Las Crónicas de El Gráfico

1935. Y los viejos vistieron de corto...Por Borocotó

El testimonio emocionado de un partido entre viejas glorias uruguayas y ex jugadores de Boca que participaron en la gira de 1925. Cuando la chimenea de los años ha dejado caer ceniza sobre el alero del rancho

Por Redacción EG ·

07 de febrero de 2020

Los dos conjuntos de veteranos ratificaron, ya viejos, la calidad del fútbol que se jugaba en aquella época. El match terminó empatado en un goal, siendo los scorers Mario Evaristo y Pedro Petrone. De árbitro actuó Jerónimo Repossi.

 

Me lo había dicho Ramón (Mutis) el Fuerte:

—Mi.., mirá... No..., no... nosotros les ga..., ga... ganamos por..., por juventud y..., y..., y... energía... pe..., pero ellos... la..., la..., la... mu... mueven, che, la mueven...

Me contó de que Romano estaba muy ágil pese a sus 41 años, que Benincasa todavía sacaba pelotas a los 45 y que Zibecchi continuaba siendo un excelente cen-tre half a esta altura de la vida. No tuvo reparos en declararme que la línea delantera de los veteranos uruguayos combinaba con maestría conservando su anterior característica.

Y no me mintió Ramón. Supo ver y decir la verdad. Ahora que ya no está de por medio el amor propio y ni siquiera hace fuerza el patriotismo, los viejos pueden verse con cariño, con sinceridad.

 

Imagen EL team de los viejos cracks de Boca Juniors que participaron en la gira del año 1925. De izquierda a derecha, de pie: Médici, Bidoglio, Cockrane, Vaccaro, Tesoriere, Mutis, y Juan Evaristo; agachados: Garasini, Tarascone, Mario Evaristo, Chiesa, Onzari, Pertini, Antraygues y Cerroti.
EL team de los viejos cracks de Boca Juniors que participaron en la gira del año 1925. De izquierda a derecha, de pie: Médici, Bidoglio, Cockrane, Vaccaro, Tesoriere, Mutis, y Juan Evaristo; agachados: Garasini, Tarascone, Mario Evaristo, Chiesa, Onzari, Pertini, Antraygues y Cerroti.
 

Carlos Scarone era el más viejo de todos con sus 46 años a cuestas. Es el que actuó por Boca en aquellos años en que no se soñaba ni remotamente en el futuro estadio. Y allí en la cancha se veía también Romano, el que luciera la auriazul hace veinte almanaques, y estaba José Benincasa, aquel a quien le decían "Benincasa el chico" y que conjuntamente con Artigas luchó para que Boca no descendiera. Por eso, cuando el back derecho uruguayo ejecutó el primer cabezazo con el mismo estilo lucido desde el año 10 en adelante, estalló el aplauso frenético, cariñoso, emotivo hasta las lágrimas, y hubo quien expresó mientras apretaba los párpados:

—Yo lo acompañaba al puerto todos los domingos por la noche...

Y uno que tenía la mirada húmeda, le respondió:

 —Las cosas que antes hicieron rabiar ahora hacen llorar...

Allí estaban los viejos boquenses para evocar más que para ver. Y tenían figuras queridas en los dos equipos.

 —Miren a Vico...

—Miren a Romano...

—Vean a Médici...

—Vean a Carlos Scarone...

 Todos eran de Boca. Pero aunque no lo hubieran sido, aunque de ellos se tuvieran nada más que los recuerdos que dejan los adversarios, con sus amargores y sus alegrías, ha pasado el tiempo depurándolo todo y estamos agradecidos a esos hombres por los espectáculos futbolísticos que nos han brindado y que constituyen lo mejor de nuestros recuerdos deportivos.

 

Imagen Las glorias uruguayas del pasado. De izquierda a derecha, de pie: Guerra, Gradin, Silva, Benincasa, Zibechi, Marroche, Campolo, Recoba, Mazzali y Ghierra; agachados: A. Urdinarrain, Petrone, S. Urdinarrain, Romano, Carlos Scarone y Terevinto; en primer término: Vanzina.
Las glorias uruguayas del pasado. De izquierda a derecha, de pie: Guerra, Gradin, Silva, Benincasa, Zibechi, Marroche, Campolo, Recoba, Mazzali y Ghierra; agachados: A. Urdinarrain, Petrone, S. Urdinarrain, Romano, Carlos Scarone y Terevinto; en primer término: Vanzina.
 

Miraba yo a Vanzzino. Tiene ahora 43 años. Recordé un match en que el half uruguayo se encontró por primera vez frente a Calomino. Durante el primer tiempo el forward argentino se le escurrió con frecuencia. En la etapa complementaria ya el half conocía "la bicicleta". Ahora, frente a Tarasconi, se habrá preguntado:

— ¿Por qué no jugó Calomino?

Y habrá mirado para todos lados, esperándolo, deseándolo tener frente a sí para jugar siquiera en algún chispazo, un cachito de un match de aquellos.

* * *

 Cada vez que la pelota peinaba una boina y la sacaba de su sitio, aparecía "la luna". Las cabezas sin pelo quedaban al descubierto. Y como si no tuviera que faltar la del referee en la cuenta, cuando Repossi apareció en escena y se mandó su shot de práctica, se le cayó la gorra dejando al sol su pelada. Zibecchi lo miró sonriente y sacudió la cabeza hacia atrás corno a quien se le viene el pelo a los ojos...

 

Imagen El gran Bidoglio con Zibecchi, izquierda, y Benincasa, los cracks uruguayos de otra época. El pasar de los años no ha podido borrar totalmente la clase extraordinaria de estos futbolers, como bien pudo comprobarse en este match.
El gran Bidoglio con Zibecchi, izquierda, y Benincasa, los cracks uruguayos de otra época. El pasar de los años no ha podido borrar totalmente la clase extraordinaria de estos futbolers, como bien pudo comprobarse en este match.
 

 — ¿Sacaremos cien pesos?...

 — ¿Sacaremos doscientos?...

Los veteranos hacían cálculos. Al enterarse de que las entradas superaban los seis mil, hubo quien dijo:

—Podríamos hacer otro pronto...

— No, che, esto es como el Carnaval: una vez por año y nada más.

* * *

En las dos primeras corridas Onzari evidenció su gran clase de otrora. En la tercera, respiró hondo. Estaba como para soplar una fogata en noche de San Juan.

—¿Qué te pasa, Cesáreo?

—La pizza... ; la pizza... — repetía jadeando y tocándose la barriga.

* * *

— Sa..., sabés... por..., por qué... no..., no... juego... me... me-jor?... Es que yo ten..., ten..., tengo un ju..., ju..., juego... muy fuerte…, y..., y... con e..., estos amigos me te..., tengo que..., que... cu..., cu..., cuidar...

Me decía Mutis. En su temor de lesionar a alguien prefería perder eficacia.

La amistad llegó con los años.

 * * *

Ese goal que marcó Petrone es uno que quería hacer en aquella final del sudamericano del 24 cuando Tesorieri fue Dios. Lo erró nada más que por once años...

* * *

Este diálogo se suscitó en la casilla al finalizar el primer tiempo. Fueron actores Petrone y Carlos Scarone.

—Vos me la tenés que cortar adelante, Carlos...

—Escuchame: como los backs retroceden creyendo que yo no voy a tirar al arco, estoy esperando para enchufarla.

—No... ; vos no podés... Vos hacés bien la primera jugada, pero en la segunda ya vas cansado.

 

Imagen Isabelino Gradín y Carlos Scarone
Isabelino Gradín y Carlos Scarone
 

—¡Dale, negro... Fajate un piquecito!... — le gritaban a Gradín.

¡ Como para piques están las cosas cuando se cantan las cuarenta y se tiene un acuse pronto para las veinte en copas!...

* * *

Parece que hasta el score quiso ser imparcial. Un tantito para cada bando. Nada de peleas, ni protestas, ni vencidos ni vencedores. Todos esos partidos debieran terminar igual, porque una victoria viene a decir "les ganamos" y eso queda feo ahora que ya la chimenea de los años ha dejado caer ceniza sobre el alero del rancho.

* * *

Entre todos hubo, por lo menos, uno que puede jugar en cualquier equipo. Andrés Mazali, el mejor arquero uruguayo de todos los tiempos, reeditó una de sus tantas destacadas performances cumplidas entre nosotros. Fue un intruso entre la naftalina.

 

Borocotó (1935)

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