzo fueron fácilmente controlados.
Imagen Escena del quinto gol de Racing, señalado por Ezra Sued en la segunda etapa. Fue el remate de una maniobra magistral de Simas, gestor del tanto.
Escena del quinto gol de Racing, señalado por Ezra Sued en la segunda etapa. Fue el remate de una maniobra magistral de Simas, gestor del tanto.

Imagen Atajó Rodríguez el tiro a media altura de Gambina, centre forward de San Lorenzo que, como la mayoría de sus compañeros de ataque, adoleció de lentitud. Delante de él se ve a Martorelli.
Atajó Rodríguez el tiro a media altura de Gambina, centre forward de San Lorenzo que, como la mayoría de sus compañeros de ataque, adoleció de lentitud. Delante de él se ve a Martorelli.
 

Los cinco, sin excepción, aunque sea posible establecer entre ellos un orden, pero antes de hacer distinciones insto es dejar señalado que —tal cual ocurriera en el match contra Independiente y en algunos pasajes contra Boca— la delantera de Racing ha vuelto a contar con cinco cracks: Salvini, Méndez Bravo, Simes y Sued. El de acción más brillante y precisa, el que evidentemente pasa por su momento más esplendoroso, magistral en planteo y en desarrollo, en el medio de la cancha y frente al arco, en el pase y en el tiro, es Norberto Méndez. El domingo volvió a extasiarnos con una serie de jugadas que solamente puede realizarlas un crack excepcional. Piensa y "pica" con la misma rapidez y la misma limpieza. Todas sus jugadas se desarrollan con la perfección, y hasta se diría que con el mecanismo de un diagrama. Después de Méndez, el domingo, Sued, que estuvo hecho un cohete y puso punto final a dos jugadas de las más notables que se hayan visto. El turco de la punta hizo un par de goles a lo crack, para no desmerecer a quienes habían tejido la malla de combinaciones magníficas. Luego, Sumes, extraordinario en su jugada del quinto gol, que generosamente le brindó a Sued, nada más que porque el wing estaba aún en mejor posición que él. Salvini, cada vez mejor, dando cuanto se espera y se desea sabiendo qué quilates calza de deportista y compañero, se puso e la par de Rubén Bravo en el "ranking" de este match que, antes que eso, constituyó una lujosa exhibición.

Queda casi dicho que San Lorenzo de Almagro no hizo brillar su rojo ni su azul. Equipo desteñido, disperso, sin color y sin nervio, se perdió en una serie de tentativas que nunca cristalizaron. La delantera adoleció de una lentitud desesperante. Rodríguez fue más empleado que Carletti, pero no en avances penetrantes sino en ocasión de remates casi siempre inoportunos. Aunque el rival haya accionado con tanto acierto y sea dable admitir que el domingo hubiera sido muy difícil ganarle de cualquier modo, forzoso es señalar que el "ciclón" no sopló ni por teléfono... Quizá hayan sido Zubieta y Rial los mejores, porque hasta Orlando González, tan bien dotado, jugó con la insuficiencia de un novicio. Cabe admitir que las cosas se plantearon mal desde el vamos para los de Avenida La Plata y, ante tal comienzo, el desaliento los dominó tanto o más que el mismo Racing.

 

 

Por Félix D. Frascara (1949).