Las Crónicas de El Gráfico

1996. Papá Belgrano

Los de Alberdi no perdían el clásico hacía catorce años. Ante 35 mil personas que estuvieron en el Chateau –actual Mario Alberto Kempes- el Pirata le ganó 2 a 0 a Talleres.

Por Redacción EG ·

14 de febrero de 2020

¡Que los cumpla feliz, que los cumpla Taieres, que los cumpla feliz!". Las camisetas celestes se pierden en el cielo más celeste que nunca. La popular sur grita su paternidad en el Paraje Chateau Carrera. En el norte, nadie quiere escuchar: las cabezas miran sólo las zapatillas y apenas si aguantan la bronca.

Belgrano estiró la ventaja en la paternidad reciente, le ganó 2-0 a Talleres sin merecerlo, pero consiguió uno de esos triunfos que se festejan más. En una tierra castigada por las derrotas recientes, Belgrano sigue siendo el dueño de Córdoba.

"No sé si este triunfo sirve para apagar el descenso; la gente ya nos demostró en el primer partido contra Olimpo que aquello había sido una injusticia. En ese partido recaudamos ochenta mil pesos, así que ése fue nuestro perdón. Para la gente este clásico dura un mes, que es el tiempo que van a tardar en pagar las apuestas. ¡Sabés la cantidad de fernet con coca que va a correr en estos días! Está bien, que brinden por nosotros y por el pibe Gigena, que nos salvó a todos..." La poca voz que le queda al Luifa Arrime sirve para unirse a su gente: "Este es cordobés, es nuestro aunque haya nacido en Buenos Aires", le dice un hincha.

Imagen Ragg, Galarza, Avalos, Montelongo y Medina buscan la pelota.
Ragg, Galarza, Avalos, Montelongo y Medina buscan la pelota.

 

UN CLASICO DE SEGUNDA

Están divididos por la historia y hermanados por los fracasos recientes.

Los unos no pueden entender cómo se les escapó el ascenso a Primera División, en su cancha y cuando los favorecía. Eso sí, disfrutaron cuando le dieron la bienvenida al "Argentino B" a sus rivales de Belgrano. Ese es Talleres.

Los otros transformaron las centésimas del promedio en un puñal que terminó en sus corazones cuando se despidieron de la "A" en la última fecha, en la cancha de Banfield. Eso sí, gozaron a sus rivales y los trataron de "Gallinas" cuando vieron que no llegaban a la Primera. Ese es Belgrano.

Claro, por gozar y fijarse en el rival de enfrente se olvidaron de arreglar sus propios hogares. Las grietas económicas, las filtraciones de juicios y las goteras de escándalos taparon el orgullo de Córdoba: aquellos tiempos en los que tenía cuatro equipos en la máxima categoría. Primero se fue Racing de Nueva Italia. Después lo siguió Instituto de Alta Córdoba. Detrás, le tocó el turno a Talleres de Barrio Jardín —que la peleó pero terminó perdiendo—, y por último cayó Belgrano de Barrio Alberdi.

Todos se fueron empujando entre ellos y el final es este clásico —el "segundo más importante del Interior"— que se devaluó como en las mejores épocas de inflación.

Ya los "guasos" no tienen aquellos ídolos que perduraban por un largo tiempo con las camisetas de la "T" o de la "B". Sólo Luis Fabián Arrime se mantiene como símbolo entre estos muchachos que se pusieron frente a frente un domingo que ya no es domingo como aquellos —¡vaya paradoja en la elección del día!—.

Imagen Testa levanta a Marchetta en el festejo del segundo gol, el que definía el clásico.
Testa levanta a Marchetta en el festejo del segundo gol, el que definía el clásico.

Para muestra, basta con un ejemplo concreto: en el plantel de Talleres hay un solo jugador que alguna vez jugó el clásico cordobés, el "Cebolla" José Luis Fernández. Después, los otros se bautizaron este 29 de septiembre de 1996 y los invitados a la fiesta —llámense hinchas— todavía no les conocen la cara a estos "hijos e' Tigre Gareca.

"Sabemos que la historia se traslada sobre nosotros y, aunque queremos alejarla, es imposible. Teníamos dos cargas sobre las espaldas: esos años sin triunfos ante Belgrano y el dolor del ascenso que se nos fue en nuestra propia cancha. Teníamos que ganar... y no pudo ser", el que define este momento de los albiazules es Javier Oscar López.

 

LA SANGRÍA CORDOBESA

Hay una historia común a los dos.

Talleres vendió 21 jugadores en los últimos diez años. ¿La lista completa? Angel Comizzo, Carlos Bustos, Mario Ballarino, Mario Bevilacqua, José Luis Pochettino, Rubén Ruiz Díaz, Humberto Váttimos, José Albornoz, Sergio Apud, Raúl Peralta, Gustavo Onaindía, José Iglesias, Claudio Rivadero, Catalino Rivarola, Fernando Galetto, Teófilo Barrios, Omar Gauna, Gustavo Chacoma, Silvio Carrario, Daniel Kesman y Rodolfo Graieb.

Si trasladamos los valores de las ventas a los precios del inflado mercado actual, la cifra ascendería aproximadamente a 14.500.000 de dólares. Pero tanto dinero no sirvió para pagar deudas. Actualmente la administración de Víctor Szumik tiene 1.200.000 pesos en rojo, luego de solventar en la convocatoria de acreedores 63 juicios en los últimos tres años. En la vereda celeste las cosas están peor. Desde 1987 hasta hoy, transfirió a 17 futbolistas: José Luis Villarreal, Abel. Blasón, Germán Martellotto, Daniel Loza, Luis Artime —que después volvió—, Lucio Alonso, Norberto Fernández, Roberto Monserrat, Daniel Primo, Gustavo Spallina, Javier Arbarello, Carlos Bossio, Claudio Rivadero, Andrés Gaitán, Sebastián Brusco, Danilo Tosello y César Labarre.

El total de estas ventas si actualizamos las tarifas elevaría la suma a 11.000.000 de dólares. Aunque ese monto no sirvió para paliar 1.700.000 que deben Los Piratas. Esa es la plata documentada que tiene Belgrano en convocatoria de acreedores. El gobierno de Santiago Idiarte está tratando de arreglar todos los problemas anteriores: "Con esta dirigencia se está cobrando las primas que hace tres años que nos adeudaban", dice el capitán Artime.

Imagen El partido ya es historia: Horacio García, Darío Gigena y Luifa Artime celebran en el estadio vacío.
El partido ya es historia: Horacio García, Darío Gigena y Luifa Artime celebran en el estadio vacío.

 

EL PARTIDO DE LA SALVACION

Así llegaron los dos a este domingo de casi 400.000 pesos de recaudación. Talleres, con la cruz de catorce años sin triunfos sobre su archirrival —desde el 4 de julio de 1982 y son veintiuno si se habla de torneos de la AFA—. Belgrano, con la carga de achicar la diferencia en el historial general: estaba veinte partidos abajo.

Pero un chico de 18 años —que tenía un año cuando Talleres perdía el Campeonato Nacional con Independiente— provocó la locura en medio Córdoba. Le hizo caso a las palabras del profeta de Lomas de Zamora, Jorge Pedro Marchetta. Cuando terminó de calentar, lo tomó de un hombro y lo arengó: "Mire, Gigena, usted siempre soñó con hacer un gol en el clásico. Este es su día, entre y hágalo..." Y Darío le hizo caso. Asomó la zurda, juntó un centro y metió el gol. Festejo que se prolongó con el cabezazo de un ex Talleres, Horacio García.

Ya estaba todo listo para la fiesta que los guasos de la "B" están festejando tomándose todos... de la mano.

Ganó a lo Belgrano, sino escuche este diálogo entre Javier López y Luis Artime.

—Luifa, decime que no es cierto que perdemos 2-0. ¡No lo puedo creer!

—Qué sé yo... No sé por qué ganamos, será porque somos Belgrano.

Y porque así manda la historia, Luifa. Por lo menos la de los últimos años.

 

 

Por LEO BURGUEÑO (1996).

Fotos: VICTOR HUGO SAAVEDRA.